martes, 16 de febrero de 2010

Las falsas doctrinas


Lo contrario a la fe, es el fatalismo. El fatalismo no es una filosofía peculiar que surgiera en un momento dado en algún rincón del mundo. El fatalismo es la actitud predominante de la mayor parte de la gente, la mayoría de las veces se expresa en afirmaciones como “No hay nada que hacer” “No se puede cambiar el mundo” “No hay esperanza” estas son las formas de expresarse la gente que no cree realmente en el poder de Dios, la gente que no cree realmente lo que Dios prometió.
Allí donde la atmósfera generalizada de fatalismo era reemplazada por una atmósfera de fe, comenzaba a producirse lo imposible. En Nazaret, la ciudad De Jesús, había una general falta de fe y por eso no es de extrañar que no hubiera allí curaciones “prodigiosas”
Algunos curas "Católicos" en sus predicaciónes dicen que la separación del Mar Rojo es como la historia del “capitán trueno” y que esto no fue un milagro sino que fue sencillamente la influencia de las mareas y de la luna en aquel momento.
La Biblia no divide los acontecimientos en naturales y sobrenaturales. De uno u otro modo, Dios está detrás de todos los acontecimientos. Nada es capaz de resistir su poder; ni hombres ni elementos cósmicos. Aunque por lo que respeta a los primeros no interfiere de modo alguno sus voluntades.
La presencia pues de Dios, en la nube, en el fuego y en el mar, puestas a su servicio en conexión con las plagas, que mostraban su dominio sobre todos los elementos naturales, revela su pleno dominio. No hay nada por encima de Dios “Por la Palabra del Señor fueron hechos los cielos, y todo el ejercito de ellos por el ejercito de su boca. El junta cómo montón de aguas el mar; El pone en depósitos los abismos (Sal 33:6).
La historia de los hombres entrelazada con la naturaleza, proclama que Dios es Señor de Todo.
En el fondo, el esfuerzo del enemigo, del demonio consiste en convencernos de que somos nosotros los que nos tenemos que salvar, que debemos tranquilizar nuestra conciencia y liberarnos del sentido de culpa con la ayuda sicológica. Como si el Señor nos salvara en la medida de nuestra actividad.
Pablo sufrió mucho al ver que la sana doctrina tardaba en ser acogida porque eran muchos los enemigos de la Cruz de Cristo. Y aún hoy en día muchos quieren ser maestros de la ley sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman (1Tm 1,7).
Estos cristianos impíos sustituyeron el poder de la Cruz por las prácticas humanas, haciendo de Dios un instrumento para su éxito personal, para su propia afirmación.
“Apártate de ellos” le dice Pablo a Timoteo repitiendo la advertencia de Jesús en (Mt 7,15) “Tened cuidado con los falsos profetas: vienen disfrazados de ovejas pero son lobos rapaces”
En la carta a los romanos Pablo expresa el vicio de los paganos, (Rom 1:29-31) mientras que en la carta a Timoteo habla de los vicios de estos cristianos. Y en la primera parte del capítulo tres de la segunda carta a Timoteo nos dice cuales son los vicios de estos cristianos: son hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos… y manda evitarlos porque se meten en los hogares y llevan cautivas a las mujeres cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.
Estas siempre están aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Mientras estos hombres no llegan muy lejos porque su insensatez será manifiesta a todos.

3 comentarios:

  1. Torres Queiruga, y tantos progres como hay sentados en cátedras son la nueva nobleza eclesiástica. Todos sabemos sus fechorías, ellos saben que no son eclesiales, pero como tienen quien les baile el agua se ven con arrojo para lanzar órdagos. Y el puritanismo de los obispos les impide decir o hacer nada, a riesgo de que se vean en ridículo. Por eso mantienen a estas vacas sagradas en sus cátedras, mientras que éstas aprovechan su situación de privilegio para morder la mano que les da el pan. ¡Qué chulería tan intolerante! Todavía me acuerdo de un artículo que sacó Tamayo (ya casi olvidado, gracias a Dios) en El País (creo recordar) diciendo que si Lutero y alguno más estaban condenados, también él quería ser como ellos por la admiración que le causaba su valentía. Pues... eso mismo; si os gusta el infierno de las falsas doctrinas ¡allá vosotros!

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  2. El problema no son las manzanas podridas fuera del cesto, el problema son las que están en el cesto, aunque sólo sea una. Y la culpable no es la manzana podrida, sino del encargado de vigilarlas y seleccionarlas.

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  3. ¡¡Pero si parece Dª Rogelia!!!

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