EFE
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha denunciado la existencia de un intento «fallido» de involucrar al papa Benedicto XVI en los casos de pederastia registrados en la Iglesia católica de Alemania. En un comunicado colgado ayer en la página web de Radio Vaticano , el portavoz de la Santa Sede insiste en que Joseph Ratzinger, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, fue ajeno al caso de un sacerdote con antecedentes de pederastia que fue autorizado a ejercer en la capital bávara en los años ochenta, asunto que el viernes destapó el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
«Es más que evidente que en los últimos días hay personas que han buscado con cierto empeño en Regensburgo y en Múnich elementos para implicar personalmente al Santo Padre en la cuestión de los abusos. Para cualquier observador objetivo, está claro que esos esfuerzos fracasaron», dijo Lombardi.
«A pesar de la tempestad, la Iglesia ve claro el camino que debe seguir, bajo la guía segura y rigurosa del Santo Padre. Como ya hemos tenido oportunidad de observar, esperamos que este tormento sirva, al final, de ayuda al conjunto de la sociedad, para que pueda hacerse cargo cada vez mejor de la protección y de la formación de la infancia y de la juventud», añadió.
La información divulgada el viernes por el diario alemán llegaba después de que Benedicto XVI se reuniera en el Vaticano con el jefe de los obispos de Alemania, Robert Zollitsch, quien le informó de las medidas que ha puesto en marcha para atajar el problema de la pederastia. Zollitsch, quien también se reunió con la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue convocado por el Papa para conocer de primera mano esos casos, ocurridos en los años setenta, ochenta y noventa y que afectaron a unos 350 menores.
En el comunicado, Lombardi afirmó que la línea de Ratzinger ante los casos de pederastia siempre ha sido «la del rigor y la coherencia», afrontando las situaciones más difíciles también en su época como responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El promotor de Justicia de dicha congregación, el maltés Charles Scicluna, dijo en una entrevista publicada ayer en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, que acusar al Papa de ocultación en los casos de pederastia en la Iglesia es «falso y calumnioso».
El diario alemán Süddeutsche Zeitung abrió la polémica el viernes al informar de que en los ochenta, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, Joseph Ratzinger autorizó que un sacerdote con antecedentes de pederastia y que había sido expulsado por ese motivo del obispado de Essen ejerciera en la capital bávara.
En los años ochenta
El portavoz del Arzobispado de Múnich confirmó en el citado periódico que en los ochenta se cometieron «graves errores» y que el traslado del cura pedófilo se hizo «con la autorización del entonces arzobispo Joseph Ratzinger».
El sacerdote, que aún hoy sigue en activo en una comunidad de la Alta Baviera, volvió a reincidir en Múnich, según confirmó el arzobispado. El traslado desde Essen se produjo en 1980; en 1982, Ratzinger fue nombrado prefecto de la Congregación de la Fe y se marchó a Roma.
En 1986, el sacerdote en cuestión fue condenado a 18 meses de cárcel bajo libertad condicional y al pago de una multa de 4.000 marcos (2.000 euros) por reincidencia en los abusos sexuales. Pese a todo, no fue apartado de la labor pastoral, sino que continuó ejerciéndola hasta hoy casi ininterrumpidamente, según confirmó el arzobispado al rotativo alemán.
Le anunció también que analizará todas las actas relacionadas con los casos antiguos. El ex vicario general de Múnich, Gerhard Gruber, de 81 años, asumió en declaraciones al periódico la plena responsabilidad del traslado del sacerdote desde Essen, y de que continuara en activo.
«Es más que evidente que en los últimos días hay personas que han buscado con cierto empeño en Regensburgo y en Múnich elementos para implicar personalmente al Santo Padre en la cuestión de los abusos. Para cualquier observador objetivo, está claro que esos esfuerzos fracasaron», dijo Lombardi.
«A pesar de la tempestad, la Iglesia ve claro el camino que debe seguir, bajo la guía segura y rigurosa del Santo Padre. Como ya hemos tenido oportunidad de observar, esperamos que este tormento sirva, al final, de ayuda al conjunto de la sociedad, para que pueda hacerse cargo cada vez mejor de la protección y de la formación de la infancia y de la juventud», añadió.
La información divulgada el viernes por el diario alemán llegaba después de que Benedicto XVI se reuniera en el Vaticano con el jefe de los obispos de Alemania, Robert Zollitsch, quien le informó de las medidas que ha puesto en marcha para atajar el problema de la pederastia. Zollitsch, quien también se reunió con la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue convocado por el Papa para conocer de primera mano esos casos, ocurridos en los años setenta, ochenta y noventa y que afectaron a unos 350 menores.
En el comunicado, Lombardi afirmó que la línea de Ratzinger ante los casos de pederastia siempre ha sido «la del rigor y la coherencia», afrontando las situaciones más difíciles también en su época como responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El promotor de Justicia de dicha congregación, el maltés Charles Scicluna, dijo en una entrevista publicada ayer en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, que acusar al Papa de ocultación en los casos de pederastia en la Iglesia es «falso y calumnioso».
El diario alemán Süddeutsche Zeitung abrió la polémica el viernes al informar de que en los ochenta, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, Joseph Ratzinger autorizó que un sacerdote con antecedentes de pederastia y que había sido expulsado por ese motivo del obispado de Essen ejerciera en la capital bávara.
En los años ochenta
El portavoz del Arzobispado de Múnich confirmó en el citado periódico que en los ochenta se cometieron «graves errores» y que el traslado del cura pedófilo se hizo «con la autorización del entonces arzobispo Joseph Ratzinger».
El sacerdote, que aún hoy sigue en activo en una comunidad de la Alta Baviera, volvió a reincidir en Múnich, según confirmó el arzobispado. El traslado desde Essen se produjo en 1980; en 1982, Ratzinger fue nombrado prefecto de la Congregación de la Fe y se marchó a Roma.
En 1986, el sacerdote en cuestión fue condenado a 18 meses de cárcel bajo libertad condicional y al pago de una multa de 4.000 marcos (2.000 euros) por reincidencia en los abusos sexuales. Pese a todo, no fue apartado de la labor pastoral, sino que continuó ejerciéndola hasta hoy casi ininterrumpidamente, según confirmó el arzobispado al rotativo alemán.
Le anunció también que analizará todas las actas relacionadas con los casos antiguos. El ex vicario general de Múnich, Gerhard Gruber, de 81 años, asumió en declaraciones al periódico la plena responsabilidad del traslado del sacerdote desde Essen, y de que continuara en activo.
Los eventos proféticos cumpliéndose!, recordemos que este papa es de transición y con lo ocurrido solo va acelerar el fín de su periodo. El falso profeta solo podrá sustituirlo después que haya entrado en escena la primera bestia que es el anticristo: Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella ADOREN a la primera bestia.
Apocalipsis 13:11-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario