lunes, 14 de septiembre de 2009

Valorar




¿Tomó nota alguna vez de cómo actuamos frente a algo que nos gusta sobremanera?
Si es comestible... lo saboreamos, degustamos y comemos todo lo que podemos...Si es observable... tratamos de prestar atención a cada detalle...Si es un elemento para ser usado... lo hacemos hasta gastarlo totalmente...
Me pregunto: ¿Actuamos de la misma manera con lo más exquisito y precioso que hemos recibido de parte de Dios?
En 1 Pedro 1:18-19 y 2:7 se nos dice qué es lo más preciado:
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”
“Para vosotros, los que creéis, él es precioso...”
¡Cristo es lo más precioso que podremos recibir en toda nuestra vida!
Leamos Gálatas 5:1-2...
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo”
¡Cristo podría no serles provechoso frente a la posibilidad de hacer algo específico!
Hoy en día no debemos preocuparnos por el tema de la circuncisión, pero... ¿cuántas otras cosas hacemos o podríamos hacer que nos hicieran desaprovechar a Cristo?
Si yo.........(escribamos aquí lo que corresponda)... Cristo no me será de provecho...
Pablo es muy duro al decirles a los creyentes de Galacia:
De Cristo os desligasteis...de la gracia habéis caído... vosotros corrías bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad... Un poco de levadura leuda toda la masa” (Gálatas 5:4,7,9)
Y también resulta contundente al decirles:
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13)
“Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del espíritu es contra la carne, y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” (Gálatas 5:16-17)
El valor superlativo que significa Cristo en nuestras vidas, debe ser un incentivo diario para vivir en la gracia, para andar en el Espíritu y para buscar con todas nuestras fuerzas agradar a Dios y no a nosotros mismos.
Recordemos: Somos libres... Cristo nos compró con su sangre invalorable... Debemos reconocer su valor y vivir acorde con ello...


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