San Juan 12:1-8
El pueblo de Israel durante un periodo de veinte años (1 Samuel 7:1-2 Ver), había perdido de vista la presencia de Dios. Ellos la habían olvidado dejándola a un lado y una de las causas era porque uno de los utencillos del templo que simbolizaba la presencia de Dios, era el arca y la misma había sido robada hacía 20 años atrás. Sin embargo, ellos no dejaron de realizar las actividades y continuaban con sus liturgias pero sin la presencia de Dios. Algunos vienen a la iglesia por una necesidad de religión, diciendo: “Yo tengo que ir a la iglesia porque tengo que pedirle algo a Dios, porque tengo que recibir", sin embargo, el verdadero motivo debería ser siempre el ir a la iglesia para conocer a Dios. Venimos para adorar a Dios, a través de las palabras que salen de nuestros labios, y también a través de las canciones de adoración. Para Dios es muy importante recibir frutos de labios que confiesan su nombre, ese es el ministerio de cada uno de nosotros, darle toda la gloria.
Adoremos sinceramente a Dios y sin duda encontraremos la llave que abre su corazón ¿Cuántos quieren la llave que abre la puerta por la que entró el rey David, por la que entró Moisés, los grandes hombres de Dios y contemplaron al Rey de reyes y al Señor de señores? ¿Sabes como se llama esa llave? se llama "adoración". Es entrar por sus puertas con acción de gracias.
Debemos venir a la iglesia con una actitud de adoración y humildad reconociendo que todo lo que tengo es por la misericordia y el favor de Dios.
Después de pasados 20 años de haber perdido la presencia del Señor, cuando volvieron a Mizpa ofrecieron holocausto y celebraron adoración volviendo sus corazones hacia Dios otra vez. Allí pidieron perdón, porque se habían abierto a los ídolos, al mundo, a los malos hábitos y a cosas que Dios detesta. Pero cuando volvieron su corazón a Dios, arrepentidos Él tronó desde los cielos y los enemigos que los habían oprimido durante 20 años fueron dispersados.
Cuando cae la gloria de Dios, inevitablemente los enemigos son echados fuera.
Moisés le dijo: "Yo no quisiera vivir un día sin tu presencia, después de haber conocido tu gloria", David dijo: "Me puedes quitar cualquier cosa pero no quites de mí tu Santo Espíritu porque la alabanza abre los cielos". David era un hombre común y corriente, que tenía algunos atributos por los cuales Dios amaba a su corazón.
Esos atributos eran, en primer lugar un corazón adorador y en segundo lugar, aunque cometía errores David sabía reconocerlos y arrepentirse cambiando de actitud.
Veamos en San Juan 12:1-8 (Ver). Dios es Omnipotente (todo poderoso), Omnisciente (todo lo sabe) y Omnipresente (siempre está presente, en el pasado, en el presente y en el futuro).
En este pasaje Jesús estaba en un momento clave de su ministerio, ya que estaba preparándose para su sepultura. Podemos ver como Dios prepara a esta joven llamada Maria, quien hasta ese momento era una joven anónima, totalmente desconocida. Pero Dios ya la había preparado con un propósito especial. Ella era la encargada de ungir a Jesús para el momento de su sepultura.
¿Con que contaba esta mujer? Ella solo tenía un frasco de perfume muy costoso, proveniente de la India. Era de nardo puro y era un perfume que probablemente equivalía a todos sus ahorros, ya que era el salario de todo un año de trabajo. Ese perfume derramado simbolizaba para la época mucho dinero. Algunos estudiosos dicen que tal vez el padre se lo había entregado como un seguro para tener en la vida por alguna contingencia o era el dinero que le entregaría a su futuro marido en el momento de entregarle la dote (porque en esa época los matrimonios eran por arreglos entre padres y a la dama le tocaba llegar con una dote al joven. Depende su dote era el marido que obtenía, sin dote seguramente estaría un tiempo en la casa de los padres hasta que las cosas cambiaran, y si no podía tener dote tenia que ir a trabajar a casa de familia como esclava y si no la recibían posiblemente terminaba mendigando en la calle). Pero de alguna u otra manera, este fue el perfume que ella derramó en cinco minutos en los pies de Jesús. Era tan fuerte la fragancia que todo el lugar se llenó del aroma de nardo y cambió por completo la atmósfera de esa casa. Dios había preparado a esta joven para que en un momento le entregase todo; Dios preparó a la iglesia para adorarlo. No es solo el propósito de Dios que nos sentemos a escuchar un culto en la iglesia una vez a la semana, sino que el propósito de Dios es aún mayor y podemos observarlo en Efesios 1: 4 al 6 (Ver) donde dice el apóstol Pablo que Dios nos escogió, nos llamó, dándonos la oportunidad de que nuestro libre albedrío eligiera lo que ya Dios había preparado desde siempre, aunque nos cueste comprenderlo a través de la razón.
Nuestro trabajo al igual que Maria, es preparar el camino para la segunda venida del Señor. Mientras Cristo viene, nosotros como iglesia debemos aprovechar el tiempo para predicar, preparar discípulos, formar obreros y sobre todo adorarle. Nuestra función es presentarle diariamente nuestra vida para derramarla en su presencia. Es por eso que el entregarle ese perfume tenia un significado muy especial porque con esta entrega estaba diciéndole a Jesús: “Yo pongo mi confianza en ti, dejando mi futuro en tus manos”. Ella estaba entregando su vida, su riqueza, todo lo que le pertenecía para agradar al enviado de Dios. En cinco minutos ella entendió quien era Jesús, entendió cual era su destino y entendió que ella tenía algo muy valioso para darle.
¿Qué tiene que ver esto con nosotros?
El derramamiento de ese perfume nos habla de adoración y de entrega.
Cuando ella entrega el perfume hace algo muy fuerte socialmente hablando. Vs 3 (Ver). Luego de derramar el perfume sobre los pies de Jesús, soltó sus cabellos. Dice la tradición que en aquel tiempo se usaba el velo que cubría el cabello, de esta manera era notable la diferencia entre las mujeres de su casa y las mujeres de la calle que comerciaban con su cuerpo. Por lo tanto cuando ella se saca el pañuelo y comienza a secar los pies de Jesús con sus cabellos, está quedando de alguna manera expuesta ante la sociedad.
Muchos, después de la resurrección de Lázaro (sacerdotes y principales de la ley) estaban buscando la oportunidad de encarcelar a Cristo. El clima a no era el mejor, cada uno estaba en su mundo. Pero al llegar Jesús a aquel lugar, una joven se le acerca y derrama este perfume, lo que más ama, lo que más valora, a sus pies. Y no solo eso, sino que después los seca con sus cabellos dando a entender que a ella no le importaba lo que iban a decir los demás, sino que había descubierto que su vida tenia sentido cuando se acercaba al Señor y podía derramar todo su corazón ante Él.
Este desparramar el perfume lo podemos comparar con la consecuencia de aquello que pasa en la iglesia, cuando vienes a la iglesia, recibes la palabra, le das a Dios adoración y luego te vas con el olor y la fragancia de la gloria y la presencia de Dios en tu vida.
Dice la escritura que cuando ella derramó el perfume, el ambiente cambió. La Biblia nos habla de ejemplos como el de Pablo y Silas cuando cantaron himnos a la medianoche cambiando el clima de la cárcel; tal fue lo que produjeron con su adoración que ocurrió un gran terremoto y las cadenas se soltaron. Como consecuencia de amar a Dios, recibirás bendición, la Biblia dice que a los que aman a Dios, nada les faltará, porque Dios suplirá cada una de tus necesidades. Debemos buscar su corazón (Su presencia) y no sus manos (Sus obras).
Dios te preparó para un momento como este, Dios quiere usarte. Los mejores tiempos para tu vida y para la iglesia están por venir porque estamos enfocando nuestra atención en la adoración. Si adoramos a Dios vamos a ser llenos de su Espíritu Santo, vamos a tener un cántico nuevo, vamos a ser llenos de su paz, vamos a predicar mejor y vamos a conocer nuestro destino, cuando adoramos a Dios, los milagros comenzarán a desatarse!!!! No pierdas de vista la presencia de Dios, no la dejes a un lado. Has nacido para adorarle y para disfrutar de su presencia!
Claudio Freidzon
El pueblo de Israel durante un periodo de veinte años (1 Samuel 7:1-2 Ver), había perdido de vista la presencia de Dios. Ellos la habían olvidado dejándola a un lado y una de las causas era porque uno de los utencillos del templo que simbolizaba la presencia de Dios, era el arca y la misma había sido robada hacía 20 años atrás. Sin embargo, ellos no dejaron de realizar las actividades y continuaban con sus liturgias pero sin la presencia de Dios. Algunos vienen a la iglesia por una necesidad de religión, diciendo: “Yo tengo que ir a la iglesia porque tengo que pedirle algo a Dios, porque tengo que recibir", sin embargo, el verdadero motivo debería ser siempre el ir a la iglesia para conocer a Dios. Venimos para adorar a Dios, a través de las palabras que salen de nuestros labios, y también a través de las canciones de adoración. Para Dios es muy importante recibir frutos de labios que confiesan su nombre, ese es el ministerio de cada uno de nosotros, darle toda la gloria.
Adoremos sinceramente a Dios y sin duda encontraremos la llave que abre su corazón ¿Cuántos quieren la llave que abre la puerta por la que entró el rey David, por la que entró Moisés, los grandes hombres de Dios y contemplaron al Rey de reyes y al Señor de señores? ¿Sabes como se llama esa llave? se llama "adoración". Es entrar por sus puertas con acción de gracias.
Debemos venir a la iglesia con una actitud de adoración y humildad reconociendo que todo lo que tengo es por la misericordia y el favor de Dios.
Después de pasados 20 años de haber perdido la presencia del Señor, cuando volvieron a Mizpa ofrecieron holocausto y celebraron adoración volviendo sus corazones hacia Dios otra vez. Allí pidieron perdón, porque se habían abierto a los ídolos, al mundo, a los malos hábitos y a cosas que Dios detesta. Pero cuando volvieron su corazón a Dios, arrepentidos Él tronó desde los cielos y los enemigos que los habían oprimido durante 20 años fueron dispersados.
Cuando cae la gloria de Dios, inevitablemente los enemigos son echados fuera.
Moisés le dijo: "Yo no quisiera vivir un día sin tu presencia, después de haber conocido tu gloria", David dijo: "Me puedes quitar cualquier cosa pero no quites de mí tu Santo Espíritu porque la alabanza abre los cielos". David era un hombre común y corriente, que tenía algunos atributos por los cuales Dios amaba a su corazón.
Esos atributos eran, en primer lugar un corazón adorador y en segundo lugar, aunque cometía errores David sabía reconocerlos y arrepentirse cambiando de actitud.
Veamos en San Juan 12:1-8 (Ver). Dios es Omnipotente (todo poderoso), Omnisciente (todo lo sabe) y Omnipresente (siempre está presente, en el pasado, en el presente y en el futuro).
En este pasaje Jesús estaba en un momento clave de su ministerio, ya que estaba preparándose para su sepultura. Podemos ver como Dios prepara a esta joven llamada Maria, quien hasta ese momento era una joven anónima, totalmente desconocida. Pero Dios ya la había preparado con un propósito especial. Ella era la encargada de ungir a Jesús para el momento de su sepultura.
¿Con que contaba esta mujer? Ella solo tenía un frasco de perfume muy costoso, proveniente de la India. Era de nardo puro y era un perfume que probablemente equivalía a todos sus ahorros, ya que era el salario de todo un año de trabajo. Ese perfume derramado simbolizaba para la época mucho dinero. Algunos estudiosos dicen que tal vez el padre se lo había entregado como un seguro para tener en la vida por alguna contingencia o era el dinero que le entregaría a su futuro marido en el momento de entregarle la dote (porque en esa época los matrimonios eran por arreglos entre padres y a la dama le tocaba llegar con una dote al joven. Depende su dote era el marido que obtenía, sin dote seguramente estaría un tiempo en la casa de los padres hasta que las cosas cambiaran, y si no podía tener dote tenia que ir a trabajar a casa de familia como esclava y si no la recibían posiblemente terminaba mendigando en la calle). Pero de alguna u otra manera, este fue el perfume que ella derramó en cinco minutos en los pies de Jesús. Era tan fuerte la fragancia que todo el lugar se llenó del aroma de nardo y cambió por completo la atmósfera de esa casa. Dios había preparado a esta joven para que en un momento le entregase todo; Dios preparó a la iglesia para adorarlo. No es solo el propósito de Dios que nos sentemos a escuchar un culto en la iglesia una vez a la semana, sino que el propósito de Dios es aún mayor y podemos observarlo en Efesios 1: 4 al 6 (Ver) donde dice el apóstol Pablo que Dios nos escogió, nos llamó, dándonos la oportunidad de que nuestro libre albedrío eligiera lo que ya Dios había preparado desde siempre, aunque nos cueste comprenderlo a través de la razón.
Nuestro trabajo al igual que Maria, es preparar el camino para la segunda venida del Señor. Mientras Cristo viene, nosotros como iglesia debemos aprovechar el tiempo para predicar, preparar discípulos, formar obreros y sobre todo adorarle. Nuestra función es presentarle diariamente nuestra vida para derramarla en su presencia. Es por eso que el entregarle ese perfume tenia un significado muy especial porque con esta entrega estaba diciéndole a Jesús: “Yo pongo mi confianza en ti, dejando mi futuro en tus manos”. Ella estaba entregando su vida, su riqueza, todo lo que le pertenecía para agradar al enviado de Dios. En cinco minutos ella entendió quien era Jesús, entendió cual era su destino y entendió que ella tenía algo muy valioso para darle.
¿Qué tiene que ver esto con nosotros?
El derramamiento de ese perfume nos habla de adoración y de entrega.
Cuando ella entrega el perfume hace algo muy fuerte socialmente hablando. Vs 3 (Ver). Luego de derramar el perfume sobre los pies de Jesús, soltó sus cabellos. Dice la tradición que en aquel tiempo se usaba el velo que cubría el cabello, de esta manera era notable la diferencia entre las mujeres de su casa y las mujeres de la calle que comerciaban con su cuerpo. Por lo tanto cuando ella se saca el pañuelo y comienza a secar los pies de Jesús con sus cabellos, está quedando de alguna manera expuesta ante la sociedad.
Muchos, después de la resurrección de Lázaro (sacerdotes y principales de la ley) estaban buscando la oportunidad de encarcelar a Cristo. El clima a no era el mejor, cada uno estaba en su mundo. Pero al llegar Jesús a aquel lugar, una joven se le acerca y derrama este perfume, lo que más ama, lo que más valora, a sus pies. Y no solo eso, sino que después los seca con sus cabellos dando a entender que a ella no le importaba lo que iban a decir los demás, sino que había descubierto que su vida tenia sentido cuando se acercaba al Señor y podía derramar todo su corazón ante Él.
Este desparramar el perfume lo podemos comparar con la consecuencia de aquello que pasa en la iglesia, cuando vienes a la iglesia, recibes la palabra, le das a Dios adoración y luego te vas con el olor y la fragancia de la gloria y la presencia de Dios en tu vida.
Dice la escritura que cuando ella derramó el perfume, el ambiente cambió. La Biblia nos habla de ejemplos como el de Pablo y Silas cuando cantaron himnos a la medianoche cambiando el clima de la cárcel; tal fue lo que produjeron con su adoración que ocurrió un gran terremoto y las cadenas se soltaron. Como consecuencia de amar a Dios, recibirás bendición, la Biblia dice que a los que aman a Dios, nada les faltará, porque Dios suplirá cada una de tus necesidades. Debemos buscar su corazón (Su presencia) y no sus manos (Sus obras).
Dios te preparó para un momento como este, Dios quiere usarte. Los mejores tiempos para tu vida y para la iglesia están por venir porque estamos enfocando nuestra atención en la adoración. Si adoramos a Dios vamos a ser llenos de su Espíritu Santo, vamos a tener un cántico nuevo, vamos a ser llenos de su paz, vamos a predicar mejor y vamos a conocer nuestro destino, cuando adoramos a Dios, los milagros comenzarán a desatarse!!!! No pierdas de vista la presencia de Dios, no la dejes a un lado. Has nacido para adorarle y para disfrutar de su presencia!
Claudio Freidzon
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