miércoles, 30 de junio de 2010

Promesas favoriatas


Estas son algunas de mis promesas favoritas de la Biblia – promesas que he subrayado en mi Biblia las cuales me han bendecido a través de los años. Confíe en ellas. Léalas una y otra vez. Son para usted:
· “No temas, pues no serás confundida; no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria” (Isaías 54:4).

· “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová: su salvación de mí vendrá, dice Jehová” (Isaías 54:17).

· “¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en tu Tabernáculo a cubierto de lenguas contenciosas” (Salmo 31:19-20).

· “Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:7-8).

· “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará” (Salmo 37:4-5).

· “Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida y de nuevo me levantarás desde los abismos de la tierra” (Salmo 71:20-21)

David Wilkerson

martes, 29 de junio de 2010

El Supremo de EEUU no acepta una apelación de la Santa Sede por abusos


El Pais
El Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos rehusó este lunes escuchar una apelación de la Santa Sede que buscaba anular una querella contra la Iglesia Católica por los abusos sexuales cometidos por un sacerdote.
El sacerdote murió en 1992, y la decisión de hoy del Supremo permite que la demanda continúe su proceso, compensaciones económicas incluidas.
La demanda titulada John Doe vs. Vaticano se inició en 2002 en Oregon y en ella se alegaba que el sacerdote católico Andrew Ronan había abusado sexualmente de un menor de edad.
Ronan había sido trasladado por sus superiores de Irlanda a Chicago y luego a Portland a pesar de las acusaciones de abusos sexuales.
El argumento central de la querella es que Ronan es un empleado de la Iglesia Católica y la responsabilidad se eleva a sus superiores inmediatos, los obispos en las diócesis donde fue asignado, y en última instancia al Vaticano.
Los abogados de la Iglesia Católica alegaron que la Santa Sede está amparada por la inmunidad que se extiende a los estados soberanos.
Un juez federal en Oregon dictaminó que podía haber una excepción a la Ley de Inmunidad Soberana de Países Extranjeros en este caso, y que existía un vínculo suficiente entre el Vaticano y Ronan como para que se le considerase un empleado de la Santa Sede bajo la ley de Oregon.
En marzo de 2009 el Tribunal Federal de Apelaciones del Noveno Distrito, en Sacramento (California) ratificó ese fallo, y los abogados de la Santa Sede elevaron su apelación al Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Jeffrey Lena, un abogado que representa a la Santa Sede en EEUU ha dicho que el caso John Doe vs Santa Sede "es un intento de usar acontecimientos trágicos como plataforma para un ataque más amplio" contra la Iglesia Católica
.
Abusos en Irlanda, Chicago y Portland
La demanda busca compensaciones de la Santa Sede, de la Archidiócesis de Portland, del obispo de Chicago y de la Orden de los Frailes Servidores por los abusos cometidos en 1965 y 1966 por Ronan, quien había admitido que había abusado de un niño en la archidiódesis de Armagh, Irlanda, a mediados de la década de 1950.
La Iglesia supo de sus abusos y trasladó al sacerdote a Chicago, donde Ronan admitió que abusó de tres varones en la Escuela Secundaria St. Philip.
Más tarde, el sacerdote fue transferido a la Iglesia St. Albert, en Portland, donde fue acusado de abusos por la persona que presentó la demanda.

Carta a don Manuel Fraga


Don Manuel: Le debo esta carta que la inicio recordando un hecho que usted habrá olvidado. Lamento que exija una larga introducción. Es indispensable para centrar el tema que trato.
En enero de 1966 inicié en Madrid la publicación de una revista con el nombre de “Restauración”. Eran tiempos de censura, discriminación religiosa, antiprotestantismo, usted lo sabe. Carecía de respaldo legal. Me limité a enviar una carta simple al Ministerio de Información y Turismo que usted presidía solicitando autorización. Nunca obtuve respuesta. En febrero de 1967 recibí una invitación de la Sociedad General de Autores de España para asistir al homenaje que se tributaba a un escritor en el famoso Hotel Ritz de Madrid. Yo me sentía perdido entre tantas eminencias. Allí estaba usted. Por entonces era ministro de Información y Turismo, cargo que ocupó desde 1962 a 1969. Nunca lo supo, pero yo estuve espiando sus movimientos en espera de poder acercarme a usted. La ocasión se presentó cuando se dirigió para firmar en el libro que los organizadores del acto habían expuesto en un rincón del salón. Me adelanté. En lugar de rubrica, estampé con grandes letras mi nombre y primer apellido. Luego pasé a usted mi pluma. Se vio obligado a escribir bajo mi nombre. Al devolverme la pluma preguntó: -¿Es usted Juan Antonio Monroy? -Sí, señor ministro- respondí- Aprovecho esta ocasión para decirle que hace un año solicité a su ministerio autorización para publicar una revista protestante y aún no he obtenido respuesta. Usted me miró fijamente. Antes de dar media vuelta, respondió: -Tampoco se la hemos prohibido. Cuando comuniqué el incidente a mi amigo José Cardona, a quien usted conoció, comentó: -Estás salvado, Monroy. Ya puedes seguir publicando la revista sin miedo. No te la han autorizado por escrito porque aún no existe una legislación en la que basarla. Pero las palabras de Fraga equivalen a una autorización verbal. Si un partido político contrario al régimen hubiera hecho lo que tú, desde el primer número estarían sus dirigentes en la cárcel. Ahí queda. Me decidí a escribir esta carta cuando hace pocos días le vi en televisión empujado en silla de ruedas por pasillos del Senado. Claro, tiene usted 88 años. Pero bien vividos. Ha sido un caso único en cuanto a capacidad de estudio y de memoria. Alfonso Guerra dijo una vez que usted tenía el Estado en la cabeza. A los 26 años ya era catedrático titular de Derecho Político de la Facultad de Valencia. Aunque jamás he militado en partido alguno, mis ideas políticas no coinciden con las suyas. Pero en esta carta no me dirijo al político. Escribo al hombre. Las ideas no deben convertirse en cadenas. Uno debe considerarse lo suficientemente libre para reconocer los méritos del contrario y estar dispuesto a decir gracias. No escribo en nombre de los protestantes españoles. Mantengo interés en dejar esto claro, muy claro. Escribo en mi propio nombre, aunque me consta que un número importante lo aprobaría. En aquel equipo gubernamental que debatió la primera Ley de libertad religiosa, finalmente aprobada en junio de 1967, los protestantes tuvimos a tres hombres del régimen que apostaron a favor de una Ley que nos concediera derechos que se nos estaban negando. Fueron Fernando María de Castiella, José Solís Ruiz y usted mismo. En aquellos tiempos de hierro ustedes tres representaban el ala liberal del Gobierno frente al integrismo católico y político. Cuando Castiella, que era ministro de Asuntos Exteriores, presentó el primer borrador del proyecto en una reunión ministerial celebrado el 10 de febrero de 1967, seis ministros manifestaron su oposición abandonando el salón de reuniones. El ministro del Interior, Camilo Alonso Vega, dijo que la libertad religiosa sólo acarrearía problemas. Federico Silva muñoz, ministro de Obras Públicas, añadió que “conceder libertad religiosa a las sectas minoritarias contribuiría a quebrantar la unidad espiritual española”. Frente a sus compañeros de Gobierno, Solís y usted se mantuvieron firmes en defensa del proyecto de Ley. Los tres refutaron por orden las 239 enmiendas presentadas al texto de Castiella. Cuando el 26 de junio de 1967 las Cortes aprobaron definitivamente aquella Ley incipiente, con sólo nueve votos en contra, ustedes respiraron satisfechos. Créame que en su día todo esto lo seguimos paso a paso y en reuniones de dirigentes protestantes reconocimos la valiosa aportación de ustedes tres, católicos sinceros y practicantes, pero con mentes abiertas al reconocimiento de los derechos ajenos. Años más tarde, en abril de 1977, en respuesta a preguntas de “Restauración”, usted recordaba su apoyo a la Ley de libertad religiosa. Decía: “Fui de los ministros que lucharon a fondo (con el llorado Castiella) para lograr la ley actual”. Admitía que la Ley del 67 supuso un gran progreso “no suficientemente reconocido por algunas minorías” protestantes. Verdad. Aquella Ley dividió en dos a la clase protestante española. Fue una injusticia de la que luego se arrepintieron los provocadores, que con el tiempo acabaron aceptándola y hasta bendiciéndola. En aquella entrevista, en contra del sentir de la jerarquía católica, usted afirmaba que no era “partidario de la confesionalidad, sino de la mutua independencia, y de una cooperación inteligente y eficaz”. De 1978 se discutía el entonces polémico artículo 16, en el que se decía que “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones”, otra vez saltó la alarma entre los políticos integristas. No les bastaba con que la Iglesia católica se hubiera colado en el texto constitucional, con mención específica, al igual que siempre desde que España es España, sino que clamaron al cielo (¿al cielo?) ante la posibilidad de que el Estado pactara con protestantes. Como en el 67, usted salió en defensa de la libertad. En entrevista concedida a Pilar Urbano dijo a la periodista: “Este artículo se basa en la libertad religiosa, que es principio básico del pensamiento cristiano, y en el reconocimiento del hecho histórico y sociológico, con los grupos relevantes a atender a las creencias mayoritarias”. Hubo algún obispo que a punto estuvo de pedir su excomunión. Y ¿ahora qué, don Manuel? Nada le digo que no sepa: Usted anda ya por los últimos tramos de ese camino que, según el sufrido Job, no tiene regreso. Está establecido al ser humano que muera, dice la Escritura inspirada. Y añade que no valen armas en esta guerra. La batalla contra la muerte la tenemos perdida desde el instante de nuestra llegada a la tierra. En la “Canción de Rolando”, el protagonista “siente que la muerte se apodera totalmente de él. De su cabeza desciende hacia el corazón…..siente que su tiempo se ha acabado”. Ese es el destino del hombre en la tierra. ¡Qué le vamos hacer! El profeta Amós tiene en su libro un texto de advertencia para navegantes despreocupados. Les dice: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”. ¿Está usted preparado señor Fraga? Sé que toda su vida ha sido un hombre creyente, fiel a sus principios católicos. De religión lo sabe usted todo. De religión anda usted sobrado. Pero aquí no se trata de religión. El consejo de Amós no es para católicos ni para protestantes. Es para todo individuo cercano al gran paso. ¿Le bastará a usted con la última confesión y el último perdón de pecados? Si es así, nada digo. Si a la final jornada otra luz le ilumina, acuda a la Biblia, que usted conoce bien. Saludos afectuosos, Juan Antonio Monroy
J.A. Monroy es escritor y conferenciante internacional.

domingo, 27 de junio de 2010

La investigación sobre la pederastia enfrenta a Bélgica y al Vaticano




El Pais


Las investigaciones policiales sobre casos de pederastia en la Iglesia belga han derivado en un conflicto diplomático después de que el Vaticano mostrara su estupor e indignación por el modo en que se llevaron las pesquisas del jueves, lo que incluyó manipulaciones de las tumbas de antiguos prelados en la catedral de Malinas. El propio cardenal primado belga, André-Joseph Léonard, ha declarado esta mañana que consideraba "un poco extraño que las cosas hayan llegado hasta el extremo de horadar en tumbas arzobispales y que todos lo obispos estuvieran ayer retenido hasta tarde".

El Vaticano ha protestado ante el embajador belga en la Santa Sede por la profanación de las tumbas de los cardenales Jozef-Ernest Van Roey y Léon-Joseph Suenens durante las investigaciones policiales contra la pedofilia en la Iglesia católica belga. Los policías judiciales buscaban en la cripta de la catedral de Saint Rombout, en Malinas, documentación sobre la pedofilia clerical y creían tener indicios de que había pruebas escondidas en la tumba de alguno de esos prelados. "Las tumbas de los cardenales Suenens y Van Roey fueron perforadas y en ellas se introdujo una cámara para aparentemente comprobar si había documentos ocultos", ha declarado el portavoz de arzobispado de Malinas-Bruselas. Una portavoz de la fiscalía se ha limitado a confirmar la apertura de una tumba. La investigación no dio el resultado buscado.
Charles Ghislain, embajador belga ante la Santa Sede, ha sido convocado esta mañana en el Vaticano por monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados. Mamberti le ha expresado el malestar de la Santa Sede por las formas en que se produjeron ayer las redadas contra la Iglesia local.
En una nota oficial, la secretaría de Estado del Vaticano ha expresado su "firme condena de cualquier acto pecaminoso y criminal de abusos de menores por parte de miembros de la Iglesia, así como la necesidad de reparar esos actos, según las exigencias de la Justicia y las enseñanzas del Evangelio", y ha manifestado su "vivo estupor por la forma en que se han realizado algunas búsquedas conducidas por la autoridad judicial", y también su "tristeza por algunas violaciones de la intimidad a las que tienen derecho las víctimas".
Esta última queja se refiere a la incautación de los documentos de la Comisión Adriaensses sobre 475 casos, que según el portavoz de la Conferencia Episcopal belga viola el derecho a la privacidad de los abusados que han denunciado sus casos a la Iglesia.
El cardenal Léonard ha criticado también las redadas del jueves. "La justicia hace su trabajo y tiene derecho a realizar búsquedas", dice. "Lo que nos molesta es que hayan excavado incluso en tumbas arzobispales y que todos los obispos fueran retenidos hasta muy tarde". Los agentes llegaron a la sede primada de Malinas a las 10.15 y abandonaron a las 19.15. Los obispos belgas estaban reunidos en un conferencia regular y tuvieron que entregar a los teléfonos móviles. Tampoco se les dejó abandonar el edificio.
En defensa de la investigación
Yves Leterme , democristiano y primer ministro saliente, ha defendido la investigación judicial y ha afirmado que quienes cometen abusos "deben ser condenados por la ley belga", y que las pesquisas son una prueba de que la separación de poderes funciona en el país.
Los registros policiales de dependencias episcopales belgas, incluida la residencia privada del anterior primado, el cardenal Godfried Daneels, en busca de pruebas de pederastia, se realizó bajo la acusación de atentados al pudor, según Jean-Marc Meilleur, portavoz de la fiscalía.
Con independencia de los casos concretos que hayan podido desencadenar la redada del jueves en la sede del primado, en la catedral y en la residencia del cardenal Daneels más en la sede en Lovaina de la comisión Adriaenssens creada por la iglesia para investigar las acusaciones, las pesquisas apuntan de lleno al cardenal Daneels, cuyos ordenadores, de mesa y portátil, fueron incautados. Muchas de las acusaciones sobre presuntos abusos -incluida la confesada en abril por Roger Vangheluwe, obispo de Lieja, sobre hechos ocurridos en torno a 1985- se produjeron a lo largo de las tres décadas de mandato transcurridas entre 1979 y finales de finales de 2009.
Ya en 1998 se sentó en el banquillo durante el juicio a un sacerdote pederasta en calidad de superior del sacerdote. Daneels fue entonces considerado civilmente responsable, pero fue absuelto en apelación. "No querría volver a vivir esa experiencia", recuerda el antiguo primado en su reciente libro de memorias.
Mientras tanto, el papa Benedicto XVI ha nombrado hoy obispo de Brujas a Jozef De Kesel en sustitución del Roger Vangheluwe, destituido tras haber reconocido haber abusado de un menor. De Kesel era hasta el momento

viernes, 25 de junio de 2010

Temor y miedo


Los profetas nos advirtieron que cuando vemos a Dios sacudiendo a las naciones, y tiempos peligrosos nos acontecen, nuestra naturaleza temerá en gran manera. Ezequiel preguntó: “¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus manos en los días en que yo proceda contra ti?” (Ezequiel 22:14).

Cuando Dios advirtió a Noé de su juicio venidero y le dijo que construya un arca, Noé, “con temor preparó el arca” (Hebreos 11:7). Aun osado y valiente, David dijo: “Mi carne se ha estremecido por temor de ti, y de tus juicios tengo miedo” (Salmos 119:120). Y cuando el profeta Habacuc vio que vendrían días desastrosos, clamó diciendo: “Oí, y se conmovieron mis entrañas; a la voz temblaron mis labios; pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; si bien estaré quieto en el día de la angustia” (Habacuc 3:16).

Por favor, fíjese lo que dicen estos pasajes: El temor que vino sobre estos hombres de Dios, no fue carnal, sino un temor reverente hacia Dios. Estos santos no tenían miedo al enemigo de sus almas, pero si temían a los juicios justos de Dios. Y es porque ellos entendían el poder asombroso detrás de estas calamidades venideras. No temían al resultado de la tormenta, ¡sino a la santidad de Dios!

Así mismo, cada uno de nosotros experimentará un temor abrumador en los tiempos venideros de destrucción y desastres. Pero nuestro temor debe venir de una reverencia santa hacia el Señor, y nunca de una ansiedad carnal sobre nuestro destino. Dios mira de lejos todo miedo pecaminoso en nosotros, el miedo de perder cosas materiales, riquezas o nuestro estándar de vida.

Por todo el mundo hay gente llena de esta clase de temor, mientras ven a la economía de sus naciones deteriorarse. Tienen miedo de que una inundación económica arrase con todo aquello por lo que han trabajado durante toda su vida. Así es el llanto de los inconversos que no tienen esperanza. Este no debería ser el llanto de los creyentes. Verdaderamente, si usted es un hijo de Dios, su Padre celestial no soportará tal incredulidad en usted. Isaías advirtió: “¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor...y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige...” (Isaías 51:12-13). “A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.” (8:13).

Que Dios sea su temor y su miedo. Esa clase de temor que lo lleva no a la muerte sino a la vida.


David Wilkerson

jueves, 24 de junio de 2010

Un informe de la Iglesia acusa al ex obispo Mixa de alcoholismo y abusos sexuales


Mixa presentó su dimisión al Vaticano el pasado marzo, a raíz de las acusaciones de varios ex alumnos de un orfanato que lo acusaban de brutalidad y malos tratos.
Berlín/efe.


El dimitido obispo de Augsburgo Walter Mixa anunció su decisión de dejar las dependencias episcopales en que seguía residiendo, tras la difusión de un comprometedor informe interno en que se le imputa alcoholismo y abusos sexuales de jóvenes sacerdotes. Mixa presentó su dimisión al Vaticano el pasado marzo, a raíz de las acusaciones de varios ex alumnos de un orfanato que lo acusaban de brutalidad y malos tratos sistemáticos en sus tiempos de párroco en la localidad de Schrobenhausen (Baviera).
El documento revelado ahora cuenta con los testimonios de varias personas del entorno de Mixa, algunos de los cuales asegura que el obispo «es un hombre gravemente alcohólico» que mantiene a lo largo del día un nivel elevado con la ingestión permanente de alcohol.
Otros testigos han descrito sus abusos sexuales en su época de párroco y aseguran que «por las mañanas iba a confesarse antes de celebrar misa».


Pero la Biblia Enseña
El Pecado es Mortal, todo pecado es mortal Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte. Mateo 2:29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
La Confesión es a Dios Salmo 32:5 Y si por gracia, Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad .Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. 1ª Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. En la palabra tenemos abundantes ejemplo de una confesión directa a Dios.
Jesús Pagó todo lo necesario 1ª Juan 2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

miércoles, 23 de junio de 2010

Victimas de la iglesia institucional



Ya sabemos que recientemente, al comenzar el milenio, Juan Pablo II se ha dirigido al mundo para pedir a Dios perdón (se lo tendría que haber pedido al mundo, a la humanidad) por los errores, barbaridades y culpas cometidas por los dos mil años de cristianismo: inquisición, persecución de judíos, herejes y brujas, bautismo a sangre y fuego, cruzadas, etc. Numerosos siguen siendo en la iglesia los hombres, las mujeres y los niños que están traumatizados por los duros golpes que reciben en la iglesia, hoy más bien psíquicos o morales, claro está. Tanto miedo o terror metidos en las cabezas y en las almas de tantas gentes a base de sermones terribles e implacables sobre el infierno y el demonio, o en las inmisericordes confesiones sacramentales en las que te sientes atacado o zarandeado por todos los flancos. Numerosas gentes que se han divorciado y que se han vuelto a casar son despreciadas y humilladas por Roma al no consentírseles acercarse a la comunión. Si trabajas en una institución eclesiástica y vas a tener un hijo fuera del matrimonio (ilegítimo, dicen) te echan (pero no te echan si abortas clandestinamente, claro); si te casas por lo civil o con un divorciado también corres la misma desgracia y te echan (si eres capaz de ocultarlo no, claro) no vale la honradez y sí la hipocresía. El cura que se casa tendrá mujer pero perderá la parroquia, aunque la parroquia quiera al cura (casado) las mujeres que tienen que ver con los curas son en general Evas y seductoras. Y los “frutos del celibato”, los hijos que los curas han tenido por ahí, por ahí andan sin padres, porque el cura prefirió, animado por la jerarquía, continuar sus tareas sacerdotales en contra o abandonando a la madre y al hijo o los hijos. Una vez más la ley eclesiástica, en este caso el celibato, se impone a los más elementales y fundamentales derechos humanos, como la familia, la mujer y los hijos. Tienen razón las mujeres al sentirse heridas y maltratadas por la iglesia católica romana institucional a pesar de todo lo que trabajan en ella Nada de sacerdocio de la mujer, nada en absoluto, ni siquiera esta permitido hablar del tema oficialmente. ¡Cuantas parroquias en el mundo entero se sostienen gracias al celoso y duro trabajo de las mujeres, monjas y seglares! La iglesia es desagradecida y arrogante, y eso se siente en el alma.
La intoxicación de las almas sigue su curso en doctrinas y actitudes de la iglesia a pesar que el concilio Vaticano II abrió puertas y ventanas. No importa el concilio Vaticano II fue pronto olvidado y enseguida enterrado. La iglesia católica romana no se reforma porque, al fin y a la postre, no lo quieren los jerarcas. Son ellos los incorregibles, interesadamente incorregibles, pues al cambio perderían mucho, prerrogativas, privilegios y prebendas, ese es un hecho cantante y sonante, perderían lo que, al parecer, más se quiere en este mundo, para bien o para mal: poder y dinero. Y eso no entra en sus planes, no va a estropear su carrera, la carrera que un día a dedo les regalaron las altas jerarquías y entre tanto el pueblo sigue aguantando y sufriendo sus dictados, son las victimas ¿hasta cuando?


Gumersindo Lorenzo Salas

Editorial salterrae

martes, 22 de junio de 2010

Los cimientos de la fe


¿Sobre qué cimientos está su fe construida? Las Escrituras nos dicen que la fe viene por el oír, y que la Palabra de Dios nos da “oídos espirituales” permitiéndonos oír (ver Romanos 10:17). Bueno, aquí está lo que la Biblia dice sobre la experiencia de los desiertos en nuestras vidas:

“No me arrastre la corriente de las aguas, ni me trague el abismo…Respóndeme, Jehová, por que benigna es tu misericordia…No escondas de tu siervo tu rostro, por que estoy angustiado” (Salmo 69:15-17). Claramente, las aguas de aflicción inundan las vidas de los que agradan a Dios.
“Por que tú, Dios, nos probaste; nos purificaste como se purifica la plata. Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga… ¡Pasamos por el fuego y por el agua!” (66:10-12). ¿Quién nos mete en la red de aflicciones? Dios mismo lo hace.
“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; pero ahora guardo tu palabra…Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos” (119:67, 71). Estos versos lo hacen perfectamente claro: Es bueno para nosotros – aun nos bendice – el ser afligidos.
Considere el testimonio del Salmista: “Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas…Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del seol; angustia y dolor había yo hallado. Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: ‘¡Jehová, libra ahora mi alma!’” Salmo 116:1-4). Aquí tenemos a un siervo fiel quien amaba a Dios y tenía gran fe. Aún así, él enfrentó las penas del dolor, problemas y muerte.

Encontramos este tema a través de la Biblia. La Palabra de Dios declara a gran voz que el camino hacia la fe es a través de las aguas y del fuego: “En el mar fue tu camino y tus sendas en las muchas aguas” (Salmo 77:19). “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz…Abriré camino en el desierto y ríos en la tierra estéril” (Isaías 43:19) “Cuando pases por las aguas yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti (Isaías 43:2). “Por que yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: ‘No temas, yo te ayudo’”. (Isaías 41:13)

El último verso contiene una llave importante: En cada desierto que enfrentamos, nuestro Padre está agarrando nuestra mano. Pero sólo aquellos que pasan por el desierto reciben esta mano de consuelo. El se la extiende a aquellos que están atrapados en rugientes ríos de problemas.

David Wilkerson

lunes, 21 de junio de 2010

Una elección


Cierta mañana cada neoyorquino que tomaba el metro en la estación de la calle Manhattan, a la altura del número 110, podía leer sobre un muro un grafiti con esta inscripción: «Dios ha muerto –Nietzsche». Días después, otro transeúnte escribió debajo: «Nietzsche ha muerto –Dios». Es muy posible que los que leyeron esas dos inscripciones se sintieron obligados a reflexionar sobre su contenido. La primera frase es la afirmación de un hombre, filósofo renombrado, que rehúsa la existencia de Dios. Aunque sabio en su propia estima y la de sus contemporáneos, figura en la larga lista de todos aquellos a quienes la Biblia llama “necios”. Su ejemplo confirma lo que leemos en 1 Corintios 1:21: “El mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría”. Sin embargo, la creación y todas sus maravillas son por sí mismas una prueba de ello. “Porque las cosas invisibles de él (Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20). La segunda frase es la respuesta del Creador, solemne e ineludible. La sentencia de Génesis 2:17: “Ciertamente morirás”, siempre se ha cumplido. ¿Creer a Nietzsche o a Dios? Su eterno porvenir depende de su elección.

amenamen.net

domingo, 20 de junio de 2010

Tratando con nuestras fortalezas



Muchos cristianos mencionan 2 Corintios 10:3-4: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. La mayoría de nosotros piensa en las fortalezas como ataduras, tales como desviaciones sexuales, adicciones a las drogas, alcoholismo – pecados exteriores que colocamos al comienzo en nuestra lista de “peores pecados”. Pero Pablo se refiere a algo mucho peor que nuestra medición humana de pecados.

En primer lugar, él no esta hablando de posesión demoníaca. En mi opinión, el diablo no puede entrar en el corazón de un cristiano vencedor y reclamar algún lugar en él. Más bien, el sentido figurado en griego de la palabra “fortaleza”, usada por Pablo, es: “agarrándose fuertemente de un argumento”. Una fortaleza es una acusación firmemente plantada en la mente. Satanás establece fortalezas en el pueblo de Dios, al implantar en sus mentes mentiras, falsedades y malas interpretaciones, especialmente en lo referente a la naturaleza de Dios.

Por ejemplo, el enemigo puede plantar en su mente la mentira de que usted no es espiritual, que es completamente indigno de la gracia de Dios. Quizás le susurre repetidamente: “Nunca serás libre de ese pecado que constantemente te asedia. No te has esforzado lo suficiente. No has cambiado nada. Y ahora Dios ya perdió la paciencia contigo a causa de tus continuos altibajos.

También el diablo puede tratar de convencerlo, respecto a que usted tiene el derecho de guardar una amargura, porque ha sido ofendido. Si usted continúa oyendo sus mentiras, él comenzará, con su ejército de acusadores, a plantar mentiras demoníacas en su mente. Estas mentiras son su fortaleza y si no las resistimos por la Palabra de Dios, éstas se convertirán en temores enquistados en nuestras mentes.

La única arma que espanta al diablo es la misma que lo espantó cuando Jesús fue tentado en el desierto. Esa arma es la verdad de la Palabra viva de Dios. Según Miqueas, ésta es la promesa de la que estamos asidos: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”. (Miqueas 7:18-19). En hebreo, la palabra “sepultará”, significa: “él los pisoteará”. Nosotros no sepultamos nuestros pecados; Él los sepultará a través del arrepentimiento y la fe.

viernes, 18 de junio de 2010

Fallece Saramago a los 87 años


Reuters

El prolífico autor, cuya delicada salud hizo temer por su vida hace un par de años, había publicado a finales de 2009 su última novela, "Caín", una irónica mirada al Viejo Testamento que fue muy criticada por la Iglesia católica.
Escéptico y pesimista empedernido, Saramago levantó su voz en numerosas ocasiones contra las injusticias, la Iglesia y los grandes poderes económicos, a los que veía como las grandes enfermedades de su tiempo.
"Estamos todos hundidos en la mierda del mundo y no se puede ser optimista. El que es optimista, o es estúpido, o insensible, o millonario", dijo en diciembre de 2008, durante la presentación en Madrid de "Las pequeñas memorias", una obra en la que recuerda su infancia entre los 5 y los 14 años.
Saramago, natural de Azinhaga, en el centro de Portugal, creció en el seno de una familia de campesinos y desde hace años había fijado su residencia en Lanzarote, donde vivía con la traductora y periodista Pilar del Río.
Entre las obras del autor portugués, que comenzó su carrera literaria como poeta, figuran "El año de la muerte de Ricardo Reis", "El evangelio según Jesucristo", "Ensayo sobre la ceguera", "La balsa de piedra" y "La caverna".

El miedo de la Iglesia a la crítica



Gonzalez Faus
Entre el amor y el poder la institución eclesial le tiene miedo a Dios o, matizando más, a que Dios sea el que se reveló en Jesús y no el de una idea religiosa general de Dios, tal como dijo Dietrich Bonhoeffer. Porque, en ese caso no se puede apelar a Dios para justificar cosas que el evangelio de Jesús no aprobaría. De ahí la tendencia clara a apelar a un Cristo divino antes que al Jesús humano que debería dar rostro a ese Cristo.
Puedo añadir que ese miedo lo comprendo porque creo conocer mi propia pasta y la pasta humana. Otra cosa es que tema que de esa manera la institución eclesial acabe cumpliendo en ella la advertencia de Jesús: que quien pretende salvar su vida la pierde y sólo quien la pierde por el Reino de Dios y el evangelio acaba salvándola. Pero comprendo el miedo que da la incómoda inestabilidad del Reino de Dios, y lo tentadora que resulta la cómoda instalación en este mundo.
El resultado de ese miedo es, en mi opinión, que la institución eclesial se parece hoy mucho más a la institución judía del siglo i con la que Jesús chocó hasta costarle la vida, que a la comunidad de hijos (libres), hermanos (iguales) y servidores (solidarios) que debía brotar el seguimiento de Jesús. Creo que, en el Vaticano II, la Iglesia “salió de Egipto”, es decir: de su pretensión de ser “sociedad perfecta” que no era más que una casa de esclavitud. Luego se encontró en medio del desierto y comenzó está Dios con nosotros o no”.
Creo que la Iglesia debería aprender de la historia previa del pueblo de Dios, para no repetir aquellos mismos pecados. Pero me parece que ese aprendizaje le da muchísimo miedo, y esconde ese miedo con gritos de aparente valentía para desafiar al mundo, pero escurriendo el bulto de su propia conversión institucional que es el que verdaderamente la asusta.
Como he dicho, todo eso tiene que ver con si la Iglesia es una institución del Dios-Amor, que “ama tanto al mundo como para entregarle lo mejor de sí” (Juan 3,16) y que se despoja de su dignidad divina para acercarse al mundo empecatado al que ama, o si es una institución del Dios-Poder, que condena al mundo y pone su dignidad en distanciarse de los hombres.Un obispo australiano publicó hace poco un libro titulado Poder y sexualidad en la Iglesia.
En el primer capítulo explica que la conferencia episcopal de su país le encargó estudiar los casos de pederastia (y añado yo entre paréntesis una pregunta que aún no he oído a nadie: ¿cómo es que todos esos casos han aparecido en el mundo rico y no en el mundo pobre?) Pues bien: al adentrarse en su estudio fue llegando a la conclusión de que el problema no era exclusivamente de sexualidad sino sobre todo de poder. Y al entrar por esos senderos fue tropezando con la oposición y las amenazas de la curia. Hasta que terminó presentando su dimisión, y contando la historia de su investigación en un libro. La institución estaba dispuesta a resolver un problema de moral personal, pero no una raíz de poder institucional.
Lo que implicaría para la Iglesia perder ese miedo al evangelio lo expuse hace ya años en un artículo (“Para una reforma evangélica de la Iglesia”) que apareció primero en la Revista catalana de teología y luego fue recogido en un libro (Iglesia ¿de dónde vienes? ¿A dónde vas?), publicadopor Cristianisme i justicia. Remito allí si alguien quiere más concreciones. Ahora añadiría sólo dos cosas:
1. Lo más urgente es una profunda reforma de la curia romana: que la ponga al servicio de la autoridad eclesiástica (constituida por todo el colegio episcopal y su cabeza) en lugar de funcionar como una pantalla que se interpone entre el cuerpo y la cabeza. Que, para eso, los miembros de la curia dejen de ser obispos (cumpliendo el concilio de Calcedonia que decía que no se consagre a nadie obispo sin una iglesia) y, de este modo, deje de ser una plataforma que favorece el carrerismo, la búsqueda de honores humanos religiosamente vestidos y el irse situando para estar en posiciones favorables según soplen los vientos.
2. De momento, no espero una primavera cercana en la Iglesia. Probablemente habremos de soportar aún tiempos más recios e inviernos más fuertes, hasta que la fuerza del Espíritu pueda con la resistencia de la institución y la Iglesia comprenda como Pablo que “le es duro cocear contra el evangelio”.

Joxe Arregi dice que el nombramiento de Munilla es producto de una conspiración




Afirma que el nuevo obispo de San Sebastián tiene en su poder una carpeta denominada 'Mafia'








pocos días de que José Ignacio Munilla tome posesión de su cargo como nuevo obispo de San Sebastián, la polémica sigue creciendo. Semanas después de que 85 de los 110 párrocos guipuzcoanos respaldaran un comunicado en el que manifestaban su disconformidad con este nombramiento, el todavía prelado de la diócesis palentina ha recibido una nueva embestida, esta vez de parte del teólogo franciscano vasco Joxe Arregi. El religioso acusa a Munilla de esconder en su ordenador una carpeta con el nombre de ‘Mafia’, que contiene "conspiraciones" y "maniobras eclesiales turbias", así como "fichas" de algunos de sus compañeros de presbiterio.
Arregi realiza unas declaraciones a la Web ‘religiondigital.com’ en las que explica que al ser nombrado obispo de Palencia, Munilla se dejó olvidada dicha carpeta en el ordenador de la parroquia de Zumárraga, la cual había regentado hasta entonces. Según Arregi, el nuevo obispo mandó a una tercera persona que hiciera una copia de la misma y borrara la original del ordenador, pero cuando procedía a desempeñar la tarea “le sorprendieron con las manos en la masa”.




En declaraciones a El MUNDO desde el santuario de Arantzazu, Arregi cuenta que, al ser nombrado obispo de Palencia, Munilla se dejó olvidada en el ordenador de la parroquia de Zumárraga esa carpeta «comprometedora». Tanto, que el nuevo obispo mandó a una persona «para hacer una copia de la misma y borrarla». Con tan mala fortuna que «la sorprendieron con las manos en la masa».Al franciscano vasco le ofrecen «toda la credibilidad del mundo las fuentes» que le comentaron la existencia de la carpeta. Es «algo que se viene comentando en ciertos círculos desde hace tiempo, y yo estoy moralmente seguro y convencido de que no es un bulo». Más aún, asegura que «podría dar detalles, pero no lo voy a hacer, al menos por ahora».Eso sí, asegura que en la carpeta hay «clarísimos elementos de conspiración o de maniobras eclesiales un poco turbias». Por ejemplo, «aparecen conversaciones y escritos de los obispos más integristas y agresivos de la Conferencia Episcopal Española». ¿Del cardenal Rouco, por ejemplo? «No va usted descaminado, pero también de otros».Pero, según Arregi, eso no es lo peor. «Lo más grave es que en la carpeta aparecen fichas de determinados sacerdotes relevantes de la diócesis de Guipúzcoa. Y eso es lo que me huele mal. Me huele a algo policial. Con informaciones privadas y públicas, especialmente sobre su ideología política y el posicionamiento eclesiológico y pastoral de dichos sacerdotes».De ahí que el religioso sintiese el «deber de hacer público el hecho, porque es demasiado importante. No era sano ni bueno mantener todo eso oculto». Porque, además, esa carpeta con información tan delicada fue enviada «a muchas personas y a altas personalidades, algunas de mucha relevancia en Madrid, e incluso al Vaticano».Para Arregi, la existencia de la carpeta de Munilla demuestra que «hay un plan o una estrategia preestablecida desde hace años». Un plan que consiste en «llevar a cabo la restauración del modelo eclesial preconciliar y marginar a los pocos obispos que quedan inspirados en el Vaticano II


En los primeros primeros siglos, una iglesia “fermento” mantiene ante la sociedad el principio electivo.
Lo mantiene ante todo por razones teológicas y de fidelidad al Evangelio: por una convicción sorprendentemente comunitaria de Dios y una convicción de que aún más grave que manipular a los hombres, es intentar manipular el Espíritu apropiándose privadamente de Él. Si surgen problemas se intenta armonizar las exigencias de la realidad con las exigencias del Evangelio, antes que negar simplemente éstas.
Y la autoridad está precisamente para ayudar a encontrar esos caminos de vigencia lo que parece pedir el Evangelio, en lugar de suplantarlo. Así es como los papas resultan ser los grandes defensores del principio electivo.
Una iglesia así, aún con sus torpezas y sus fallos humanos, que siempre los hay, resulto “sacramento de comunión” y levadura para la sociedad de su época
Más adelante y conforme nos acercamos al segundo milenio, una iglesia identificada con la sociedad no consigue mantener en pie el principio electivo.
No consigue mantenerlolo, en primer lugar, por la impresionante estratificación de aquella sociedad, en que “el laico” se reduce simplemente al Rey o los nobles.
También por la clericalización cada vez mayor de la iglesia. Así, “la iglesia” va reduciéndose primero al clero y luego a los canónigos catedralicios apropiándose ellos solos la elección.
La actual demanda que existe en un amplio sector eclesial más consciente, y que reclama una vuelta a la tradición primitiva en el tema de las decisiones episcopales, no procede de una falta de amor ni de obediencia, aún cando algunas veces se manifieste de forma ruidosa, de protestas o hasta de abandonos.
Es una demanda evangélica. No será cristiano reaccionar ante ella como suelen reaccionar los fariseos de todos los sistemas ante las voces proféticas: tratando de convertirlos en voces heréticas. Más bien, debe ser atendida coma una voz de Dios, que suele comenzar a abrirse camino de maneras desconcertantes, como o hizo a través del niño Samuel “Habla Señor, que tu siervo escucha” (1Sam3). Y hay que procurar abrirse a ella aún a costa de la propia seguridad o la sensación de amenaza del propio poder. El actual sistema de nombramiento de los obispos lleva implícitamente a creer que la autoridad y la misión de los obispos proceden del papa. Y non es así: Non fue Pedro quien eligió a los apóstoles, ni tampoco Jesús por medio de Pedro, sino que fue directamente Jesús




jueves, 17 de junio de 2010

J. Arregi ¿Quieren mandarte a Filipinas?






Jose Arregi, teólogo franciscano vasco, ha roto su silencio público con una carta que denuncia las maniobras del obispo Munilla para que le "destierren"de aquí, porque por lo visto, "es agua sucia".





Con gente como este Munilla, que son los que copan la curia, la Iglesia católica cae en picado, hacia su conversión en una secta rara y peligrosa…




La iglesia católica que se proclama ministro de la vida, encadena y ahoga todo aquello que se presenta dentro de ella como nuevo, en cambio apuntala todas sus ruinosas anticuallas.
Ella que proclama renovar todo en Cristo, es hostil a renovarse a sí misma.Hay épocas en que se hace necesario tener oídos ansiosos de novedad para evitar que desaparezca el espíritu de Jesús (Mt 11,15; Mc8;18). Muchas veces el mayor peligro con que se enfrenta una iglesia institucional no es el de las ideas nuevas, si no la no existencia de ideas



José Arregi, Pido la palabra
Hace siete meses, en la víspera de Nochebuena, me quedé sin palabra como Zacarías. Y me vuelve a la memoria la historia de aquel sacerdote de Jerusalén temporalmente mudo, padre del profeta precursor de Jesús. Nació su hijo tan deseado y nadie sabía cómo llamarlo, salvo su madre Isabel, pues las madres saben siempre el nombre sagrado y único de cada hijo. “Se llamará Juan”, decía ella, es decir: “Dios consuela” (¿cómo podía llamarse si no?). Pero nadie le hacía caso. ¿Y qué decía el padre de la criatura? Poco podía decir estando como estaba transitoriamente mudo, pero quería ratificar la decisión de su sabia y resuelta mujer. Entonces, pidió por señas una tablilla, y en ella escribió: “Juan es su nombre. Dios es consuelo”. Y luego siguió hablando.
¡Bien por Zacarías! Yo no llego ni a los flecos de su túnica sacerdotal, pero es la hora de decidir. Ya pasó el invierno, pasó la flor cuaresmal del laurel, la blanca flor del espino blanco también pasó, y las golondrinas volvieron (¡qué pena que este año hayan venido tan pocas!). Todo está tan verde en Arantzazu que hasta la peña blanca parece verde. No es una hora fácil, pero está llena de Dios. Me siento en paz y sin rencor, pero he de resolverme.Monseñor Munilla, obispo de San Sebastián desde hace seis meses, ya se ha resuelto. Hace diez días citó al superior provincial –junto con el vicario– de esta provincia franciscana a la que pertenezco, para transmitirles órdenes tajantes:
“Debéis callar del todo a José Arregi. Yo no puedo, hasta dentro de dos años [hasta que haya tomado las riendas de la diócesis], adoptar directamente esta medida contra él. Pero ahora debéis actuar vosotros. Os exijo que lo hagáis”. Y pidió a mi provincial y vicario provincial que me destinen a América a trabajar con los pobres, y ello –les dijo– como “como medida de gracia”, como “ocasión de gracia”. Soy – les dijo también – “agua sucia que contamina a todos, a los de fuera de la Iglesia al igual que a los de dentro”. O irme a América o callar del todo: he ahí la alternativa.
Soy consciente de la gravedad de la hora y de la gravedad de mi decisión, pero me siento en el deber de decir: NO. No puedo acatar estas órdenes del obispo. Y creo que no debo acatarlas, en nombre de lo que más creo: en nombre de la dignidad y de la palabra, en nombre del evangelio y de la esperanza, en nombre de la Iglesia y de la humanidad que sueña. En nombre de Jesús de Nazaret, a quien amo, a quien oro, a quien quiero seguir. En nombre de Jesús, que nos enseñó a decir sí y a decir no. En nombre del Misterio de compasión y de libertad que el bendito Jesús anunció y practicó con riesgo de su vida. No callaré.
Me consta que el gobierno de mi provincia franciscana se opone en conciencia a ejecutar las órdenes del obispo, pero doy por seguro que tarde o temprano se verán forzados a hacerlo, pues los tentáculos de la jerarquía eclesiástica son extensos y poderosos. Pero quiero dejarlo muy claro: el gobierno de mi provincia franciscana no tendrá ninguna responsabilidad en las medidas que se vayan a tomar. El obispo y sus curias superiores serán los únicos responsables.¿Y cuáles son las razones del obispo?
Es muy probable que la razón de fondo sea aquel asunto de la carpeta, cuya existencia y cuyo nombre (“mafia”) ha reconocido Monseñor Munilla ante mí mismo y ante muchos sacerdotes de la diócesis, aunque, eso sí, explicando el contenido a su manera. Pero no es ésa, evidentemente, la razón que ahora aduce. El obispo me atribuye numerosos errores y herejías teológicas. He mantenido con él varias conversaciones que en realidad han sido severos interrogatorios con el Catecismo de la Iglesia Católica en la mano. No aprobé el examen, y no porque desconozca el Catecismo, sino porque no acepto que sea la única formulación válida y vinculante de la fe cristiana en nuestro tiempo. Si la fe de la Iglesia es el Catecismo tal como Monseñor Munilla lo entiende y explica, admito sin reservas que soy hereje.
Pero, ¡Dios mío!, ¿qué es una “herejía”? ¿Existe acaso mayor herejía que el autoritarismo, el dogmatismo y el miedo? ¿Cómo es que no hemos aprendido todavía cuántas verdades han resultado luego mentiras y cuántas herejías del pasado son ahora opinión común? ¿Por qué, si no, Juan Pablo II pidió tantas veces perdón por condenas pronunciadas en el pasado? ¿Cómo es que en este siglo XXI, en esta era de la información acelerada y globalizada, seguimos empeñados en poseer la verdad y en impedir la expresión de las opiniones, incluso de aquellas que se consideran erradas? ¿Cómo es que aún confundimos la fe con creencias y la identificamos con formulaciones, y no hemos aprendido que sólo merece fe el Indecible más allá de la palabra? ¿Cómo es que creemos tan poco en la madurez de los hombres y de las mujeres de hoy para discernir lo que han de pensar y hacer? ¿Cómo es que confiamos tan poco en el Espíritu Santo que habita en todos los corazones? ¿Y cómo es que en la Iglesia, en nombre de la verdad, se persiguen más los errores teológicos que la mentira, el orgullo, la ambición y la avaricia, por no decir la pederastia?
Pero ésta es mi Iglesia. En ella he aprendido a respirar y a vivir. En ella he descubierto que no hay fronteras entre los de dentro y los de fuera, y que todos somos buscadores, peregrinos, hermanos, y que todos nos movemos, vivimos y somos en el corazón de Dios. En ella, también entre quienes piensan de otra manera, tengo infinidad de hermanas y de hermanos, cada uno con su error y sus heridas, cada uno con su fuente de agua limpia en el fondo de su ser. También Monseñor Munilla es mi hermano, aunque los dos hayamos de soportar este conflicto.Esta es mi Iglesia y en ella me quedaré. Pero en ella quiero ser libre y, como antiguamente Zacarías, yo también pido una tablilla. No callaré sino ante el Misterio.
José Arregi
Para orar
Guíame, dulce luz, en medio de las tinieblas que rodean,guíame hacia adelante.La noche es oscura y estoy lejos de mi casa.¡Guíame hacia adelante!Guarda mis pies.No pido ver el horizonte lejano,un paso me basta.(John Henry Newman)
"Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios." (Hch. 4:19)Arregui no debe callar y las autoridades franciscanas deben desobedecer la orden de Munilla




A Pikaza lo querían enviar a Filipinas:





Testimonio de Xabier Pikaza





José, Déjame que te cuente una historia, de hace 26 años. No me gusta decir estas cosas, ya sabes, estoy en otras... Pero lo hago ahora, para tí y para los que te quieren, los que te queremos... En un caso como éste no me resisto a contarte lo que me hicieron hace 26 años... Mi buen provincial se resistiò entonces como verás (como creo que hará el tuyo, estoy seguro), pero la rueda de la institución superior suele seguir. Te lo cuento para animarte.
¿Tienen Ustedes casa en Filipinas? Mandad allí a Pikaza
El año 1984 andaba yo con problemas y la autoridad pertinente (Rector de la Universidad), de parte de la Autoridad Superior (Obispo de turno...), llamó a mi provincial y secretario y les dijo lo mismo que ha dicho Munilla al Provincial de José Arregui. Al mío le dijo:
¿No tenéis una casa en Filipinas? Mandarlo allí, que no hará daño, los filipinos aguantan todo, total allí las cosas importan menos, ... y así no dará aquì problemas, es por él y es por todos; así me manda el Obispo..., de parte de... .
Mi provincial que se llamaba José Gómez (animado por su secretario, que se llamaba Juan Laka, ambos muertos ya, en el seno del Señor) le contestaron al Sr. Fector y a su Obispo y al de Roma... (la cadena de siempre):
Dígale al Sr. Obispo, y al Monseñor o Cardenal de Roma, que yo no tengo ninguna razón para mandarle a Filipinas, ni a Bolivia (que está más cerca y es un lugar de esos que ustedes desprecian, donde les gusta desterrar a la gente...). Dígale que cumpliré lo que dice que ma mandan, siempre que me la den la orden firmada y bien sellada y autentificada por el Superior Supremo... que de lo contrario no voy a consentir que se mande de esa forma a un religioso... Y si hace daño aquí más daño hará en Filipinas o Bolivia... ¿o cree Usted que allí no tienen alma, ni conciencia, ni libertad...?..
Eso le dijo al rector y al obispo de turno el buen P. José Gómez, un gran cristiano, que había estado misionando en el altiplano de Bolivia y que sabía que no se puede obedecer a órdenes como esas... que no se puede mandar a Bolivia o Filipineas lo que "sobra" aquí.
Evidentmeente, el obispo de turno, de Madrid o de Roma no se atrevió a dar la orden, porque sabía que el día siguiente saldría en todos los medios... No la mandó. Me echaron de la Universidad y el P. José Gómez lloró por mí...
Yo, entonces, a los dos días, fui a hablar con el Rector (un hombre en el fondo bueno, pero un "mandado", ya se ha muerto, era de la Orden de Santo Domingo y yo, en el fondo, le quería...). Su nombre podéis verlo en cualquier anuario de la Iglesia Española. Fuí y le dije:
--Lo que has hecho no es de hombre y yo te creía un hombre... Hacer llorar a m i Provincial, que está enfermo de corazón.-- Es que me han mandado-- Esas cosas no se pueden mandar...-- Ya ves tú, es que yo...-- Te daré una idea: la próxima vez que te manden algo así le llamas a mi amá, le chantajeas hablando de estar cosas. Entonces serás un perfecto...
Miré y ví que el buen Rector, buen mandado, tenia lágrimas en los ojos. No era malo, de ninguna manera. Era un "mandado". No pude seguir hablando, él me dijo con los ojos que le perdonara. Le di la mano y salí del rectorado. Lo sentí cuando murió unos años después, de un cáncer malo...
No sé si Munilla es un mandado como aquel Rector de la Pontificia que por orden superior quería mandarme a Filipinas... No sé si lloraría como él quedó casi llorando cuando yo le dije esas cosas




¿Cómo podrá desprenderse la que es tan rica, la que tiene tan inconmovible verdad, tan segura doctrina, tan larga tradición, tan clara identidad, tan eficaz organización, tan fuerte autoridad, tan rica liturgia…? Por de pronto hay que recordar que “no es el discípulo más grande que su maestro (Lc 6,40), y que este “siendo de condición divina, decidió desprenderse de ella”( Flp 2,4). No será mucho esperar que la Iglesia decida hacer lo mismo. También a ella se le refiere aquello de que “ quien quiera ganar su vida la perderá” (Mc 8,35).


Si en estos tiempos nuevos, la Iglesia se sigue aferrando a su verdad, a su ley a su doctrina, a su identidad… y razonando que se trata de un patrimonio indiscutible, se ira convirtiendo en una secta acaso poderosa, acaso influyente y enarbolando el glorioso nombre de católica pero una secta al fin.





España: nueva Ley de Libertad religiosa


El contenido del borrador de la nueva Ley de Libertad religiosa española ha sido publicado este pasado domingo en el diario El País. Un borrador no es un documento definitivo, pero poco variará, salvo sorpresas que siempre son posibles en lo que es un proceso dinámico y vivo hasta completarse.
Podríamos resaltar en este borrador dos aspectos. Uno, lo que el borrador contiene en lo publicado por El País. Coincide con muchas de las solicitudes realizadas ya no sólo desde este diario online, sino también de lo que la Alianza Evangélica Española y la FEREDE (Federación de Entidades Evangélicas de España) han expuesto. En este primer punto poco hay que objetar a lo publicado, y sí mucho en lo que coincidir. En los aspectos principales, que por fin los funerales de Estado no sean monoconfesionales sino civiles (salvo que la familia directa del fallecido lo solicite acorde a su fe), que la presencia de las autoridades en actos religiosos se realicen con igualdad de trato para todas las confesiones, y que el Ejército no “rinda culto” oficial y obligatorio en actos católicos. No era una reivindicación expresa del colectivo protestante, pero si existe coincidencia de posturas en cuanto a la ausencia de símbolos religiosos en el espacio público (salvo los culturales y patrimoniales), respetando a la vez el uso de símbolos religiosos en la indumentaria personal (mientras no contravenga la legislación vigente, se entiende). Un sólo pero: la limitación a la objeción de conciencia, que se ciñe a que se objete dentro de lo que las leyes permiten objetar ¿Y si las leyes impiden objetar en una cuestión que actualmente no está legislada? Para eso está precisamente la objeción, para desobedecer en conciencia lo que a nivel personal se considera inadmisible y la ley nos impone. En su conjunto, creemos que estas medidas de la nueva Ley suponen una posición neutral del Estado, un equilibrio entre no creyentes y creyentes de todas las confesiones, favoreciendo una convivencia plural, sin que ninguna confesión sea discriminada ni se le otorguen privilegios “especiales”; siendo a la vez respetuosa con las creencias personales y su expresión pública como tales. Sin embargo, la mayor pega es hacia lo que no aparece: la financiación de las confesiones. Los ciudadanos españoles somos (deberíamos ser) iguales ante la ley, y un grupo de ciudadanos no deberían poder destinar parte de su tributo a Hacienda a determinadas instituciones simplemente por ser de una determinada religión. Sí pueden las instituciones religiosas recibir dinero público, como cualquier ONG, por proyectos concretos que supongan un bien social o cultural; y en este sentido la Fundación Pluralismo y Convivencia ha demostrado ser un cauce objetivo y adecuado. Que las instituciones reciban directamente dinero del Estado supone además de lo dicho convertir al Estado en recaudador de esa confesión religiosa, y crear relaciones de dependencia no deseables. Pero por encima de todo es negar a la persona que es ella -y sólo ella- la receptora de los derechos de la libertad religiosa; siendo ella -y sólo ella- quien debe decidir cómo destinar su apoyo económico, si es que quiere hacerlo. No debe ser la institución la que ejerza y disfrute tal derecho. Un método sencillo y correcto para ejercer este derecho individual sería a través de la declaración del IRPF, aumentando el límite de la cantidad deducible de las ofrendas o donativos a las entidades religiosas en un porcentaje mayor al que ahora se realiza (es decir aumentar el porcentaje de la base imponible para que pueda deducirse un mayor importe total, como se hace con los donativos a las Fundaciones). Así, un católico puede decidir si su donativo lo da a la Conferencia Episcopal, o a Cáritas, o a otra entidad. En cualquier caso, lo que el Estado hace es reconocerle el derecho de desgravar el dinero que da altruistamente. De esta manera, el derecho es de la persona, el Estado en nada interviene (salvo en reconocer la desgravación que le corresponde), y las instituciones religiosas se autofinanciarían con la ayuda añadida de que los donativos que reciben se incrementarían al poder ser desgravados por sus donantes. Todo esto no es nuevo. Ya en el informe del Observatorio Cívico Independiente (OCI) vinculado a la Alianza Evangélica Española, en su informe de 2006 sobre Libertad Religiosa en España se recogían todos estos puntos. En su momento nos solidarizamos con este informe, y volvemos a hacerlo. Es bueno ver que las opiniones no cambian de dirección con el tempo, porque hablan de rigor y fiabilidad.
Redacción es la Dirección de Protestante Digital

miércoles, 16 de junio de 2010

Xavier Alcalá pone fin a su trilogía con «Una falsa luz»




El escritor Xavier Alcalá presentó ayer en la Casa de Galicia en Madrid Una falsa luz, la novela que cierra el ciclo de su trilogía Evangélica memoria, publicada por Ézaro Ediciones. La obra es un retrato de la represión que sufrieron los disidentes del nacionalcatolicismo español, novelada a partir de la vida real de un anciano evangélico. Recoge sus vivencias y las de su comunidad desde el reinado de Alfonso XIII hasta la muerte de Franco, y pasea al lector por la España represora y la Argentina del exilio religioso. En el acto intervinieron, además del autor, el editor Alejandro Diéguez, el directivo de la Sociedad Bíblica de España Emilio Aparicio y el empresario, juez y anciano de la Iglesia evangélica Manuel Morales.

De su propia experiencia con esta rama del cristianismo, Alcalá destaca su seriedad y su capacidad de trabajo. “Es que ellos no andan con cosas raras. Desde el punto de vista doctrinal son muy serios. Ellos no prometen la venida de un mesías pasado mañana, ni anuncian el final del mundo, ni prohíben el intercambio de la sangre. No tienen ideas curiosas, lo suyo es la interpretación del Evangelio tomado por la mano. Son gente que está en la calle”, finaliza.
Natalia Reverdin Effront He acabado de leer "una falsa luz" que finaliza en 1975. Todavia habría materia para un 4º libro. Hasta la fecha, no ha habido un gesto de "reconciliación" (como en la sinagoga de Madrid en 1992) por parte de la monarquía. Los Reyes (con antepasados anglicanos, luteranos y ortodoxos...) NO han entrando NUNCA oficialmente en una iglesia protestante. Y el Rey seguirá rezando en Santiago el 25 de julio para toda España...


El mayor sufrimiento


EL MAYOR SUFRIMIENTO DE CRISTO ES CUANDO AQUELLOS QUE ÉL AMA DESCONFÍAN DE ÉL

Jesús amó a Lázaro y a sus hermanas María y Marta con mucho cariño. La casa de ellos era un oasis para el Maestro. Sabemos que Lázaro y su familia amaron a Jesús, pero las Escrituras son más enfáticas en mostrar el amor que Cristo les tenía: "el que amas está enfermo" (Juan 11:3).Cuando Jesús escuchó eso, él les envió un mensaje: "Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella" (v. 4).¡Jesús sabía que su Padre tenía la intención de que este milagro fuese para darle a él gloria y darle a ellos confianza y fe! Pero qué experiencia de profundo sufrimiento llegó a ser esto para Jesús. Los discípulos dudaron de él, María y Marta dudaron de él, y también los amigos de Lázaro que lo lloraban.¿Supo María cuán profundamente lo hirió cuando ella lo acusó de ser despreocupado y desinteresado con su problema? "Señor, si hubieras llegado aquí a tiempo – pero ahora es tarde, el daño ha sido hecho" (ver v. 21).¿Supo Marta cuánto hirió a su Maestro cuando ella cuestionó su poder de resurrección? Él le había dicho plenamente, "tu hermano resucitará," pero su palabra no fue suficiente. Ella respondió en esencia, "Oh, sí, en el día de la resurrección él se levantará, pero eso no nos ayuda hoy día" (ver v.24).Cuán doloroso debe haber sido para Cristo que sus amigos más amados dudar en que él tuviera todo el poder que ellos necesitaran. "¿No saben todavía quién soy yo?" es lo que el Señor parece decir. "Yo soy la resurrección y la vida. Crean en mí. Yo tengo el poder, la vida" (ver v. 25).Yo no creo que sepamos cuán profundo su dolor era en ese momento. Sus propios discípulos no podían alcanzar a entender el concepto de quién era él. Era suficientemente doloroso que su propio pueblo no lo conociera, pero ¿podrían aquellos a los que amaba entrañablemente no reconocer su poder? ¿Pudo él haberse dicho a sí mismo, "Ni aún mis amados amigos creen – quién podrá entonces creer?"¡Lo que le causa tanto dolor y pena a nuestro Señor es que dudemos de supoder! Si nosotros, sus amados amigos, no confiamos en su poder y fidelidad,entonces ¿quién lo hará? Lo llamamos amigo y Señor, pero no vivimos nuestras vidas como si él tuviera el poder necesario para mantenernos victoriosos y gozosos – en todos nuestros dolores y dificultades. Lo que verdaderamente satisface el corazón de nuestro Señor es aquél hijo suyo que descansa completamente en su amor y en su tierno cuidado.

DAvid Wilkerson

martes, 15 de junio de 2010

Ley de ¿Libertad Religiosa?


Ricardo Saavedra
¿Cuanto tiempo hace que nos vienen anunciando desde el Gobierno la presentación de la Ley de Libertad Religiosa? ¿Cuando dejará de ser un borrador y pasará a ser una realidad en el BOE? ¿A qué le tiene tanto miedo Zapatero?
Cada día podemos escuchar y leer a los medios nacional católicos para eclesiales la demanda, la exigencia de que se aplique en los países musulmanes la libertad religiosa. Se obvia deliberadamente que en la mayoría de los países musulmanes existe absoluta libertad de culto, y lo que no existe es únicamente la libertad de prédica fuera del ámbito de los recintos religiosos. Aún así se les llena la boca y la rotativa de inflamadas defensas de los derechos de los católicos en esos herejes países dejados de la mano de Dios.
Pero si una Ley española pretende lleva a la práctica legislativa en nuestro Estado lo que tanto demandan esas piadosas voces, entonces, "con la Iglesia hemos topado, Sancho". ¡Hasta ahí podríamos llegar!
España es católica por la Gracia de Dios (como era Franco caudillo, por cierto) y aunque no más del 30% de los declarantes del IRPF marquen la casilla de la Iglesia Católica, y las Iglesias estén llenas sólo en las grandes ocasiones, en España no se puede concebir ningún otro "statu quo" que el dominio social e ideológico de la jerarquía católica y sus símbolos.
A fin de cuentas el Artículo 16.3 de la Constitución Española dice que "Ninguna confesión tendrá carácter estatal". Así que, por tanto, no pude prevalecer en los ámbitos públicos del Estado ninguna simbología religiosa de una confesión determinada.
Es verdad que en ese mismo artículo dice que "Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica....." pero el legislador Constituyente tuvo visión de futuro, y añadió: ".... y las demás confesiones".
Hoy en día, la sociedad española, mal que le pese a unos cuantos, ha cambiado, y ya no es mayoritariamente católica, por mucho que se siga bautizando a los niños. La sociedad española ha experimentado una modificación esencial en su mapa religioso, y no es porque la inmigración o la conversión haya generado un crecimiento de otras comunidades religiosas distintas a la católica, sino porque lo que ha desaparecido en un porcentaje muy amplio de la sociedad, es el sentimiento religioso.
Lo lógico y democrático, por tanto, es que en todos aquellos ámbitos de actuación de la Administración del Estado, en sus dependencias y en sus protocolos, desaparezca cualquier signo que relacione al Estado con cualquier confesión determinada, y se permita a los ciudadanos la libre expresión de sus creencias o la falta de ellas, sin más limitaciones que el respeto a la convivencia y a la libertad de los demás.
El falso debate de "prohibir crucifijos y permitir velos" es intrínsecamente perverso y malintencionado, ya que no se puede poner en el mismo nivel la imposición de un signo confesional en un centro estatal, con la demostración personal de una sensibilidad religiosa ¿o acaso se entendería que se prohibiera la exhibición de un crucifijo, una medalla de la Virgen, un rosario, etc, que se usara personalmente?
Ya veremos en que queda al final el borrador de la Ley, y cuanto se atreve Zapatero a llevarle la contraria a la Iglesia Católica. Hasta que no se pueda hablar de política sin que se oiga el "frufrú" de las sotanas, España no será realmente libre.

lunes, 14 de junio de 2010

X. Pikaza. El camino de la paz



El próximo miércoles 16 de junio, Xabier Pikaza presentará en el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao (Plaza Nueva 4, 1º) su última obra, publicada por Ediciones Khaf: El camino de la paz. Una visión cristiana. La presentación será a las 19 h.
La paz sigue siendo una de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo; preocupación que se convierte en tarea si se mira desde la fe cristiana. Pikaza nos hablará sobre las manifestaciones de la violencia en nuestro tiempo y trazará una serie de hitos fundamentales que debemos recorrer para hacer posible el camino de la paz.
El acto ha sido organizado por la Delegación de Educación del Obispado de Bilbao, el IDTP, Ibaizabal y Ediciones Khaf.
Si estáis ese día por Bilbao, os esperamos.
Este libro consta de dos partes: (a) Una introducción teórica sobre el origen de la violencia y la búsqueda de paz, desde una perspectiva filosófica, social y religiosa. (b) Un itinerario concreto, con doce estaciones que marcan los momentos básicos del Camino de la Paz, desde una perspectiva cristiana. Se trata de un libro pedagógico, para el estudio y la reflexión, pero también el compromiso creyente, en diálogo con aquellos hombres y mujeres que, de formas distintas, aspiran a la paz. A modo de resumen, presentamos el contenido básico de las nueve últimas estaciones de ese Tren de la Paz que he querido poner en marcha con este libro.
1. Paz y justicia económica. Una huelga universal de pobres
En la base de toda guerra hay casi siempre un conflicto económico. Lógicamente, la marcha en el tren de la paz exige un cambio esencial: que los hombres y mujeres aprendan a integrar el “mío y tuyo” en un “nuestro”, es decir, en una comunión de bienes y personas, es decir, que los pobres acojan a los ricos, ofreciéndolos lo mejor que ellos tienen, y que los ricos compartan lo que tienen con los pobres, pues de lo contrario el tren de la paz estallará en plena marcha.
1 Una huelga universal. Hasta ahora, en los últimos milenios y de un modo especial en los dos siglos finales, la economía dominante ha estado marcada por el dominio del capital y el mercado, que han impuesto su dictado desde arriba sobre el conjunto de los hombres y la tierra, al servicio del sistema. Del único mundo (one world), que nos precedía y engendraba, con sus signos divinos, como madre providente, hemos pasado al único mercado (one market), que nosotros mismos instauramos, como dioses pequeños, dispuestos a comprarlo y a venderlo todo (como decía Kant). Nada se hereda y comparte gratuitamente, todo se compra y se vende. Pues bien, en ese contexto, el evangelio de Jesús implica una ruptura radical de gracia y debe expresarse a través de una fuerte decisión económica.
En este mundo “viejo” se ha podido decir que los bienes básicos de una población (o de la humanidad) no son los naturales (recibidos de forma gratuita), sino los producidos de manera técnica y comprados a través del único mercado, que regula desde arriba (por imposición) los recursos y bienes de la humanidad. De esa forma hemos pasado de la naturaleza madre a la empresa madrastra, dirigida por el capital y dominada mercado. La madre naturaleza regalaba a todos sol y lluvia (cf. Mt 5, 46 par), pero la industria y el mercado ofrecen casi todo muy pocos y casi nada a muchos. Con su sabiduría natural, la tierra había mantenido hasta el momento su oferta y así hemos nacido y crecido en ella, a pesar de nuestras violencias. Pero el mercado que nosotros hemos producido puede necesitar la muerte de miles de millones de personas, a no ser que cambiemos su estructura actual. En ese contexto se inscribe la “decisión” de Jesús, la tarea del Reino.
Las revoluciones marxistas de principios y mediados del siglo XX han fracasado (por errores propios y por presiones ajenas) dejando en la actualidad un vacío, con la sensación de que nada se puede cambiar, pues el nuevo capitalismo lo ha dominado todo. Pues bien, ese nuevo capitalismo está en crisis (año 2010), de manera que son muchos los que piensan que no puede haber una revolución económica, sino que estamos condenados a un tipo de guerra económica sin fin. Para evitar el colapso de la economía (con el riesgo que implica para miles de millones de personas), debemos realizar una profunda inversión (cambio de rumbo), de manera que el capital se ponga al servicio de los hombres, no en línea de compra/venta, sino de comunicación personal. Para ello debemos iniciar una “salida” y protesta, es decir, tomando la decisión de declarar una huelga general (universal), contra las leyes y normas del capital y del mercado, dejando de colaborar con el sistema y abandonando la “ciudad de opresión” (como pedía Mc 13, 14 y Ap 18, 4).
No se trata de tomar el poder económico/político para cambiarlo (como quiso Lenin en Rusia, el año 1917), sino de superar el poder económico, a través de un rechazo (una salida), al modo de Jesús, no para dejar de trabajar o para pedir simplemente salarios más altos (cosa que ha sido a menudo conveniente), sino para abrir nuestra mente y corazón a otros valores, para trabajar de una forma distinta y producir de otra manera, al servicio de los hombres (los pobres) y no del mercado capitalista o de la seguridad militar.
No será una huelga para no trabajar, sino para trabajar de otra manera, de un moco humano, con finalidades humanas. No será una huelga contra nadie, sino a favor de todos, desde los más pobres, en la línea de los itinerantes de Jesús, campesinos sin campo ni trabajo, que se unían para compartir, iniciando una nueva solidaridad y comunicación, para curar a los ricos. No será huelga para romper máquinas e incendiar casas o cosechas, sino para poner máquinas/casas/cosechas al servicio de todos, una huelga sanadora que pueda transformar incluso a los antiguos propietarios (¡capitalistas!). Sólo así podrá lograr una nueva economía mundial, que no esté al servicio del Imperio (capital, mercado), sino de todos los hombres y pueblos, empezando por los pobres, en una línea de paz.
Ciertamente, la solución de los problemas de la humanidad no es sólo económica, pero sin una nueva economía, al servicio de todos los hombres, a partir de los más pobres, seguiremos en riesgo de guerra. Para que ese riesgo cese debe cambiar el modelo actual de economía del sistema y eso sólo se puede conseguir haciendo que ella “suba de nivel” a través de una mutación humana como la de Jesús. Eso significa que tenemos que abandonar el trabajo al servicio del sistema (como lo abandonaron los primeros seguidores de Jesús), pero no por rechazo destructor (quemando las mieses, derribando las fábricas, matando a los propietarios…), como a veces se ha hecho, sino creando formas de economía alternativa. Ciertamente, Jesús no vino a cambiar el tipo exterior de economía en cuanto tal, pero su propuesta (su gran “huelga” evangélica), vinculada a los campesinos sin campo y desplegada a modo de movimiento mesiánico, puede y debe ser principio de transformación económica.
2. Paz religiosa, una Palabra transparente
El objetivo anterior (paz económica) sólo puede alcanzarse a través de la palabra, es decir, de una conversión, meta-noia, o cambio de mente, como supone y proclama el evangelio (cf. Mc 1, 14-15); por eso, el tren de la paz ha de parar en la estación del pensamiento/palabra, en la que he querido situar también la religión, que aquí concibo como experiencia radical de palabra compartida.
Hombres y mujeres han nacido y se han desarrollado como seres libres, dotados de conciencia, a través de la reflexión y la comunicación verbal y afectiva, que les hace personas, capaces de crear una comunión igualitaria (o de matarse sin fin). En ese contexto, debemos recordar que primera violencia, que la Biblia ha condensado de un modo simbólico en la historia de Abel y Caín (cf. Gen 4), nació de una palabra fracasada, de una carencia de comunicación, que desembocó en la muerte de uno de ellos. Pues bien, esa carencia o rechazo de la comunicación sigue pesando como fondo y principio de todas las violencias, dentro de un mundo duro, donde corremos el riesgo de que se imponga sobre todos los hombres y mujeres la red de un pensamiento único (dominador), que sacralice la mentira y no nos deje compartir la vida en paz.
En ese contexto se sitúa un pasaje importante de la Carta de Santiago, un documento esencial del Nuevo Testamento, que define la religión (thrêskeia) como experiencia de amor que se abre a los huérfanos y viudas, es decir, a los necesitados. «La religión pura e incontaminada delante del Dios y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y no contaminarse con la impureza del mundo (Sant 1 27).
La religión es, según eso, comunicación de amor, que se abre de un modo trasparente a los rechazados de una sociedad que les expulsa, volviéndose impura. Según eso, la impureza no pertenece a los marginados (huérfanos, viudas…), sino más bien a quienes les marginan, con obras y palabras. Pues bien, este contexto, Santiago 3, 5-8 sigue diciendo la religión se identifica con la sabiduría que proviene de la lengua, es decir, de la palabra que no ofende, sino que dice y escucha con justicia y misericordia, haciendo la paz.
En el principio de la contaminación está según eso “la lengua mala”, que ofende, separa y divide, siendo así el origen de todos los pecados (como dice también Pablo en Rom 1, 18-32). Pero Santiago sabe que, en contra de esa mala lengua, hay también una lengua buena, relacionada con la Sabiduría, propia de aquellos que hacen la paz (poiousin eirênên: Sant 3, 18), viniendo a presentarse de esa forma como pacificadores (eirênopoioi: cf. Mt 5, 7). Según eso, la verdadera religión es aquella que se expresa en la Palabra de comunión, creadora de paz.
3. Comunicación univerasal, alianza de religiones
La religión de Jesús no es un pacto poderes (en la línea de Hobbes), ni un tratado de intereses comerciales (en la línea de Kant), sino una Alianza gratuita de personas que acogen, regalan y gozan la vida. Los cristianos no se contentan con eso que algunos han llamado una Alianza de Civilizaciones (en el sentido político), sino que son (han de ser) en sí mismos Alianza de Vida.
El sistema dominante de la actualidad es la economía unificada del capitalismo, donde no se puede hablar de “alianza” entre personas, sino de pactos de interés y de imposición del capital sobre pueblos y personas. En contra de eso, la religión es ante todo alianza:
1. Una alianza, varias religiones. Los griegos sabían que, para triunfar, “no es bueno que manden muchos, sino que debe haber un jefe…” (Ilíada II, 204). Pero el cristianismo no busca el mando, sino la acogida del misterio y la fraternidad (cf. Mt 23, 1-9). Desde ese fondo, siguiendo un modelo de “arco iris” (cada color es bello estando al lado de otros), la verdad de una religión no se opone a la verdad de otra, sino que las dos son verdaderas precisamente por ser distintas. Según eso, lass religiones se definen y distinguen como experiencias de diálogo en gratuidad, de manera que en el momento en se imponen se vuelven mentira. Más que el triunfo propio, como religión aislada, la iglesia católica ha de buscar el bien de los creyentes de otras religiones, para que todos juntos puedan expresar mejor la alianza plural de la Vida y la riqueza del amor de Dios.
2. Nos une la mística, Dios es misterio. Las religiones vinculan a los creyentes y se vinculan entre sí a través de lo que tienen de más hondo, en línea de mística, superando así el nivel de una racionalidad impositiva. En ese sentido, en el camino de la alianza, los cristianos pueden y deben colaborar en la búsqueda de una “paz mística”, fundada en la experiencia de Dios (o del misterio de vida), vinculándose así con los creyentes de otras religiones, que buscan y exploran también la experiencia del misterio (como los hindúes, budistas, musulmanes…). Esa alianza no es producto de una razón triunfante que se impone sobre los demás, sino experiencia de gracia, es decir, de iluminación superior y de comunicación personal, como saben los contemplativos y/o amantes.
3. Alianza desde los pobres. En el punto de partida del judaísmo, cristianismo e Islam hay una experiencia de liberación de los pobres (hebreos oprimidos en Egipto, enfermos y pobres del entorno de Jesús, oprimidos de la Meca). Este recuerdo ha de estar en el principio de la alianza de estas religiones y de todas, de manera que los creyentes no nos unimos sólo desde el misterio, sino que debemos hacerlo también en el servicio a los pobres. De esa manera, creyentes de las diversas religiones tenemos que dejar en un segundo plano otros prejuicios y “dogmas” particularistas, para volver al origen de nuestras experiencias, buscando la paz que es alianza desde los pobres del mundo, no desde los poderes del sistema.

Para más información: http://www.edicioneskhaf.es


http://padrenuestro.net/tienda/2010/05/18/libro-%E2%80%9Cel-camino-de-la-paz%E2%80%9D-de-xabier-pikaza/

Xabier Pikaza presenta en su blog la trilogía de Xavier Alcalá

Mañana, día 15 de junio del 2010, a las ocho de la tarde, en la CASA DE GALICIA de Madrid (Casado del Alisal, 8), X. Alcalá presentará su libro “Una falsa luz” (Ézaro, Santiago de Compostela, novela que cierra el ciclo de la trilogía “Evangélica memoria”. Por razones de trabajo (a esa misma hora presento mi libro sobre la paz en el Centro Diocesano de Pastora, de Bilbao) no puedo asistir, pero desde aquí quiero unirme a los que vayan, ofreciendo a X. Alcalá el testimonio de mi admiración, porque ha recuperado en esta obra de “memoria” evangélica (protestante, cristiana), que es, al mismo tiempo, memoria social, política y económica de Galicia a lo largo del siglo XX.
La primera parte de la trilogía se titulaba Entre fronteras (Ézaro 2004), y contaba la historia de las comunidades protestantes gallegas desde la dictadura de Primo de Rivera hasta el fin de la Guerra Civil. La segunda se titulaba En las catacumbas (2009), y se extendía desde el inicio de la II Guerra Mundial hasta los peores momentos de la autarquía franquista. Esta tercera parte, Una falsa luz, cuenta la historia de esas comunidades protestantes en los últimos años del franquismo.Esta obra, una gran novela histórica, escrita desde la perspectiva de un anciano “evangélico” (protestante), recoge el testimonio oral de varias decenas de “crentes” (creyentes) gallegos que han vivido exilados en su propia tierra durante unos años esenciales del siglo XX, desde la caída de Alfonso XIII hasta la muerte de Franco. Una historia escrita desde el otro lado, historia de la fe y de la desgracia de unos hombres y mujeres que han querido ser distintos, ellos mismos, en un tiempo duro, el tiempo de nuestros abuelos y padres. Xavier Alcalá me ha hecho llegar su obra, y desde aquí se lo agradezco, ofreciendo unas pequeñas reflexiones sobre ella.

Xavier Alcalá. Una obra comprometida
De su vida y obra no quiero decir nada. Basta pulsar en el Google para saber los datos básicos de su vida y de su obra de ensayo y de ficción, escrita básicamente en gallego, y traducida con frecuencia al castellano, como ésta que hoy presentamos.Quiero destacar el compromiso de X. Alcalá por el hombre y por la libertad, en todas sus vertientes, desde un fondo cristiano, de solidaridad evangélica. La vida y la libertad del hombre, eso es lo que de verdad le importa.
Desde ese fondo ha destacado X. Alcalá aspectos de la historia que muchas veces ignoramos, la dura existencia de aquellos que están al otro lado, ignorados por unos, reprimidos por otros, teniendo que remar contracorriente, marginados por la sociedad dominadora y la propaganda oficial. Ésta trilogía ofrece la semblanza de unos gallegos distintos (en Galicia y en Buenos Aires), porque querían y quieren ser universales desde una forma distinta de entender la fe cristiana. Desde este fondo quiero añadir una pequeña experiencia propia.

Sigue:
Xavier Alcalá es colaborador habitual de los medios escritos desde 1973, con crónicas y artículos de opinión. Narrador prolífico, tiene más de treinta libros publicados, que incluyen relatos galardonados con los principales premios de Galicia, como el Pedrón de Ouro y el Manuel Murguía, y novelas como A nosa cinza (una de las obras más leídas en gallego, con más de 70.000 ejemplares vendidos), Fábula (Premio Cidade da Coruña y de la Crítica Española) y la trilogía Evanxélica memoria. Ha publicado también relatos de viajes como Argentina o Viaxes no país de Elal.Xavier Alcalá trabaja actualmente en varios proyectos narrativos con paisajes de fondo americanos, tan frecuentes en su obra.En esta misma colección de Ézaro se publicó su novela de aventuras marinas Al sur del mundo.Gabinete de ComunicaciónÉzaro Ediciones/Nortideas ComunicaciónNúñez Morgado, 4- 1º Local 109 Rúa San Clemente, 1 ATfno: 91 314 03 43 Tfno: 981 555 29128036 Madrid 15705 Santiago de Compostelainfo@ezaroediciones.com info@ezaroediciones.comwww.ezaroediciones.com http://www.ezaroediciones.com/







Entre los elementos que recoge este libro están «hechos desconocidos por los historiadores» tales como un «masivo exilio protestante».Manuel Molares, cuya historia inspiró la trilogía, calificó de «maravillosa» la experiencia de construir estos libros a través de personas que participaron directamente en los hechos, en «tiempos muy cercanos pero que no son los mismos». Manuel Molares, de 94 años, es testimonio vivo de lo ocurrido. La obra se apoya también en los relatos de muchos creyentes de avanzada edad que sufrieron en sus propias carnes el azote de la represión del nacional-catolicismo oficial. En total, son más de 1.300 páginas que en cada volumen recogen una etapa crucial para la comunidad evangélica española durante el siglo pasado.




El titulo Entre fronteras hace referencia a la peculiar situación del protestantismo en España, que le sitúa finalmente en tierra de nadie. Para los socialistas, como su padre, ya no hace falta religión alguna, pero para la España de Franco, sólo hay una verdadera. Cuando la iglesia católica pierde su poder en la Segunda República, la gente ya no quiere saber nada de ninguna iglesia, mientras que para el franquismo, los evangélicos son “comunistas, protestantes y masones”. Igual que en esta parte de Galicia, que se encuentra en la frontera entre España y Portugal, los evangélicos parece que no pertenecen a ningún sitio de nuestra geografía. Como se suele decir, “si ya no somos católicos, que es la única religión verdadera, ¿cómo vamos a creer en cualquier otra?”. Aquí se está con los curas o en contra de ellos, pero no podemos vivir sin ellos... Está parece ser la Historia de España. La Biblia es por lo tanto el libro de los protestantes. Así cuando Alcalá habla de la salvación “por Cristo a través de la fe”, lo dice como una expresión entre comillas, que nos recuerda a Miguel Delibes cuando habla de “la teoría de la justificación por la fe” en su novela El Hereje. Es como si se tratara de una idea particular protestante, en vez de la clara enseñanza del Nuevo Testamento. Esta es la tragedia de nuestro pueblo, no que desconozca el mundo evangélico, sino que desprecia la enseñanza de este Libro, de donde nace la verdadera fe. Ya que sólo podemos conocer a Cristo por medio de su Palabra...