No habría que descartar que en los próximos meses (se habla de mayo-junio) estalle una nueva y terrible confrontación bélica —ya que involucraría esta vez armamento antinuclear— en Oriente Medio, entre un Israel casi listo para atacar a Irán y el gobierno iraní dispuesto a seguirle “jalando la cola al león”, como se desprende de la orden dada ayer por Mahmud Ahmadineyad para comenzar a producir uranio altamente enriquecido (base de la bomba nuclear), ante la falta de acuerdo —reitera Irán— para intercambiar combustible nuclear con fines pacíficos con las grandes potencias, acusadas de “sólo jugar” con las negociaciones.
El líder espiritual iraní, Alí Jamenei, respaldó el anuncio de su también ultraconservador pupilo Ahmadineyad y avivó el fuego de la guerra al anunciar que “con la voluntad de Dios” la “destrucción de Israel es inminente”, como viene haciéndolo desde 2005.
Nada más ingenuo de su Irán —de ahí, ciertamente, lo incomprensible de su provocación—, si se considera que Israel siempre resultó vencedor en las guerras con sus vecinos: la de 1947-49, apenas implantado por la ONU el joven Estado israelí, que tan sólo con su Infantería derrotó a los cinco ejércitos regulares árabes (con artillería, blindados y fuerza área) de Siria y Líbano (norte), Irak y Transjordania (luego Jordania, este); y Egipto (sur), apoyado este último por Sudán y soldados palestinos, junto a voluntarios árabes de otros países.
Israel también se impuso en la llamada Operación Kadesh (1956), cuando el estratega militar Moshé Dayan sólo necesitó 100 horas para doblegar, esta vez con la Artillería, a la península siria del Sinaí. Y en 1967, en la Guerra de los Seis Días, donde la estrella fue la Aviación e Israel ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania (conferidos por la ONU a los palestinos); Jerusalén Este (también palestino) y la península del Sinaí hasta el Canal de Suez y los Altos del Golán (Siria).
La única paliza inflingida a Israel fue en julio-agosto de 2007, cuando el movimiento-partido del Hizbolá libanés derrotó en muy desigual combate a las tres armas conjuntas de Israel.
Por lo pronto, y para comenzar a desquitar el presupuesto militar 2010-2011 aún no aprobado, el Pentágono a acelerado el desplazamiento de sistemas antimisiles en el Golfo Pérsico (New York Times), con naves especializadas e interceptores de misiles en cuatro países: Qatar, Emiratos Árabes, Bahrein y Kuwait. Según el Times, los países árabes están cada vez más dispuestos a recibir equipos de defensa de EU “por temor a las ambiciones y las capacidades militares de Irán”.
El líder espiritual iraní, Alí Jamenei, respaldó el anuncio de su también ultraconservador pupilo Ahmadineyad y avivó el fuego de la guerra al anunciar que “con la voluntad de Dios” la “destrucción de Israel es inminente”, como viene haciéndolo desde 2005.
Nada más ingenuo de su Irán —de ahí, ciertamente, lo incomprensible de su provocación—, si se considera que Israel siempre resultó vencedor en las guerras con sus vecinos: la de 1947-49, apenas implantado por la ONU el joven Estado israelí, que tan sólo con su Infantería derrotó a los cinco ejércitos regulares árabes (con artillería, blindados y fuerza área) de Siria y Líbano (norte), Irak y Transjordania (luego Jordania, este); y Egipto (sur), apoyado este último por Sudán y soldados palestinos, junto a voluntarios árabes de otros países.
Israel también se impuso en la llamada Operación Kadesh (1956), cuando el estratega militar Moshé Dayan sólo necesitó 100 horas para doblegar, esta vez con la Artillería, a la península siria del Sinaí. Y en 1967, en la Guerra de los Seis Días, donde la estrella fue la Aviación e Israel ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania (conferidos por la ONU a los palestinos); Jerusalén Este (también palestino) y la península del Sinaí hasta el Canal de Suez y los Altos del Golán (Siria).
La única paliza inflingida a Israel fue en julio-agosto de 2007, cuando el movimiento-partido del Hizbolá libanés derrotó en muy desigual combate a las tres armas conjuntas de Israel.
Por lo pronto, y para comenzar a desquitar el presupuesto militar 2010-2011 aún no aprobado, el Pentágono a acelerado el desplazamiento de sistemas antimisiles en el Golfo Pérsico (New York Times), con naves especializadas e interceptores de misiles en cuatro países: Qatar, Emiratos Árabes, Bahrein y Kuwait. Según el Times, los países árabes están cada vez más dispuestos a recibir equipos de defensa de EU “por temor a las ambiciones y las capacidades militares de Irán”.
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