¿Competimos?
Pablo le dice a la iglesia de Corinto:
“Os ruego, pues, hermanos por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros... que hay entre vosotros contiendas... que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?...” (1 Corintios 1:10-13)
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.. .Ni el ojo puede decir a la mano: no te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: no tengo necesidad de vosotros” (1 Corintios 12:12,21)
En Efesios 4:1-7 Pablo tiene que repetirle a la iglesia de Efeso:
“Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”
Dios es Uno, nosotros somos Un Cuerpo, a cada uno le fue dado algo... Si nos concentramos en competir entre nosotros, en vez de unirnos, perderemos el objetivo:
“A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12)
“...pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (1 Corintios 12:24-25)
“...sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, eso es, Cristo, en quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:15-16)
¿Competimos entre nosotros y ante otros para ser más importantes, mejor ubicados, más visibles más queridos por otros o simplemente para llevar a cabo la Obra de Dios?... Quizás éste sea el momento para dejar de mirar a nuestro alrededor, y mirando hacia arriba, cambiar de actitud...
“...que andan en la vanidad de su mente...mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados...” (Efesios 4:17, 20-21)
Recordemos: La unidad fortalece... las divisiones anulan el esfuerzo y el rendimiento de todos... Y la Obra queda sin completar...
Pablo le dice a la iglesia de Corinto:
“Os ruego, pues, hermanos por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros... que hay entre vosotros contiendas... que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?...” (1 Corintios 1:10-13)
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.. .Ni el ojo puede decir a la mano: no te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: no tengo necesidad de vosotros” (1 Corintios 12:12,21)
En Efesios 4:1-7 Pablo tiene que repetirle a la iglesia de Efeso:
“Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”
Dios es Uno, nosotros somos Un Cuerpo, a cada uno le fue dado algo... Si nos concentramos en competir entre nosotros, en vez de unirnos, perderemos el objetivo:
“A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12)
“...pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (1 Corintios 12:24-25)
“...sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, eso es, Cristo, en quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:15-16)
¿Competimos entre nosotros y ante otros para ser más importantes, mejor ubicados, más visibles más queridos por otros o simplemente para llevar a cabo la Obra de Dios?... Quizás éste sea el momento para dejar de mirar a nuestro alrededor, y mirando hacia arriba, cambiar de actitud...
“...que andan en la vanidad de su mente...mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados...” (Efesios 4:17, 20-21)
Recordemos: La unidad fortalece... las divisiones anulan el esfuerzo y el rendimiento de todos... Y la Obra queda sin completar...
WW.daresperanza.com.ar
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