miércoles, 30 de diciembre de 2009

La gracia de Dios


“La voluntad de Dios no te llevará donde su gracia no te puede sostener” (Jim Elliot)
Cuando Jim Elliot escribió esta frase no se imaginaba que Dios le llevaría a un lugar perdido en la selva de Ecuador donde un grupo de “aucas” (hoy “huaoranis”), tomaría su vida y la de los cuatro misioneros que le acompañaban. Tampoco se imaginaba que esa aparente tragedia resultaría en un impacto misionero a nivel mundial y que aquellos asesinos se transformarían en líderes espirituales de su pueblo y un maravilloso testimonio de la Gracia de Dios…
Luego de relatar los sucesos relacionados al Nacimiento de Cristo, vemos que Lucas decide dar una breve semblanza de los primeros años del niño Jesús…
“Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:39-40)
Sin mencionar la visita de los magos del oriente, ni la matanza de los inocentes como lo relata Mateo, directamente dice que “volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret”. Esta diferencia de los Evangelios, al contar la historia no los invalida, sino que los complementa para que tengamos el cuadro completo de lo sucedido.
Un comentarista hace la siguiente reflexión sobre este pasaje: “El crecimiento intelectual, moral y espiritual del Niño, como el físico fue real. La suya fue una perfecta humanidad desarrollándose a la perfección, sin impedimentos debido a defectos hereditarios o adquiridos. Fue el primer caso de la historia de un crecimiento así. Por primera vez un recién nacido se desarrollaba siguiendo el ideal de la humanidad”
Creció físicamente como era razonable, pero al mismo tiempo tuvo un desarrollo espiritual superlativo por causa de la ausencia de pecado tanto en su concepción como naturaleza… Era un Niño común y corriente, pero era diferente en todo sentido…
Pero, quizás, el aspecto más destacado es que “la gracia de Dios era sobre él”…
Cuando leemos en Hebreos 4:15 que “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”, podemos preguntarnos si El Señor en algún momento habrá considerado vivir su paso terrenal como cualquier mortal tratando de ser independiente del Padre…
El “fue tentado en todo” pero no pecó porque desde su Nacimiento, y en su desarrollo, la Gracia de Dios le acompañó… ¿Cómo lo hizo?... De la misma manera que lo hace con cualquier ser humano que se acerca a Dios…
“Dios no envía vacío a nadie excepto a aquellos que están llenos de sí mismos” (Dwight L. Moody)
El Señor se “vació a sí mismo” para llegar a los hombres y en su humillación prescindió de todo aquello que El es para alcanzar Su Objetivo… Pablo comprendió este concepto cuando en su debilidad y necesidad escuchó un mensaje directo a su corazón: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9)
La Gracia de Dios es suficiente para alcanzar al pecador y para sostener a sus siervos… Nada se le puede comparar y no existe nada que la pueda reemplazar…
Recordemos: Solo Su Gracia es suficiente…
daresperanza.com.ar

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