sábado, 25 de abril de 2009

Está escrito que Cristo tenía que padecer



Evangelio
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas
(Lc 24, 35-48)

En aquel tiempo, los discípulos contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras ellos contaban estas cosas, Jesús se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
Se quedaron turbados y asustados, pensando que veían un espíritu.
Y les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué dais cabida a esos pensamientos en vuestros corazones?
Mirad mis manos y mis pies: soy yo mismo. Palpadme y comprended que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.
Y dicho esto, les mostró las manos y los pies.
Como no acabasen de creer por la alegría y estuvieran llenos de admiración, les dijo: ¿Tenéis aquí algo que comer?
Entonces ellos le ofrecieron parte de un pez asado.
Y tomándolo comió delante de ellos.
Y les dijo: Esto es lo que os decía cuando aún estaba con vosotros: es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras.
Y les dijo: Así está escrito: que el Cristo tiene que padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día,
y que se predique en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las gentes, comenzando desde Jerusalén.
Vosotros sois testigos de estas cosas.

COMENTARIO

Lo que más me impresiona de esta escena son las palabras finales de Jesús: vosotros sois testigos de estas cosas. Esto es, de la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios. Para los no especialistas, añadiré que la traducción de la palabra “testigos” al griego suena algo así como “martyres”. O sea, que el testimonio que el Señor nos pide no son las cuatro palabritas que yo estoy escribiendo para un amigo sino más bien otro tipo de firma que se escribe en rojo, con sangre. Pido de antemano su clemencia por la demagogia: a veces se leen demasiadas quejas, como si quisiéramos culpar a Dios de todo lo que pasa en la tierra: y somos jueces implacables. Si fuéramos nosotros dios, arreglábamos en 10 minutos el hambre en el mundo, el problema del aborto, las injusticias sociales y de paso también la crisis económica. Ese Dios de ahí arriba resulta un tantito incompetente.
Entonces, las palabras y gestos de la escena evangélica resuelven todas nuestras dudas: el Señor les desea paz, pero al mismo tiempo les enseña sus heridas. Era necesario todo ese dolor de la Cruz, para que entendiéramos el amor. Vosotros sois testigos de esto. Ahora se nos hiela la queja en los labios, y entendemos la respuesta de amor que espera Dios de nuestra vida.

2 comentarios:

  1. Lucas 24 señala cómo el creyente se encuentra con el Resucitado: en la Palabra, en la Eucaristía, en el camino fraterno, en el compartir el pan, en la Comunidad cristiana... En realidad, podemos reconocerle presente porque él nos sale al encuentro y nos ilumina el corazón.

    Con todo, la presencia de Jesús no es un ídolo que se posee. Su presencia es Espíritu Santo y, por ello, misión. Él está privilegiadamente en su cuerpo que es la Iglesia; y Él no está, viene. En la fe, es posible reconocer su presencia y estar con Él; y sin embargo, su signo más transparente es el amor al prójimo y la fuerza de la predicación cristiana.
    Sería necesario que la oración se hiciese presencia de Jesús en los signos que Él nos ha dejado y que nos rodean: los sacramentos, los necesitados, la esperanza de los que luchan por un mundo más humano...

    [Javier Garrido, 1988]

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  2. Y aún continúa (Lucas 24:49): "He aquí,Yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros;pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén,hasta que seais investidos de poder desde lo alto".
    Jesús tiene una promesa del Padre para sus discípulos y les ordena permanecer allí donde estan hasta ser investidos de poder.
    Es interesante este último versículo despues de aparecer ante ellos deseándoles su Shalom,que es la paz que trasciende la simple paz humana,mostrándoles sus heridas,comiéndo con ellos,recordándoles que se cumplieron las profecias en El , y sobre todo " abriéndoles el entendimiento".
    Nosotros como los primeros discípulos somos testigos de su predicación, pasión, muerte y resurreción.
    Bendiciones.
    Lola.

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