Ante la iniciativa del gobierno ZP, que pretende convertir España en el Estado laico que la Constitución pudo prometer y prometió, la Sacrosanta Iglesia Católica Apostólica y Romana ha decidido sacar del armario su arma infalible de siempre: la Guerra Civil. Desde el Vaticano se han desembolsado los caudales públicos suficientes para fletar el aeroplano Dragon Rapide II que trasladará a Jose María Aznar desde GeorgeBushTown hasta las Islas Canarias y, desde allí, lo redireccionará a tierras andaluzas, donde el nuevo caudillo reiniciará la Reconquista Nacional y Bajo Palio de las Españas.
Desde su retiro norteamericano, Aznar, lejos de desmentir esta estrategia preventiva, ha señalado que la nueva guerra civil “no tiene nada que ver con la victoria electoral del PSOE en las últimas elecciones, sino que se deriva de las pérfidas mañas desplegadas por esos hijos de perra anarquistas, comunistas y sufragistas en el 36”.
Por su parte, el Cardenal Palermo, portavoz de la episcopalía española, ha manifestado su total confianza en los planes dictatoriales y nacional-catolicistas de la Santa Sede: “Tenemos un ejército de párrocos estuprarios y pederastas en la sombra. El Santo Padre les ha dejado bien claro que la única vía que les queda para pasar por el ojo de la aguja de Dios y entrar en la Gloria Eterna es convertirse en mártires de nuestra causa marcial”.
Según amenaza Palermo, “más de mil doscientos sacerdotes injustamente acusados de abusos sexuales y crímenes contra la infancia, se auto-sacrifiarán de mil y una maneras atroces. Unos se quemarán a lo bonzo, otros se crucificaran con ayuda de sus bienamados monaguillos, algunos se decapitarán... Y todos, absolutamente todos, antes de perecer, gritarán: ¡¡¡Mirad lo que me han hecho esos herejes socialdemócratas, republicanos, comunistas y ecologistas hijos de Satanás!!!”.
Jose Mari I, Caudillo del Cielo por la gracia de Nuestro Señor Jesusito. Esta primera etapa de concienciación católica vendrá acompañada por “la autoviolación de monjitas, novicias y niños cantores de los coros”, así como de “distintas apariciones de Cristos Sangrantes y vírgenes lacrimosas que hemos encargado al Nuevo Santo de nuestra ley, el Beato Alejandrito Amenabar”. Una vez consolidada la maleficencia de las huestes pseudosocialistas, entraran en litigio las fuerzas humanitarias y pacificadoras del ejército de la siempre fiel Polonia y de los Estados Unidos de América. Pero este será otro cantar, que el Cardenal Palermo no está dispuesto a entonar ante nuestros micrófonos por el momento.
Desde su retiro norteamericano, Aznar, lejos de desmentir esta estrategia preventiva, ha señalado que la nueva guerra civil “no tiene nada que ver con la victoria electoral del PSOE en las últimas elecciones, sino que se deriva de las pérfidas mañas desplegadas por esos hijos de perra anarquistas, comunistas y sufragistas en el 36”.
Por su parte, el Cardenal Palermo, portavoz de la episcopalía española, ha manifestado su total confianza en los planes dictatoriales y nacional-catolicistas de la Santa Sede: “Tenemos un ejército de párrocos estuprarios y pederastas en la sombra. El Santo Padre les ha dejado bien claro que la única vía que les queda para pasar por el ojo de la aguja de Dios y entrar en la Gloria Eterna es convertirse en mártires de nuestra causa marcial”.
Según amenaza Palermo, “más de mil doscientos sacerdotes injustamente acusados de abusos sexuales y crímenes contra la infancia, se auto-sacrifiarán de mil y una maneras atroces. Unos se quemarán a lo bonzo, otros se crucificaran con ayuda de sus bienamados monaguillos, algunos se decapitarán... Y todos, absolutamente todos, antes de perecer, gritarán: ¡¡¡Mirad lo que me han hecho esos herejes socialdemócratas, republicanos, comunistas y ecologistas hijos de Satanás!!!”.
Jose Mari I, Caudillo del Cielo por la gracia de Nuestro Señor Jesusito. Esta primera etapa de concienciación católica vendrá acompañada por “la autoviolación de monjitas, novicias y niños cantores de los coros”, así como de “distintas apariciones de Cristos Sangrantes y vírgenes lacrimosas que hemos encargado al Nuevo Santo de nuestra ley, el Beato Alejandrito Amenabar”. Una vez consolidada la maleficencia de las huestes pseudosocialistas, entraran en litigio las fuerzas humanitarias y pacificadoras del ejército de la siempre fiel Polonia y de los Estados Unidos de América. Pero este será otro cantar, que el Cardenal Palermo no está dispuesto a entonar ante nuestros micrófonos por el momento.
http://www.mundocruel.com/noticias/094_guerra_civil.htm
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