sábado, 26 de febrero de 2011

Victorino Pérez Prieto en el homenaje de Manuel Espiña






Querido José Carlos: te escribo desde el hotel en Punta del Este, con una cierta vergüenza por tanto bienestar cuando hay horrores en el mundo. Las noticias que nos llegan a este lado feliz de Sudamérica son más que preocupantes. Un mundo poblado de infieles (seamos claros: infieles y enemigos del cristianismo) se viene abajo. Europa entera es incapaz de absorber la marea humana que procede de África. Sólo los que sabemos de alimentación conocemos lo que se avecina. Quien sabe, querido José Carlos, si de nuevo los gallegos vamos a tener que retomar esta América amical. Por lo menos, no nos han de faltar pasto, ovejas y vacas.
Bien, confiemos en Dios, que nunca abandona totalmente a los hombres. Confiemos y hagamos.
Vengo de pasear con un buen amigo uruguayo, diplomático, muchos años destinado en Roma. Es un católico seguro de sus convicciones. Estuvimos repasando los casos de esos dos clérigos de los que me hablabas en tu carta anterior (y que aparecen en las publicaciones que haces en la web).
Ambos estamos de acuerdo plenamente en que es de locura (sin otro calificativo) el comportamiento del párroco exorcista e hipnotizador. Hipnotizar perros y feligresas jóvenes. Consagrar hostias con ayuda de chiquillos. Mantener doble vida de cura y practicante médico. De verdad que no entendemos a qué juegan algunos obispos. La caridad se debe ejercer, pero no está reñida con la justicia. Y no olvidemos que las virtudes son hijas del ejercicio. Tienen que ver con la repetición de actos que inducen la actitud.
En referencia al otro todavía sacerdote, te diré que el pobre Espiña confundía la Religión con la política, como tantos otros sacerdotes de Cristo que se perdieron en el marasmo de las dictaduras. Ahora parece que van a homenajear a ese canónigo post-conciliar, que se lanzó a decir misa en el dialecto degenerado de Galicia (volvamos a hablar claro: el idioma gallego se perdió al final de la Edad Media. En la Contemporánea era ya sólo un dialecto del castellano). Que lo homenajeen, pero que nadie olvide la ambición del famoso padre Espiña: quería ser obispo de La Coruña.

Me dice me hermano Pedro, quien siempre lo trató con caridad, que al final de su vida Espiña andaba muy perdido, más perdido que nunca, y que por eso dejó que el personaje eclesiástico en cuestión abusase y llegase al absurdo de decir misa cuando estaba en pecado mortal, amancebado.
Menos mal que reaccionó el arzobispoado. Eppur no fue una reacción conjunta de arzobispo y obispo para arrancar de raís el mal. De hecho ese pequeño demente aún aparece en las celebraciones del cabo de año del pobre Manuel Espiña que Dios haya perdonado.
Esperemos que no se llegue a la ofensa -que clama al cielo- de que lo dejen actuar en términos litúrgicos. Oremos para que las mentes de la Jerarquía se iluminen.

Bueno, querido amigo. Me alegro mucho de que tu señor padre ya ande dando paseos. Dile que en el verano nos pasearemos por la playa de Villarrube.
Me llamó Carmiña con noticia de hijos y de nietos, alguna muy graciosa (los abuelos tenemos derecho a las babas). Te transmito el agradecimiento de toda la familia por la caja de Pazo de Seoane (exageras con tus regalos). Se lo daré a beber al secretario del cardenal, que tanto alardea de los blancos de su tórrida Sicilia. Dios bendijo a Galicia no solamente con la belleza natural sino con un clima ideal para la vid.
Te dejo con olor a espuma marina y barullos amables de veraneo. Nunca pierdas la Fé. La condición humana se sublima cuando Dios entra en ella. Cristo fue, sin duda, Dios en carne humana (creo que algún cura gallego no cree en ello).

1 comentario:

  1. cura de Mondoñedo26 de febrero de 2011, 3:53

    Lo mejor es lo del hinotizador. Ja ja ja ja
    ¿Les hacía saborear naranjas o limones despues de dormidas?
    Bueno, bueno, todo se sabe.
    Ese cura está mal y cada vez estrá peor. Si fuera de mi familia le llevaría a un buen psiquiatra? ¿De verdad hipnotizaba los perros? mereció la pena levantarme a las cuatro de la mañana para ver el blog. ¡¡Canto tolo suelto!!

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