La serie de Juan Antonio Monroy sobre “La España que ha vivido” trata el nacionalcatolicismo desde un punto de vista histórico y en primera persona. Está siendo muy seguida y leída, lo que nos alegra porque supone que algunos no olviden el pasado (porque estaríamos condenados a repetirlo, como dijo Unamuno). Y porque los jóvenes protestantes españoles pueden así tener memoria histórica. Saber sus raíces y no olvidar a quienes les precedieron.
El caso es que muchos –sobre todo católicos- malinterpretan esta sección como si estuviese escrita desde el rencor o la falta de perdón. Nada más lejos de Monroy (¡le conocemos bien!) ni de esta publicación. Simplemente queremos que no se olvide. Y para los que piensan que esta España está lejos, o ha dejado de tener influencia en nuestra sociedad actual, les decimos que no. Está agazapada, escondida. Como el mundo de Matrix, extiende sus redes desde la sombra, aunque se hace visible de cuando en vez. Por ejemplo, un alcalde acaba de nombrar Regidor Perpetuo de su ciudad a una imagen religiosa. Desde el máximo respeto y consideración hacia creyentes y cofrades de La Isla en la ciudad de San Fernando (Cádiz), nos unimos a las manifestaciones de Pedro Reyes, Coordinador Local de IU, ante la propuesta de nombramiento del Nazareno como Regidor Perpetuo municipal. No porque seamos comunistas (ya lo vemos venir) sino porque este señor tiene toda la razón. Resulta increíble que, en pleno siglo XXI, y en un país que es constitucionalmente aconfesional, un Alcalde, una Junta de Portavoces o el Pleno Municipal puedan plantear que un Ayuntamiento nombre Regidor Perpetuo de la Ciudad de San Fernando al Nazareno, el cual, al margen de las creencias de cada uno, solo es una imagen religiosa. Pero más increíble todavía es que un partido que se dice de izquierdas, y que lleva la palabra socialista en su denominación, como es el PSOE, pueda apoyar esta decisión. Esta actitud era de esperar por parte del PA y el PP, dada su ideología y su tradicional vinculación con los colectivos religiosos católicos, pero nos cuesta asumir que el PSOE se haya apuntado al carro. Además, la decisión tomada en la junta de portavoces va en contra de la propia reglamentación municipal. El Reglamento de Honores y Distinciones que el propio Ayuntamiento ha aprobado hace pocos meses ni recoge la figura de Regidor Perpetuo, ni tampoco es posible nombrar alcalde honorario a una imagen, por mucha devoción que se le tenga al Nazareno. Si el Alcalde, o cualquiera de los otros 24 concejales del Ayuntamiento quieren dar su homenaje a cualquier imagen religiosa, si así lo creen conveniente debe ser a título personal, y nunca utilizando los poderes públicos. Cuando ejercen como representantes de los ciudadanos, en ningún caso pueden mezclar a una institución Civil, como es el Ayuntamiento, con una devoción religiosa, tomando además acuerdos que van en contra de la legalidad, incluso de la que el propio Pleno Municipal ha aprobado muy recientemente. Estamos en un país que es constitucionalmente aconfesional. Por ello debe existir una separación entre la Iglesia y el Estado, y ninguna religión, incluida la católica, se puede mezclar en los asuntos de la Administración Pública. Ya va siendo hora de separar el poder civil, representado en La Isla por el Ayuntamiento de San Fernando, de las instituciones religiosas y de las creencias o devociones personales que puedan tener las personas que se sientan en el Salón de Plenos.
Redacción es la Dirección de Protestante Digital© Protestante Digital, 2009, España.
El caso es que muchos –sobre todo católicos- malinterpretan esta sección como si estuviese escrita desde el rencor o la falta de perdón. Nada más lejos de Monroy (¡le conocemos bien!) ni de esta publicación. Simplemente queremos que no se olvide. Y para los que piensan que esta España está lejos, o ha dejado de tener influencia en nuestra sociedad actual, les decimos que no. Está agazapada, escondida. Como el mundo de Matrix, extiende sus redes desde la sombra, aunque se hace visible de cuando en vez. Por ejemplo, un alcalde acaba de nombrar Regidor Perpetuo de su ciudad a una imagen religiosa. Desde el máximo respeto y consideración hacia creyentes y cofrades de La Isla en la ciudad de San Fernando (Cádiz), nos unimos a las manifestaciones de Pedro Reyes, Coordinador Local de IU, ante la propuesta de nombramiento del Nazareno como Regidor Perpetuo municipal. No porque seamos comunistas (ya lo vemos venir) sino porque este señor tiene toda la razón. Resulta increíble que, en pleno siglo XXI, y en un país que es constitucionalmente aconfesional, un Alcalde, una Junta de Portavoces o el Pleno Municipal puedan plantear que un Ayuntamiento nombre Regidor Perpetuo de la Ciudad de San Fernando al Nazareno, el cual, al margen de las creencias de cada uno, solo es una imagen religiosa. Pero más increíble todavía es que un partido que se dice de izquierdas, y que lleva la palabra socialista en su denominación, como es el PSOE, pueda apoyar esta decisión. Esta actitud era de esperar por parte del PA y el PP, dada su ideología y su tradicional vinculación con los colectivos religiosos católicos, pero nos cuesta asumir que el PSOE se haya apuntado al carro. Además, la decisión tomada en la junta de portavoces va en contra de la propia reglamentación municipal. El Reglamento de Honores y Distinciones que el propio Ayuntamiento ha aprobado hace pocos meses ni recoge la figura de Regidor Perpetuo, ni tampoco es posible nombrar alcalde honorario a una imagen, por mucha devoción que se le tenga al Nazareno. Si el Alcalde, o cualquiera de los otros 24 concejales del Ayuntamiento quieren dar su homenaje a cualquier imagen religiosa, si así lo creen conveniente debe ser a título personal, y nunca utilizando los poderes públicos. Cuando ejercen como representantes de los ciudadanos, en ningún caso pueden mezclar a una institución Civil, como es el Ayuntamiento, con una devoción religiosa, tomando además acuerdos que van en contra de la legalidad, incluso de la que el propio Pleno Municipal ha aprobado muy recientemente. Estamos en un país que es constitucionalmente aconfesional. Por ello debe existir una separación entre la Iglesia y el Estado, y ninguna religión, incluida la católica, se puede mezclar en los asuntos de la Administración Pública. Ya va siendo hora de separar el poder civil, representado en La Isla por el Ayuntamiento de San Fernando, de las instituciones religiosas y de las creencias o devociones personales que puedan tener las personas que se sientan en el Salón de Plenos.
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