viernes, 26 de marzo de 2010

El Vaticano reconoce que encubrió abusos a 200 niños sordos en EE.UU.


Dice que no actuó porque el cura «estaba viejo y enfermo» y denuncia que la prensa intenta dañar al Papa
El acusado, un sacerdote que falleció en 1998, escribió a Ratzinger para que no tomase medidas contra él
Autor:
Michel Leridon


El papa Benedicto XVI se vio salpicado ayer directamente por la ola de escándalos de pederastia en la Iglesia católica, después de que el diario The New York Times publicara informaciones según las cuales encubrió a un sacerdote estadounidense sospechoso de haber abusado de unos 200 niños. Según el rotativo estadounidense, el cardenal Joseph Ratzinger, cuando ejercía el cargo de prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005), no tomó medidas contra el sacerdote Lawrence C. Murphy pese a las sospechas de haber abusado sexualmente en numerosas ocasiones de niños sordos y con deficiencias auditivas del estado de Wisconsin entre 1950 y 1974.
El arzobispo de Milwaukee en 1996, Rembert G. Weakland, envió dos cartas informando de ello, sin obtener respuesta, al cardenal Ratzinger, que entonces dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de estudiar esos casos. Después de ocho meses, el segundo responsable al frente de la doctrina oficial católica, el cardenal Tarsicio Bertone -actualmente secretario de Estado del Vaticano- ordenó a los obispos de Wisconsin iniciar un juicio canónigo secreto que podría haber terminado con al expulsión de Murphy del sacerdocio.
Sin embargo, Bertone paró el proceso después de que Murphy escribiese personalmente a Ratzinger diciéndole que ya se había arrepentido y que estaba enfermo. «Solo quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio», afirmaba el cura en la carta que envió al futuro Papa. «Solicito su bondadosa ayuda en este asunto», añadía.
Murphy nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas, según los documentos en poder de The New York Times, que los obtuvo de los abogados de cinco hombres que demandaron a la Archidiócesis de Milwaukee.
En 1974, el sacerdote fue trasladado por el arzobispo William E. Cousins de Milwaukee a la Diócesis de Superior, en el norte de Wisconsin, donde pasó sus últimos 24 años trabajando con niños en colegios, iglesias parroquiales y en un centro de detención juvenil, según el diario
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«Carácter trágico»
El Vaticano salió ayer en defensa del Papa y recalcó que fue informado del caso veinte años después de ocurrido. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, subrayó que, si bien el caso reviste un «carácter trágico» debido a que involucra a menores particularmente vulnerables, incluso las autoridades civiles estadounidenses abandonaron la investigación iniciada en los años setenta contra el religioso. Cuando las autoridades eclesiásticas del Vaticano fueron informadas, «el padre Murphy ya estaba viejo, enfermo, vivía recluido y no se habían registrados más denuncias en su contra en los últimos 20 años», aseguró Lombardi.
El diario L'Osservatore Romano denunció lo que considera un «evidente e innoble intento de golpear a cualquier coste» a Benedicto XVI. El verpertino acusó a la prensa internacional de difundir una imagen de la Iglesia católica «como si fuese la única responsable de los abusos sexuales, lo que no se corresponde con la realidad». Añade que los criterios de Benedicto XVI para afrontar los casos de sacerdotes pederastas son «transparencia, firmeza y severidad».

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