jueves, 14 de enero de 2010

¿Quién creemos que dirige?



“El ser humano elige depender de otros, más poderosos e impiadosos, semejantes a él, antes que rendirse a la voluntad arrolladora pero misericordiosa, del Dios de los cielos”

José, el hijo de Jacob fue vendido a Egipto como esclavo por sus propios hermanos envidiosos...

•“Y sus hermanos le tenían envidia... y dijeron el uno al otro... ahora pues venid, y matémosle, y echémosle en una cisterna... cuando Rubén oyó esto... dijo: no lo matemos... Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid, y vendámosle a los ismaelitas... y le vendieron por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto” (Génesis 27:11-36)
Luego de ello pasó por la cárcel, acusado injustamente (Génesis 39)

Y finalmente llegó a ocupar el segundo puesto en Egipto, detrás de Faraón (Génesis 41) salvando a su propia familia del hambre que asoló la tierra (Génesis 42-46)

Luego con el paso de los años, Jacob murió y los hermanos de José creyeron que finalmente éste se tomaría venganza en contra de ellos, y le dijeron:

•“Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos” (Génesis 50:18)
Pero he aquí la declaración de uno de los hombres más poderosos del mundo antiguo:

•“Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:19-20)
Ése fue precisamente el “secreto” en la vida de este hombre grande. No creyó en ningún momento que lo bueno y lo malo que le sucedía estuvieran de alguna manera en sus manos o en las de sus semejantes, sino que entendía y actuaba con la certeza de que Dios hacía y deshacía los acontecimientos a su alrededor...

•“Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero... Pero Jehová estaba con José, y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel” (Génesis 39:2, 21)
•“Y dijo Faraón a sus siervos: ¿acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?” (Génesis 41:38)
•“Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros... Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así que, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto” (Génesis 45:5,7-8)
¡Qué diferencia con la visión de su mismo padre Jacob!, que decía:

•“Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los años de tu vida? Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación” (Génesis 47:8-9)
¿Cómo analizamos nuestras propias vidas? ¿A la luz de nuestras apreciaciones personales o bajo la lámpara de Dios?

•“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105)

Recordemos: Sólo Dios puede gobernar y dirigir nuestras vidas y los acontecimientos que ocurren en ellas...

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