lunes, 31 de agosto de 2009

Aprender... Cambiar


Las personas, especialmente las muy famosas, expresan frases que pasan a la historia, ya sea por su profundidad o por la desubicación o error de las mismas. En ocasiones las dicen con propósitos egoístas y malvados, en otras por simple expresión desafortunada o “lapsus” mental o intelectual.
En 2 Corintios 12 Pablo expresa algunas verdades que deben necesariamente conmover nuestro corazón y hacer que seamos diferentes después de escucharlas y entenderlas.
No tiene mucha importancia “quienes” seamos... no merecemos gloriarnos...
“Ciertamente no me conviene gloriarme...de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades” (2 Corintios 12:1-5)
Si decidiéramos que merecemos alguna "gloria", Dios puede ponernos en el lugar que nos corresponde...
“Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, y oye de mi. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Corintios 12:6-7)
Cualquiera sea nuestra percepción de Dios, debemos darle a El todo el mérito...
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:9)
Más allá de nuestras circunstancias, hay una decisión que es solamente personal...
“Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10)
Por encima de las decisiones ajenas, hay un solo motor que debe movernos...
“He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, se amado menos” (2 Corintios 12:14-15)
Por encima de las decisiones ajenas, hay una sola conducta aceptable, una sola manera de proceder...
“Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad...por esto os escribo estando ausente, para no usar de severidad cuando esté presente, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción” (2 Corintios 13:8,10)
Cuando conocemos el error, solamente nos queda corregirlo y continuar... y allí sucede lo siguiente:
“Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros” (2 Corintios 13:11)
Recordemos: Cuando erramos Dios nos corrige... Cuando nos corrige, no podemos continuar sin cambios profundos en nuestra vida...
www.daresperanza.com

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