martes, 23 de noviembre de 2010

Los verdaderos adoradores de Dios


En Éxodo 14 se describe un momento increíble en la historia de Israel. Los israelitas acababan de salir de Egipto bajo la dirección sobrenatural de Dios. El pueblo de Dios estaba siendo perseguido vehemente por el ejército del Faraón. Los israelitas habían sido conducidos a un valle rodeado por ambos lados de empinadas montañas, y enfrente de ellos un mar impenetrable. Ellos todavía no lo sabían, pero este pueblo estaba a punto de experimentar la noche más difícil y oscura de sus alma. Ellos enfrentaron una noche agonizante de pánico y desesperación que los probaría en sus mismos limites.
Estoy seguro de este capitulo en la historia de Israel. La mayoría de los cristianos creyentes sabemos lo que ocurrió en el Mar Rojo, aunque algún cura lo compare a la historia del capitán trueno, y como Dios libró milagrosamente a su pueblo escogido. Yo creo que este pasaje tiene que ver en como Dios convierte a su pueblo en adoradores en espíritu y en verdad. Ciertamente ningún capitulo en la Biblia demuestra esto tan fuertemente. Vemos que los adoradores no son hechos en los momentos fáciles. Ellos no son hechos en tiempos soleados y buenos, en periodos de victoria y de salud. Los adoradores no son hechos cuando ellos ven al enemigo huyendo, dándose a la fuga. La verdad es, que los adoradores de Dios son hechos durante las noches tormentosas y oscuras. Y como respondemos a nuestras tormentas diarias determina que tipo de adoradores somos.
Hebreos 11 nos ofrece esta imagen de Jacob en su ancianidad: “Por la fe, Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado en el extremo de su bastón” (Hebreos 11:21) ¿Por qué Jacob es retratado de esta manera en los días cercanos a su muerte?
Primero debemos notar que Hebreos 11 es el capitulo de la Biblia conocido como “La Galería de la Fe.” Jacob es una de muchas figuras enumeradas en este capitulo como un ejemplo de fe que debemos imitar en los días de tormenta. Aquí estaba un hombre que había pasado por una tormenta tras otra. Él y su familia habían pasado eventos traumáticos en su vida. Jacob mismo había pasado por mucho dolor personal, tristeza y agonía en sus años de existencia sobre la tierra.
Ahora Jacob sabía que su vida estaba a punto de terminarse. Por eso lo vemos bendiciendo a sus nietos. Así que, ¿qué hace Jacob mientras mira los eventos pasados en su vida? Él fue movido a adorar. Ni una palabra fue pronunciada por este hombre. Pero, mientras se apoya en su bastón, maravillándose en la vida que Dios le había dado,” él adoró” (11:21).
Jacob adoró a Dios en ese momento porque su alma estaba en reposo. Él había probado la fidelidad de Dios mas allá de cualquier sombra de duda o , a lo largo del transcurso de una vida entera. Jacob probablemente recordó todas las victorias que Dios le había provisto a cada paso y de las pruebas difíciles de donde Dios le había sacado. Y ahora el patriarca concluyó, “Nunca importó que batalla pasé. A través de cada tormenta, Dios fue fiel conmigo siempre. A veces pensé que desmayaría de pánico y desesperación; pero el Señor me sacó de cada situación. El siempre ha sido fiel. ¡O Señor, mi Dios todopoderoso, yo te adoro!”
Estoy escribiendo este mensaje hoy que estoy pasando el tiempo más difícil de mi vida. Quiero mostraros amigos lectores que Dios quiere que salgamos de la tormenta como adoradores. Él ha hecho un camino para nosotros en la noche oscura. Y Él tiene un plan para sacarnos como un ejemplo brillante al mundo de la fidelidad a su pueblo.

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