domingo, 27 de febrero de 2011

El Oso Ruso de Daniel y Ezequiel.



Por Alejandro Roque
Hoy el Oso ruso ha relinchado y gruñido juntamente.

Rusia, contrario a la opinión general de los académicos bíblicos, es claramente mencionada en el libro del profeta hebreo Daniel.

Cuando el Señor Jesús se refirió al profeta, tal cual vemos en los Evangelios, en referencia a los acontecimientos relacionados con el Final de los Tiempos, es muestra que allí encontraríamos igualmente la historia moderna precursora; desde los tiempos del Imperio Británico hasta la definitiva Redención mesiánica del Hijo de Dios.

El profeta Daniel nos anuncia desde la antigüedad lo que ocurriría 2500 años adelante. En el artículo titulado: Las Cuatro Bestias de Daniel entre nosotros: Hoy (http://profeciasyteologia.blogspot.com/2010/05/las-cuatro-bestias-de-daniel-entre.html), explicamos que esta profecía tiende a confundirse como una repetición de la analizada en el capítulo 2 de su libro, sobre la visión de la estatua que soñó el rey Nabucodonosor; sin embargo no es la misma.

Nótese primeramente que esta profecía o visión fue escrita por Daniel durante el reinado de Belsasar (Dn 7:1), último rey de Babilonia; es decir, que el Imperio Babilónico estaba a punto (538 a.C) de pasar a la historia (Dn 2:28-31). Por tal motivo es ilógico pensar que este sería uno de los cuatro reinos, como nos dice el profeta, aún por surgir (Dn 7:16-17), cuando realmente ya estaba por desaparecer para siempre. Como segunda razón, diré que estos cuatro futuros reinos presenciarían seguidamente el Advenimiento del Mesías Adonai (Jesucristo) y establecimiento de su Reino Eterno (Dn 7:13-14, 27). De manera que si analizamos por lo claro, deberíamos darnos cuenta que esta profecía no es igual a la del capítulo 2 del libro, por cuanto los imperios Babilónico, Medo-Persa, y Griego ya quedaron en el pasado y aún Cristo no ha retornado.

Una vez entendido eso, vemos que el Oso—Ruso—representando a la otrora Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, seria desintegrado en su totalidad, como finalmente le ocurrió a la URSS en los años 1990-91; sin embargo, tendría—como nos advierte el profeta hebreo Daniel—“prolongación de vida”; es decir, continuaría como nación independiente y potencia militar hasta ese mismísimo Final de los Tiempos; y posteriormente rebelándose contra la dominación occidental, representada en la biblia por el Anticristo y su gobierno despótico en esencia (aunque anunciado con admirable paz). Ese es el Nuevo Imperio Occidental, tipo Romano con su Nuevo Orden Mundial, el cual controlará la economía y mercado financiero global; convirtiéndose a su vez éste personaje Inicuo, en César temporalmente adueñado de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Esto es algo que al ruso Vladimir Putin no le agrada, créalo él o no, ni en cuentos mañaneros; aunque—al igual que Ciro rey de los antiguos persas—no imagina que será usado como ficha de tablero, movida en el peor de los tiempos, y cebado por su gran ego y afán de grandeza.

Estamos como quien dice a la puerta de tales acontecimientos una vez que próximamente el Medio Oriente se vea envuelto en una guerra local de corta duración contra Israel, y donde el Estado judío responderá con gran poderío militar devastador contra Siria-Damasco y enemigos que le rodean; y tan impactante, que sus líderes serán empujados—frente a la opinión pública mundial—a un Tratado de Paz traicionero, cediendo su arsenal nuclear bajo control internacional, en cambio por una paz transitoria de 3 1/2 años (ellos creyéndola permanente), sin saberlo a ciencias cierta.

Hoy vemos como el mundo árabe arde y comienza a desestabilizarse eliminando los otrora movimientos nacionalistas, que surgieron una vez que se independizaron como naciones, tras la segunda Guerra Mundial. ¿Y qué importancia tiene el Oso Ruso en relación con esos acontecimientos?

Para entenderlo tenemos que dar un siguiente salto a los capítulos 38-39 en el libro del profeta Ezequiel, donde una coalición de naciones, entre las que resaltan Rusia, Turquía e Irán, darán inicio completo a la revuelta guerra de las guerras, jamás vista en la historia. No me extenderé detallando esa conflagración mundial porque se puede encontrar—una vez que termine de leer este análisis—en el artículo titulado: La Tercera Guerra Mundial vendrá sin falta: http://profeciasyteologia.blogspot.com/2010/05/la-tercera-guerra-mundial-vendra-sin.html

En los últimos dos años Rusia viene modernizando su arsenal militar, balístico y nuclear; además de continuar como exportador importante de aviones caza bombarderos e interceptores, sistemas anti-aéreos, y un sin número de artefactos que aunque algunos datan de la era soviética y han sido rediseñados, para países tercermundistas representan un buen negocio de primera mano.

Ello es importante para quienes lo necesitan, o en el caso chino poder copiarlos a su antojo; sin embargo, Rusia como nación necesitaba un amplio programa ejecutivo que le permitiera rearmar a su ejército con una nueva generación de armamentos convencionales y estratégicos, pretextando contener a la OTAN; y así competir con los Estados Unidos (USA) de quien esperan merme su influencia en el Medio Oriente, como efectivamente está ocurriendo.

Si hay algo digno de reconocer acerca del antiguo cabeza de la agencia secreta KGB soviética Vladimir Putin, es que ha logrado con hábil husmo desarrollar su olfato político. Primeramente con la llegada del presidente Obama—más aún al verlo recibir el premio Nobel de la paz sin disparar una flor—el ruso sabía que firmar un tratado de desarme nuclear con su contraparte norteamericana le garantizaría que USA cargara con los gastos del proceso, mientras ellos completaban la construcción de sus sofisticados misiles estratégicos Bulava, los cuales están legalmente comprendidos fuera del tratado firmado. Estos misiles que serán instalados en sus submarinos nucleares pueden llevar hasta 10 ojivas en su cabeza, destinadas simultáneamente a diferentes objetivos y alcanzando una velocidad hipersónica.

Hace dos dias Vladimir Putin anunció públicamente que Rusia se rearmará como nunca en su historia desde los tiempos de la URSS, aprovechando la bonanza del petróleo, gastando para esta década que ha comenzado en el 2011 la cantidad de 650 billones de dólares; todo lo cual incluirá: 35 barcos militares corvetas, 15 nuevas fragatas y 20 submarinos, 8 de ellos nucleares. 600 nuevos aviones de combate Sujoi 34 y 35. 1000 nuevos helicópteros tipo Mi-26, Mi-28n, Ka-52 and Ka-226; y cientos de sistemas de defensa anti-misiles S-400 y S-500, entre otros gastos militares ordinarios.

A eso súmele la modernización de los súper bombarderos T-160, y que ya de por si Rusia cuenta hasta hoy con 611 plataformas estratégicas que pueden llevar hasta 2679 ojivas nucleares, y 375 sistemas operacionales de misiles que llevan 1259 cabezas nucleares. Tienen ahora 12 submarinos estratégicos nucleares, los cuales portan 160 misiles que pueden llevar 576 ojivas nucleares. 76 bombarderos con capacidad para 844 misiles cruceros guiados por tres satélites militares; y no hemos mencionado nada de su ejército convencional de la era soviética, sino solo el estratégico nuclear; y recientemente le compraron a Francia dos potentes barcos porta helicópteros del tipo Mistral, comenzando a su vez la construcción de otros dos en sus astilleros militares.

¿Para qué tanto poder destructivo? Solo podemos encontrar la respuesta en boca del profeta hebreo Ezequiel, anunciándonos la invasión de Gog y Magog, donde esa Rush—Rusia—se une a Turquía e Irán, quienes igualmente se arman, arrastrando otras naciones hacia la Tercera Guerra Mundial.

Veinte años atrás cuando la URSS se desmoronaba, Turquía como miembro de la OTAN era un acérrimo enemigo de los eslavos del norte. Recuerdo siendo un cadete piloto de aviación militar supersónica en esa área del mapa-mundo, mi instructor siempre nos advertía que estudiáramos bien la región de vuelos, so pena de sobrevolar en un abrir y cerrar de ojos el Mar Negro y finalmente caer bajo las garras de los turcos, a quienes nos lo pintaban como peligrosos consortes del gigante norteamericano.

Hoy Rusia y Turquía son excelentes amigos, y hasta planean comenzar la construcción de una planta termonuclear junto a otros proyectos de ingeniería. En tiempos del Imperio Otomano los turcos no danzaban alegremente con el Imperio Chiita Safavid hacia el este. Los turcos y los persas eran así de enemigos; hoy también son inesperadamente amigos y ambos representan una formidable gestión económica y estratégica para los rusos del norte, junto a Siria.

¿Es una casualidad que todo coincide con la profecía de Ezequiel y la invasión de estos ejércitos contra el Estado Judío trayendo un encomiable poder destructivo, y empujando a otras naciones?

No; el Oso Ruso de Gog y Magog se prepara militarmente, y hoy anunció con renovada prepotencia y orgullo, que se le debe tomar muy… pero muy en serio.


http://profeciasyteologia.blogspot.com/2011/02/el-oso-ruso-de-daniel.html

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