MADRID, 19/07/2010 (ProtestanteDigital.com)
El director de Misión Evangélica Urbana defiende una visión integral del evangelio, que alcance todos los aspectos de la vida y motive un discurso de denuncia y acción ante las injusticias que nos rodean. Juan Simarro animó a los creyentes a crecer en la organización de la obra social para que las palabras no se queden sólo en buenas intenciones.
En una entrevista de Juan Simarro concedida a eMision.net, amplió algunos de los argumentos que está desarrollando en la serie «La pobreza: escándalo y vergüenza humana» en su blog de Protestante Digital, comparando las distintas posturas de los evangélicos ante el aborto y el hambre infantil. Para Simarro, los evangélicos podemos caer en hacer distinciones en las denuncias que realizamos ante el mundo. «Me llama la atención ese énfasis tan grande que se hace en torno al aborto, y el silencio que se da en torno al holocausto de tantos niños que mueren por la miseria», explicó Simarro. «Se da una unidirección mutiladora dentro del ambiente cristiano», remató. No se trata de silenciar las voces contra el aborto, ya que considera que la denuncia de esto es «imprescindible», pero el compromiso evangélico debe ser «íntegro» y no olvidarse de otros escándalos que sufren los seres humanos.
El director de Misión Evangélica Urbana defiende una visión integral del evangelio, que alcance todos los aspectos de la vida y motive un discurso de denuncia y acción ante las injusticias que nos rodean. Juan Simarro animó a los creyentes a crecer en la organización de la obra social para que las palabras no se queden sólo en buenas intenciones.
En una entrevista de Juan Simarro concedida a eMision.net, amplió algunos de los argumentos que está desarrollando en la serie «La pobreza: escándalo y vergüenza humana» en su blog de Protestante Digital, comparando las distintas posturas de los evangélicos ante el aborto y el hambre infantil. Para Simarro, los evangélicos podemos caer en hacer distinciones en las denuncias que realizamos ante el mundo. «Me llama la atención ese énfasis tan grande que se hace en torno al aborto, y el silencio que se da en torno al holocausto de tantos niños que mueren por la miseria», explicó Simarro. «Se da una unidirección mutiladora dentro del ambiente cristiano», remató. No se trata de silenciar las voces contra el aborto, ya que considera que la denuncia de esto es «imprescindible», pero el compromiso evangélico debe ser «íntegro» y no olvidarse de otros escándalos que sufren los seres humanos.
MISERICORDIA Y JUSTICIA
Juan Simarro explica que los evangélicos deben recordar que en la Biblia «la ética y la moral no está reñida con la justicia», y por eso no se debe caer en priorizar «algunos aspectos morales» dejando de lado «la misericordia, la denuncia de la opresión» que muchas veces «se queda como algo secundario». El equilibrio, para Simarro, se encuentra en unir todos estos elementos de forma absoluta. «El amor cristiano busca justicia... No sólo es amor a Dios, sino también al prójimo», agregó. Lo sorprendente, explica, es que haya una gran concienciación en la denuncia del aborto, pero no la haya en temas gravísimos como la pobreza o el hambre. «Si la misma movilización se diera en torno al hambre, al desarrollo de los más necesitados, creo que seríamos un fermento de cambio en el mundo». Aunque de las palabras debe pasarse inmediatamente a los hechos, por tanto «los que denuncian el aborto, si fueran coherentes deberían pasar a una acción al rescate, a la ayuda». En Misión Urbana mantienen un programa, Da Vida, aportando un seguimiento y atención a mujeres que piensan en abortar, presentándoles alternativas al aborto y ofreciéndoles apoyo para que sigan adelante con su embarazo. El programa es un ejemplo de «acción que no se queda en algo teórico», como tantas veces sucede en el ámbito evangélico.
ACCIÓN TRAS LA PALABRAS
En esta motivación hacia lo práctico, Simarro animó, primero, a no estar callados ante la injusticia y de forma individual intentar concienciar a nuestros semejantes. Pero a nivel institucional, como puede ser desde las iglesias, Simarro explica que se podría hacer mucho más. «Deberían crear canales para la acción de ese voluntariado... Deberíamos organizarnos de forma que demos alternativas reales y prácticas. Es muy importante la organización para crear cauces de acción». Como ejemplo, mencionó el trabajo realizado durante años desde la Alianza Evangélica en torno a la bioética, con retiros de formación que sirvieron para aumentar un interés que en estos momentos «es muy necesario». Otra de las vías para mostrar la opinión evangélica sería organizar manifestaciones «a favor de la vida, que no estén politizadas, porque el evangélico debe salir desde la vivencia de los valores cristianos» sin mezclarlos con la política partidista. Simarro advierte que Dios «no está contento» cuando la iglesia se centra sólo en la preocupación cúltica, abandonando a los necesitados. «Las personas, ante el sufrimiento humano, se sienten interpelados, y quieren huir de ella para no sentirse mal. Estos temas deben estar al mismo nivel que la evangelización. Debemos ver la acción social con una visión más amplia, extensa y comprometida», agregó desafiante. Cuatro son los principios con los que Simarro cierra la entrevista. Animó a los creyentes a alzar la voz, una voz que tenga su complemento en una acción concreta. Además, señaló la necesidad de un compromiso «de por vida» con la defensa del necesitado. Y por último, expresó su deseo de recuperar la «integralidad» del evangelio, «que no se puede parcelar, y por ello pido coherencia en la visión que es la lucha por la vida y contra el sufrimiento».
Fuente y Edición: ProtestanteDigital.com.
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