martes, 1 de febrero de 2011

¡Cortalos!


Jesús le dijo a sus discípulos, “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno” (Mateo 18:8).

Jesús inicia este versículo con la palabra Por tanto, que siginifica “a la luz de esto que he dicho.” Con ello, Jesús vincula su afirmación al contexto de su lección acerca de mezclar las obras con la cruz. De tal manera que cuando él dice, “Si tu mano o tu pie te es ocasión de caer,” se refiere a la cómo la cruz representa una ofensa a la carne.

Cuando Jesús dice, “sácalo – córtalo”, él se estaba dirigiendo a los judíos que lo escuchaban hablar sobre su confianza en sus buenas obras. La mano, el pie y el ojo representan a la carne – instrumentos de independencia mediante los cuales cada hombre toma su propio camino y se subordina a su voluntad y esfuerzo humano para deshacerse de las ataduras del pecado. Cristo les está diciendo a tales personas, “Tu ojo está enfocado en la cosa equivocada. Estás viendo tu propia habilidad y poder. Por lo tanto, arranca tu ojo. Tú tienes que quitar de tu cuerpo, mente y corazón dicha malvada forma de pensar. Renuncia a ella, remuévela quirúrgicamente. Corta de ti toda esperanza de ofrecerle a Dios cualquier cosa que provenga de tu propio mérito o bondad.
Lujurias y ofensas deben de ser cortadas – pero no por tus manos. Este es trabajo del Espíritu.”

“Luego simplemente corre a mis brazos. Humíllate como un niño al hacer tuya mi victoria en la cruz. Comprométete a una vida de devoción total y d edependencia en mí. Debido a mi obra en el Calvario, ya no te perteneces a tí mismo. Te he comprado. Mi Espíritu cumplirá mi petición de Santidad en ti.”


David Wilkerson

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