domingo, 7 de noviembre de 2010

Carta a Carlos Lema, director de la editorial Galaxia



Sr Carlos Lema, no podemos formar parte de la misma Iglesia aquellos que, por un lado, pensamos que no da lo mismo creer una cosa que la contraria y los que creen que sí da lo mismo. No podemos formar parte de la misma Iglesia los que defendemos la idea de que todos los fieles deben acatar lo que enseña el magisterio y los que piensan que se puede disentir del mismo en prácticamente cualquier punto. En definitiva, no podemos formar parte de la misma Iglesia quienes profesamos la fe católica y quienes profesan una fe hecha a imagen y semejanza de sus opiniones particulares sobre la práctica totalidad de las doctrinas y enseñanzas éticas y morales de la Iglesia Católica.
¿Acaso voy a estar en la misma Iglesia que un señor que niega la resurrección real de Cristo y que asegura que si aparecieran los restos de su cuerpo sería una de las mejores noticias de su vida? ¿A cuento de qué yo voy a tomar la misma Eucaristía con esas personas? ¿A cuento de qué la voy a compartir con quienes creen que esas personas son hermanos en la fe? Si ellos son católicos, también lo son los Testigos de Jehová, los cuáqueros o los veterocalendaristas orientales.
Seamos honestos. Quitémonos toda máscara. Tengamos la decencia de ser fríos o calientes, en vez de tibios. Si la progresía eclesiástica pseudo católica quiere otra Iglesia, otra fe, otro credo, que abandone de una vez por todas la Iglesia Católica. Que abandone la Iglesia de Nicea, de Trento y de un Vaticano II interpretado bajo la hermenéutica de la continuidad y en comunión con el Papa y no bajo el espíritu de la mentira al que los progres identifican blasfemamente con el Espíritu Santo.
¿ Torres Queiruga quiere ser católico? Que se convierta a la fe católica. La gracia de Dios le capacita para eso y para más. Y en el proceso de conversión contarán con nuestras oraciones, nuestro apoyo y nuestra paciencia. Pero si se niegan, lo mejor que pueden hacer es coger la puerta y largarse.
Sr Lema, no podemos ir de la mano con los herejes y apóstatas
Juan Pablo II dijo como cardenal en 1978 que asistimos hoy en día al enfrentamiento y confrontación final de la falsa Iglesia y Evangelio y los falsos profetas contra la verdadera Iglesia y Evangelio. Y en Fulda, Alemania, en 1980 dijo que estaremos sometidos a grandes pruebas que nos obligarán a dar incluso nuestras vidas y que debemos darnos totalmente a Cristo en una futura tribulación ya inevitable pero aún aliviable por la oración.

Hago un juicio teológico sobre los acontecimientos de nuestro tiempo sin calificación teológica: quizás este caso Queiruga puede significar el detonante del inicio de esta confrontación final hoy y aquí en España.

Ahora habrá que ir espurgando las editoriales -¿católicas?-que han permitido la publicación de toda esa melaza gris y viscosa. La editorial Galaxia y la revista Grial tendrán que irse aclarando ellas mismas, y tienen que hacerlo pronto, porque está a punto de hacerse la luz. Y ya es público que la luz va a venir de parte de ese Magisterio episcopal o romano, que es el único que defiende la fe de los débiles, esa fe que Torres Queiruga ha demostrado tantas veces despreciar.

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