El pais.com
En el techo del mundo el agua para beber escasea. "Tenemos problemas de agua potable. Los arroyos que antes eran constantes, ahora traen más agua unas veces y otras están secos. No sabemos cuándo sembrar porque las lluvias ya no llegan exactas. Estamos a la deriva, no sabemos qué va a pasarnos", explicaba Skarma Dachen, una campesina en Ladakh, en el Himalaya indio.
Algunas familias de la región sólo disponen de 40 litros de agua al día
La gente malvende el ganado porque no tiene forraje ni puede beber
Los efectos del calentamiento comienzan a acusarse. Los cultivos se pierden por las extremas sequías y los habitantes sufren las lluvias erráticas y el deshielo de los glaciares. "Hasta hace algunos años las montañas estaban totalmente cubiertas de blanco durante el invierno, ahora sólo algunas tienen nieve en la punta", asegura Skarma.
Los glaciares del Himalaya están sin duda retrocediendo. Pero faltan estudios científicos precisos que analicen con qué rapidez y cuál es el efecto real provocado por el cambio climático, coinciden los expertos. De hecho, en India se ha desatado un gran debate ante la cumbre de Copenhague a cuenta de las declaraciones del ministro de Medio Ambiente, Jairam Ramesh, quien afirmó que "no hay evidencia científica concluyente que relacione el calentamiento global con lo que le está pasando a los glaciares del Himalaya". Luego rectificó.
Fecha "alarmista"
El Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) advierte de que los glaciares del Himalaya están retrocediendo más rápido que en cualquier otra parte del mundo y que podrían desaparecer por completo en 2035. Esta fecha ha sido debatida por especialistas en glaciares y tachada, por algunos, de "alarmista".
Pero organizaciones como el prestigioso Servicio de Monitoreo de los Glaciares del Mundo (WGMS, en sus siglas inglesas), respaldada por la ONU, acepta que "los glaciares del Himalaya, en su mayoría, están en un estado de rápido y sustancial repliegue". Aunque aseguran que no es probable que lleguen a desaparecer por completo en las próximas décadas. Estos glaciares tienen la mayor concentración de hielo fuera de los polos, unos 12.000 kilómetros cúbicos de agua. En la parte india hay 40 glaciares, según un inventario del Gobierno.
Estos ríos de hielo son una reserva natural de agua dulce, que se derriten naturalmente. Pero ahora se están fundiendo tan rápido -sobre todo los más pequeños- que no se recuperan con la nieve que cae en invierno, escasa también. Y el deshielo podría traer desastres, porque las presas naturales que se forman con los glaciares, si reciben agua muy rápido pueden romperse inesperadamente y soltar su caudal en tromba, arrasando infraestructuras y causando daños en casas y cultivos, como poco.
Los glaciares son la fuente de los tres ríos más importantes en esta parte del subcontinente: el Indo, el Ganges y el Bramaputra, de los que dependen cientos de millones de personas en India, Pakistán y Bangladesh. "Los glaciares son especialmente vulnerables al aumento de temperaturas. Con la construcción de presas, deforestación y lluvias erráticas están llevando a una terrible falta de agua en las comunidades", explica Vinod Bhatt, responsable del estudio El cambio climático en el tercer polo: el impacto de la inestabilidad del clima en los ecosistemas y comunidades de los Himalayas.
"La falta de agua es el mayor problema ahora en las montañas. Las lluvias son muy erráticas: tal vez hay el mismo volumen de agua, pero no está bien distribuida y las estaciones han cambiado: un mes más de verano y uno menos de invierno", explica Bhatt, de la prestigiosa ONG Navdanya, comandada por la reconocida ambientalista india Vandana Shiva.
El estudio, elaborado en 165 aldeas de tres Estados de India, revela que en la última década 280 de 809 manantiales antes perennes son ya temporales o se han secado completamente. De los que manaban por temporadas, 321, se han secado 144 y algo más de un tercio de los 324 arroyos permanentes ahora sólo corren por temporadas.
La miseria acecha. Jasodha Devi, de una aldea llamada Kanda Mandakini, cuenta que su familia dispone sólo de 40 litros al día (en España hay 339 litros por habitante y día según el INE), que transportan mediante mulas, y que se pueden duchar y lavar la ropa sólo cada 10 días. "No podía ver a nuestras vacas y búfalos morir de sed, así que los malvendí por 3.000 rupias (unos 43 euros)".
Indira Devi dice que su cosecha de patatas fracasó por falta de agua. "Sólo Dios puede salvarnos ahora, porque después de tan larga sequía no hay forraje". A otros les sorprende la poca lluvia y nieve que cae -el de este año fue el monzón con menos agua en casi 40 años -. "El camino a nuestro pueblo permanecía cerrado en invierno por la nieve, pero los últimos años está abierto todo el invierno", recuerda el anciano Jaspal Singh, de una aldea de Poghta, en Uttarakhand.
Han tenido que cambiar de cosechas, y, por ejemplo, cultivos como las manzanas ahora se cosechan a mayores altitudes, y algunos han perdido a su ganado o lo han vendido barato por falta de agua y forraje. También se está perdiendo la fauna, como el oso o el leopardo de nieve.
Aparte de la disminución de los glaciares, India enfrenta la subida del mar que hunde algunas islas de los Sunderbans, cercanas a la frontera con Bangladesh o amenaza a ciudades como Calcuta y Bombay.
El ministro de Medio Ambiente admite que es un problema importante y que deben trabajar para combatirlo. Sin embargo, se niega a firmar un pacto vinculante de reducción de sus emisiones (un 4% del dióxido de carbono mundial). Pero ha aceptado que India bajará la intensidad de las emisiones entre un 20% y 25% para 2020. Por ahora, los ambientalistas en el subcontinente están de acuerdo con esta promesa. "Obviamente podríamos hacer más, pero es un buen primer paso", asegura el portavoz de Greenpeace Ankur Ganguly.
En el techo del mundo el agua para beber escasea. "Tenemos problemas de agua potable. Los arroyos que antes eran constantes, ahora traen más agua unas veces y otras están secos. No sabemos cuándo sembrar porque las lluvias ya no llegan exactas. Estamos a la deriva, no sabemos qué va a pasarnos", explicaba Skarma Dachen, una campesina en Ladakh, en el Himalaya indio.
Algunas familias de la región sólo disponen de 40 litros de agua al día
La gente malvende el ganado porque no tiene forraje ni puede beber
Los efectos del calentamiento comienzan a acusarse. Los cultivos se pierden por las extremas sequías y los habitantes sufren las lluvias erráticas y el deshielo de los glaciares. "Hasta hace algunos años las montañas estaban totalmente cubiertas de blanco durante el invierno, ahora sólo algunas tienen nieve en la punta", asegura Skarma.
Los glaciares del Himalaya están sin duda retrocediendo. Pero faltan estudios científicos precisos que analicen con qué rapidez y cuál es el efecto real provocado por el cambio climático, coinciden los expertos. De hecho, en India se ha desatado un gran debate ante la cumbre de Copenhague a cuenta de las declaraciones del ministro de Medio Ambiente, Jairam Ramesh, quien afirmó que "no hay evidencia científica concluyente que relacione el calentamiento global con lo que le está pasando a los glaciares del Himalaya". Luego rectificó.
Fecha "alarmista"
El Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) advierte de que los glaciares del Himalaya están retrocediendo más rápido que en cualquier otra parte del mundo y que podrían desaparecer por completo en 2035. Esta fecha ha sido debatida por especialistas en glaciares y tachada, por algunos, de "alarmista".
Pero organizaciones como el prestigioso Servicio de Monitoreo de los Glaciares del Mundo (WGMS, en sus siglas inglesas), respaldada por la ONU, acepta que "los glaciares del Himalaya, en su mayoría, están en un estado de rápido y sustancial repliegue". Aunque aseguran que no es probable que lleguen a desaparecer por completo en las próximas décadas. Estos glaciares tienen la mayor concentración de hielo fuera de los polos, unos 12.000 kilómetros cúbicos de agua. En la parte india hay 40 glaciares, según un inventario del Gobierno.
Estos ríos de hielo son una reserva natural de agua dulce, que se derriten naturalmente. Pero ahora se están fundiendo tan rápido -sobre todo los más pequeños- que no se recuperan con la nieve que cae en invierno, escasa también. Y el deshielo podría traer desastres, porque las presas naturales que se forman con los glaciares, si reciben agua muy rápido pueden romperse inesperadamente y soltar su caudal en tromba, arrasando infraestructuras y causando daños en casas y cultivos, como poco.
Los glaciares son la fuente de los tres ríos más importantes en esta parte del subcontinente: el Indo, el Ganges y el Bramaputra, de los que dependen cientos de millones de personas en India, Pakistán y Bangladesh. "Los glaciares son especialmente vulnerables al aumento de temperaturas. Con la construcción de presas, deforestación y lluvias erráticas están llevando a una terrible falta de agua en las comunidades", explica Vinod Bhatt, responsable del estudio El cambio climático en el tercer polo: el impacto de la inestabilidad del clima en los ecosistemas y comunidades de los Himalayas.
"La falta de agua es el mayor problema ahora en las montañas. Las lluvias son muy erráticas: tal vez hay el mismo volumen de agua, pero no está bien distribuida y las estaciones han cambiado: un mes más de verano y uno menos de invierno", explica Bhatt, de la prestigiosa ONG Navdanya, comandada por la reconocida ambientalista india Vandana Shiva.
El estudio, elaborado en 165 aldeas de tres Estados de India, revela que en la última década 280 de 809 manantiales antes perennes son ya temporales o se han secado completamente. De los que manaban por temporadas, 321, se han secado 144 y algo más de un tercio de los 324 arroyos permanentes ahora sólo corren por temporadas.
La miseria acecha. Jasodha Devi, de una aldea llamada Kanda Mandakini, cuenta que su familia dispone sólo de 40 litros al día (en España hay 339 litros por habitante y día según el INE), que transportan mediante mulas, y que se pueden duchar y lavar la ropa sólo cada 10 días. "No podía ver a nuestras vacas y búfalos morir de sed, así que los malvendí por 3.000 rupias (unos 43 euros)".
Indira Devi dice que su cosecha de patatas fracasó por falta de agua. "Sólo Dios puede salvarnos ahora, porque después de tan larga sequía no hay forraje". A otros les sorprende la poca lluvia y nieve que cae -el de este año fue el monzón con menos agua en casi 40 años -. "El camino a nuestro pueblo permanecía cerrado en invierno por la nieve, pero los últimos años está abierto todo el invierno", recuerda el anciano Jaspal Singh, de una aldea de Poghta, en Uttarakhand.
Han tenido que cambiar de cosechas, y, por ejemplo, cultivos como las manzanas ahora se cosechan a mayores altitudes, y algunos han perdido a su ganado o lo han vendido barato por falta de agua y forraje. También se está perdiendo la fauna, como el oso o el leopardo de nieve.
Aparte de la disminución de los glaciares, India enfrenta la subida del mar que hunde algunas islas de los Sunderbans, cercanas a la frontera con Bangladesh o amenaza a ciudades como Calcuta y Bombay.
El ministro de Medio Ambiente admite que es un problema importante y que deben trabajar para combatirlo. Sin embargo, se niega a firmar un pacto vinculante de reducción de sus emisiones (un 4% del dióxido de carbono mundial). Pero ha aceptado que India bajará la intensidad de las emisiones entre un 20% y 25% para 2020. Por ahora, los ambientalistas en el subcontinente están de acuerdo con esta promesa. "Obviamente podríamos hacer más, pero es un buen primer paso", asegura el portavoz de Greenpeace Ankur Ganguly.
José Carlos
ResponderEliminarEs cierto, lo de los glaciares que se derriten por todos lados.
El problema de las reservas de agua en los glaciares, es que si se derriten van al mar.
Nosotros, por acá tenemos una reserva de agua subterránea que se llama acuifero guaraní, y ahora corre el serio riesgo no solo de secarse por causa de la deforestación, sino contaminarse con los agrotóxicos que se utilizan en la siembra de transgénicos de las multinacionales dueñas de los granos.
fuerte abrazo desde Asunción