martes, 12 de enero de 2010

La guia del Señor


En Hebreos 11:1 aprendemos que la fe es certeza y es convicción...
El ser humano que camina con Dios, que continuamente busca Su Presencia y que espera con paciencia en El, no debería equivocarse al decidir y al actuar ¿Por qué?... Porque el mismo Espíritu de Dios estaría obrando delante suyo y a su alrededor para que así fuera...
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13)
He aquí las palabras de un hombre que tuvo dudas y actuando juntamente con ellas, contribuyó a modificar el rumbo de varias vidas a su alrededor:
“Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo:... toma, pues ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza, y hazme un guisado... y comeré para que yo te bendiga antes que muera” (Génesis 27:1-4)
Mientras él hablaba, su esposa trazó otro plan:
“Y Rebeca estaba oyendo... Rebeca habló a Jacob su hijo... ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando. Ve ahora al ganado, y trámeme de allí dos buenos cabritos... y haré de ellos viandas para tu padre... y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte... Y Jacob dijo... He aquí Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño. Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición. Y su madre dijo... solamente obedece a mi voz... entonces él fue y los tomó y los trajo a su madre... Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú... y vistió a Jacob... y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos...” (Génesis 27:5-17)
Al presentarse Jacob ante Isaac, éste tuvo dudas de su identidad:
“Entonces éste fue a su padre, y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío? ... Yo soy Esaú tu primogénito... come de mi caza para que me bendigas... Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto...? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí. ... Acércate ahora, y te palparé... por si eres mi hijo Esaú o no. Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero... las manos de Esaú... y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy...y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame... Y Jacob se acercó y le besó, y olió Isaac el olor de sus vestidos y le bendijo...” (Génesis 27:18-29)
Esta bendición afectaría la vida del que verdaderamente debía recibirla y la del resto de sus descendientes (Génesis 27:30-40)
Este es un caso muy específico, pero es también un buen ejemplo a considerar para las ocasiones en que debamos tomar decisiones trascendentales en nuestras vidas. Una decisión equivocada por no tener en cuenta los recaudos o los consejos necesarios puede producir mucho dolor y consecuencias desagradables... Isaac podía haber buscado ayuda en algún sirviente o amigo antes de dar la bendición...
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14)
Recordemos: Dios desea que vivamos guiados por El y sus buenos consejos...
daresperanza.com.ar

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