domingo, 2 de agosto de 2009

¡Que maravilla!


¡Qué maravilla!
¿Qué tendría en mente el Señor cuando juntó a los 12 para enseñarles? ¿Se reiría para sus adentros cuando los iba llamando? ¿Disfrutaría viendo el futuro?
¡Qué grupo singular de hombres los que reclutó!
Pescadores burdos
“Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores” (Marcos 1:16)
Hermanos temperamentales
“Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano...” (Marcos 1:19)
Recaudador sin escrúpulos
“Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos...” (Mateo 9:9)
Hombres ignorantes y del vulgo
“Entonces, viendo el denuedo de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo...” (Hechos 4:13)
Precisamente ésta última definición la dieron también acerca del Señor Jesucristo durante su estadía en la tierra...
“Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado” (Juan 7:15)
Es muy llamativa la palabra “maravillaban”
El diccionario la define como “Asombrar, sorprender”

¿Qué veían que les causaba esa impresión?
“Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía...” (Mateo 21:14-15)
“Partos, medos, elamitas...y romanos...cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios” (Hechos 2:9-11)
“...y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles” (Hechos 2:43)
“Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas...Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor” (Hechos 13:11-12)
Veían la Obra de Dios en vidas de personas...
Si, verdaderamente puedo imaginarme el regocijo del Señor Jesús al llamarlos, y conocer lo que generarían estos hombres en el futuro.
¿Se imagina la sonrisa risueña del Señor al elegirlo a usted, al elegirme a mí, sabiendo lo que podríamos llegar a hacer para El, al conocer lo que podríamos generar en otros que nos vieran?
Pero hay una condición para lograrlo:
“Porque si primero está la voluntad dispuesta, será acepta...” (2 Corintios 8:12)
“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan , que estén dispuestos a toda buena obra” (Tito 3:1)
Entonces Pablo respondió: ...yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús” (Hechos 21:13)
Recordemos: Nuestra disposición a ser utilizados por Dios derrama Sus maravillas sobre los hombres...
daresperanza.com.ar

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