martes, 30 de noviembre de 2010

Un sacerdote brasileño denuncia el daño que las publicaciones de Andres Torres Queiruga causan a los fieles de su país


Algunos pensarán que mi amigo Luis Fernando Y yo tenemos una especie de fijación con el “teólogo” Andrés Torres Queiruga, ya que últimamente le hemos dedicado bastantes posts. Pues sí, tienen razón. Tenemos al gallego entre ceja y ceja. Nos parece el gran hereje del momento. No vamos a parar hasta que quienes están en autoridad en la Iglesia nos aclararen si muchas de sus tesis -en especial las relacionadas con la resurrección- son compatibles con la fe católica o si son absolutamente contrarias a la misma, como pensamos los fieles que acatamos el magisterio en su integridad. Si Pagola, que al lado de Queiruga es casi San Atanasio, mereció la atención de los obispos españoles, es insólito que Queiruga reciba la “protección” de altas instancias episcopales, que no han permitido que desde Añastro salga aquello que, esperemos, finalmente saldrá de Roma.
Pero no crean ustedes que Mi amigo Luis fernando y yo somos los unicos el preocupados por los efectos de la teología de Queiruga entre los fieles -y los que dejaron de serlo al creer lo que él- que le leen. Por ejemplo, en Brasil hay sacerdotes tan preocupados como Nosotros. Y es lógico. Al fin y al cabo Luis Fernando y yo no tenemos encomendada ninguna tarea pastoral. Ellos sí. Y uno en concreto, el P. Paulo Ricardo, que entre otras cosas es presidente del Tribunal Eclesiástico de la Archidiocese de Cuiabá, ha grabado una disertación sobre el libro “Repensar la resurrección” de Queiruga. La misma se puede escuchar en Youtube. Está en portugués pero creo que se entiende bastante bien.


Parte I




Parte II




Parte III




Dice el P. Paulo Ricardo que denunciar que la teología de Queiruga es incompatible con la fe católica es su deber de caridad para con los fieles católicos, para con los seminaristas y padres que leen ese tipo de literatura teológica. Y dice bien. Pero no basta con que lo diga él.

Creo necesario volver a insistir en la necesidad de que la Iglesia ponga coto a la propagación de herejías en su seno. Es una cuestión de supervivencia espiritual para muchos fieles. Quien, como Queiruga, va por ahí diciendo que si aparecieran los restos del cuerpo de Cristo él sería feliz, no puede ser ni sacerdote ni teólogo católico. Pero no basta con que eso lo diga yo o un sacerdote de Brasil. Eso lo tienen que decir los obispos. Lo ideal es que lo dijeran los españoles. Bastaría con que uno diera el paso adelante, sin temor incluso a enfrentarse a quienes miran para otro lado. El bien de los fieles está por encima de diplomacias episcopales. Pero de no ser ellos, que lo haga la Santa Sede.

Luis Fernando Pérez Bustamante

http://infocatolica.com/blog/coradcor.php


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