martes, 7 de diciembre de 2010

Lamentable entrevista de Segudo Lopez a Torres Queiruga, mientras los obispos siguen callados



Infocatolica/cristoesliberacion
Luis Fernando Perez Bustamante
Por si no lo sabían ustedes, la Iglesia Católica en Galicia tiene un programa, “A sentinela”, en la televisión pública autonómica. Habrá que decir que no es cosa buena que alguien confunda dicho programa con la revista de los Testigos de Jehová en portugués, que también se llama “A Sentinela” (La Atalaya en castellano). Ahora bien, también hay que decir que de la misma manera que uno encuentra herejes y herejías en “A Sentinela” de la Watchtower, igualmente te puedes encontrar con algún hereje soltando herejías en “A Sentinela” de la Iglesia Católica en Galicia.

Sin ir más lejos, el pasado 28 de noviembre apareció el insigne sacerdote y teólogo heterodoxo, D. Andrés Torres Queiruga. Este señor ha escrito un libro al que ha titulado “Repensar el mal", que supongo sigue en la línea de su “Repensar la resurrección". Recordemos que el “repensamiento” de la resurrección de Cristo le llevó a Queiruga hasta la curiosa tesis de que Cristo en realidad, no resucitó como la Iglesia ha enseñado siempre -es decir, su cuerpo resucitado abandonó la tumba donde fue enterrado-, sino que sólo lo hizo en el corazón de sus discípulos. Teoría muy poética pero que se da de tortas con el relato de los evangelios y con el magisterio.

Todo ello no impide a D. Segundo Pérez López, profesor del Instituto Teológico Compostelano, entrevistar en “A Sentinela” al propio Queiruga. Es más, empieza la entrevista asegurando que para él es un privilegio hacer tal cosa. Más adelante asegura que el nuevo libro es una obra magnífica, con mucha bibliografía.


Por el contrario, según lo que dice Queiruga en la entrevista, no es un juicio temerario esperar que su “repensamiento” sobre el mal sea similar a su “repensamiento” sobre la resurrección, de forma que al mal se le llame bien, que la doctrina del pecado original quede pisoteada y que el castigo divino sobre el mal y el infierno se vea reducido a una mera cuestión temporal, no eterna.

En la entrevista asegura, por ejemplo, que no puede haber un mundo finito en el que no exista el mal y descarta la posibilidad de que hubiera existido alguna vez el paraíso del que habla el Génesis. Es decir, en vez de aceptar que la Revelación cristiana enseña que Dios creó el mundo perfecto y sin mal, y que todo género de males y la muerte entra en el mundo por el pecado de los primeros padres (Adán y Eva), pues el teólogo da por hecho que el mal es consustancial a la propia existencia del mundo. Queiruga asevera que preguntarse por qué Dios no hace mundos perfectos es como preguntarse por qué no hace círculos cuadrados. O sea, a freír espárragos Gen 1,31: “Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien“. Es más, llega a decir que es correcto hacerse la pregunta: “Si no puede existir un mundo sin mal, ¿por qué crea Dios el mundo?". Y es que, como cualquiera que lea el Catecismo puede entender, no es lo mismo aseverar que Dios creó un mundo donde el mal pudiera hacerse presente a asegurar que Dios creó el mundo con el mal ya dentro porque no le quedaba más remedio. ¿Y por qué permite siquiera la existencia del mal? Pues me fío de San Agustín: “Porque el Dios Todopoderoso… por ser soberanamente bueno, no permitiría jamás que en sus obras existiera algún mal, si El no fuera suficientemente poderoso y bueno para hacer surgir un bien del mismo mal” (S. Agustín, enchir. 11, 3).

Al hablar del infierno, como cabía esperar, Torres Queiruga desvaría. Por ejemplo, asegura, sin que le tiemble la voz lo más mínimo, que Dios jamás castiga, pues sólo sabe amar. Y dice además que como toda persona tiene algo de bien en el fondo de su ser, Dios aprovechará ese bien para salvarla. O sea, señores, salvación para todos en base al bien que todos, aunque en muchos sea muy oculto, tienen. Descarta, por supuesto, la idea de un infierno eterno como lugar de castigo, pues según él es contrario al designio creador de Dios.

El entrevistador, que como dije es un profesor del Instituto Teológico Compostelano, acaba la entrevista recomendando leer el libro donde Queiruga expone de forma más exhaustiva los errores teológicos que ya he señalado.

Y bien, ¿qué podemos hacer los fieles que creemos aquello que el Catecismo enseña, cuando vemos que la propia Iglesia ofrece el espacio de sus programas televisivos para la exposición de doctrinas no conformes al magisterio? ¿Alguien me puede responder a esa pregunta no ya desde la fe sino desde el mero sentido común?

¿A quién tenemos que reclamar?, ¿ante quién tenemos que apelar, señores obispos de la Iglesia en Galicia?, ¿qué piensan hacer ustedes ante esto?, ¿hasta cuándo hemos de soportar los fieles las consecuencias de su inacción? ¿de verdad creen que esto no causa un profundo daño a la fe de muchos?

Basta ya, señores obispos. Basta ya. El solucionar ese mal no es deber ni tarea de los seglares. A nosotros no se nos ha dado autoridad para acabar con los falsos maestros. Tenemos, como mucho, el derecho y el deber de apelar a ustedes para que cumplan con su obligación. Pero si no la cumplen, vuelvo a preguntar: ¿a quién acudiremos?, ¿a Roma?, ¿quizás mejor a Dios Todopoderoso, ante el que todos hemos de dar cuenta por el cumplimiento de nuestras obligaciones?

http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1012070139-apelo-publicamente-a-los-obis

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