Lo que tenemos hoy...
Durante mi infancia siempre hubo árboles frutales en mi casa: manzanas, mandarinas, uvas, damascos, pelones, nísperos, ciruelas de varias clases, y una higuera que daba unos higos espectaculares cuyo tamaño y variedad no he vuelto a encontrar jamás... Siendo ya una persona adulta, mi corazón se conmovió cuando mi madre decidió cortar la higuera al ras...y nunca volvió a brotar, ni a florecer, ni a dar frutos...También visitábamos a una pareja de ancianos que tenían en su inmenso terreno varios árboles de ¡granadas comestibles!, cosa no muy frecuente por estas latitudes. El recuerdo que conservo de aquella época es que creía ¡que jamás había saboreado algo más rico que esas frutas tan coloridas!A veces siento cierta nostalgia por ese tiempo...
¿Se puede imaginar lo que desea expresar Dios en Joel 1?
“Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado...asoló mi vid, y descortezó mi higuera, del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas...porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite...se perdió la mies del campo. La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres” (Joel 1-12)
“¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios” (Joel 16)
Hoy en día podemos tener todas estas cosas en nuestras vidas
“Y todos comieron el mismo alimento espiritual” (1 Corintios 10:3)
“Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez...” (Hebreos 5:13-14)
“si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones” (Hechos 14:17)
“¿Dónde pues está la satisfacción que experimentabais?...” (Gálatas 4:15)
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1)
Hoy tenemos alimento, alegría y satisfacción en la casa de Dios ¿Lo aprovechamos como corresponde?
Recordemos: Disfrutemos de las bendiciones espirituales, y también de las materiales, mientras las tenemos...
Durante mi infancia siempre hubo árboles frutales en mi casa: manzanas, mandarinas, uvas, damascos, pelones, nísperos, ciruelas de varias clases, y una higuera que daba unos higos espectaculares cuyo tamaño y variedad no he vuelto a encontrar jamás... Siendo ya una persona adulta, mi corazón se conmovió cuando mi madre decidió cortar la higuera al ras...y nunca volvió a brotar, ni a florecer, ni a dar frutos...También visitábamos a una pareja de ancianos que tenían en su inmenso terreno varios árboles de ¡granadas comestibles!, cosa no muy frecuente por estas latitudes. El recuerdo que conservo de aquella época es que creía ¡que jamás había saboreado algo más rico que esas frutas tan coloridas!A veces siento cierta nostalgia por ese tiempo...
¿Se puede imaginar lo que desea expresar Dios en Joel 1?
“Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado...asoló mi vid, y descortezó mi higuera, del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas...porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite...se perdió la mies del campo. La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres” (Joel 1-12)
“¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios” (Joel 16)
Hoy en día podemos tener todas estas cosas en nuestras vidas
“Y todos comieron el mismo alimento espiritual” (1 Corintios 10:3)
“Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez...” (Hebreos 5:13-14)
“si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones” (Hechos 14:17)
“¿Dónde pues está la satisfacción que experimentabais?...” (Gálatas 4:15)
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1)
Hoy tenemos alimento, alegría y satisfacción en la casa de Dios ¿Lo aprovechamos como corresponde?
Recordemos: Disfrutemos de las bendiciones espirituales, y también de las materiales, mientras las tenemos...
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