sábado, 3 de octubre de 2009

¿Está en la Biblia?


¿Está en la Biblia?...
¡Qué pregunta! ¿no? Posiblemente podemos decir que lo que nos cataloga es si creemos o no en Dios y su Palabra. Si prestáramos atención a lo que ocurre y se dice a nuestro alrededor, veríamos y escucharíamos tal diversidad de cosas ¡que no sabríamos a quien creer!
La Biblia nos dice:
“No seas sabio en tu propia opinión, teme a Jehová y apártate del mal” (Proverbios 3:7)
"Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus” (Proverbios 16:2)
¿Qué es la Biblia?
Es la Verdad de Dios
“Encamíname en tu verdad y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salvación...” (Salmos 25:5)
Es la Guía para el caminante
“Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir” (Isaías 48:17)
Es el Libro que nos muestra a Dios
“Escudriñad las escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39)
Por ello es por lo que el salmista decía:
Enséñame oh Jehová tu camino, caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre” (Salmos 86:11)
¿Y qué sucede cuando se desconoce con certeza algo, o hay dudas acerca de algún tema?
En 1 Timoteo 4:1-3 leemos acerca de enseñanzas falsas:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad”
¿Podemos creer en aquello que no se encuentra específicamente en la Palabra de Dios? ¿Qué hay de aquellos temas de los cuales la Biblia no habla o no los nombra?
“El corazón entendido busca la sabiduría, mas la boca de los necios se alimenta de necedades” (Proverbios 15:14)
El entendido busca la sabiduría... ¿Cómo lo hace?
“Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11)
En algunos casos, la Biblia nos da enseñanzas específicas, y en otros, enseñanzas generales:
“Escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos” (1 Pedro 1:11)
“El entendido en la palabra, hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado. El sabio de corazón es llamado prudente...” (Proverbios 16:20-21)
Quizás es más fácil encontrar lo específico, pero se necesita conocer todo el contexto para entender lo general.
El consejo de Pablo al joven Timoteo fue:
“Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. Palabra fiel es esta y digna de ser recibida por todos... esto manda y enseña... Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 Timoteo 4:6-7, 9, 11,13)
Recordemos: Si está claramente en la Biblia, ¡adelante! Si no lo hallamos específicamente, busquemos en el todo y también habrá en ella, respuesta y guía.


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