jueves, 25 de noviembre de 2010

En Europa, la crisis se extiende como la peste




Enrique Campos Suárez
Para que la situación de Irlanda pueda repercutir en otros países, como España o Portugal, necesita una forma de contagiar la enfermedad. Y ese virus contagioso es el dinero.

Era muy probable que Irlanda hubiera podido hacer frente de manera mucho más cómoda a sus compromisos financieros de mediados del próximo año. Pero los mercados no tienen la misma paciencia ni los mismos tiempos y obligaron al gobierno de ese país a tener que aceptar la ayuda internacional.

Claro que no es la historia de los buenos irlandeses y los malos capitales. Es la crónica de un país que por muchos años fascinó al mundo con una historia de éxito que se escribía sobre el frágil papel mojado de la deuda. Y es el cuento de los mercados que son capaces de inundar de dólares o euros un mercado cuando se creen el relato de progreso.

El castigo por las correcciones obligadas por los mercados han alcanzado a todos. A los burócratas que serán despedidos por miles, a los ciudadanos que serán obligados a pagar más impuestos por menos servicios y a una población que tiene que reajustarse a su realidad de un país ni tan pobre como antes, pero ni tan rico como se lo imaginaron.

Pero esa plaga de langostas que avanzó sobre territorio irlandés, reclamando dinero prestado para no dejar de honrar los compromisos financieros, avanza sobre otras naciones indisciplinadas que hoy no tienen problemas, pero que seguro que los mercados se los pueden provocar.

¿Quieren España o Portugal ayuda financiera? Bien, pues los mercados hoy dicen que están dispuestos a financiar las travesuras de años pasados, pero eso cuesta más caro. Y si no pueden pagar lo que el mercado exige, pues tendrán que voltear la mirada estos países a Europa y el Fondo Monetario Internacional para que les presten.

Sólo que los rescatadores pasan facturas altas: disciplina fiscal acelerada, recortes en gastos, aumentos de impuestos. Todas esas calamidades sociales que Grecia y ahora Irlanda ya conocen muy bien.

Por el tamaño de la ola, no es nada descartable que España o Portugal tengan que recurrir al apoyo externo a cambio de apretarse el cinturón. Y los capitales seguirán navegando en busca de nuevos mercados que inundar con su poder.

Por lo pronto, la enorme liquidez que prevalece ha sido capaz de llevar a los mercados a bajas pronunciadas -por la situación europea y por los conflictos entre las Coreas-, a niveles máximos históricos por los buenos datos económicos de Estados Unidos, todo esto en no más de tres días.

México se ha visto favorecido por la abundancia de capitales y porque el mercado es atractivo y ligado casi por completo a las noticias que produzca Estados Unidos.

Pero la fortuna de los mercados durará lo que la pausa estadounidense en su apetito por recursos financieros. Hoy los repele con tasas en cero y comprando bonos, pero cuando decida que llegó el momento de reabrir el paraíso de los rendimientos justos con una seguridad inmejorable, los emergentes y traspatios sufrirán.

Por lo pronto, mientras España sufre el castigo financiero, México goza de las mieles de ser, hoy, un mercado atractivo para ganar unos buenos dólares.

La primera piedra

Estaba claro que no había manera de que la inflación general se mantuviera baja como se logró hasta el mes pasado. En los pronósticos del propio Banco de México estaba la certeza de que los precios habrían de subir lo suficiente en la parte final del año para rondar 4.5 o 5 por ciento.

La distorsión mayor en la inflación de la primera quincena de noviembre se dio con los precios de la electricidad, que así como baja artificialmente en mayo, así sube en este otoño.

Los subsidios son los peores enemigos de una buena medición de precios y más en esos rubros donde hay tanta influencia en la inflación.

Con la inflación general tan fuera de la meta y con tantas presiones externas por la situación de Europa, quizá valdría la pena intensificar el ritmo de guardar dólares.

O sea, que si el banco central se propone juntar más reservas internacionales podría atender las dos realidades: una inflación arriba de lo estimado y un mundo económicamente complicado.



En los postreros días dice Jehová haré temblar las economías de las naciones y el efecto "dominó" ¡ya empezó! Ninguna nación podrá resistir y soportar los efectos económicos con tragedias de desempleo y hambres. La crisis financiera es el escenario económico perfecto para que entre ese líder carismático "anticristo" que "solucionará temporalmente la crisis", tomará el poder MUNDIAL por SORPRESA con halagos, lisonjas y se engrandecerá sobre todo, colmará con honores y recompensas a los que le reconozcan, por PRECIO repartirá la tierra. Se entenderá con los que ABANDONEN el pacto Sempiterno en Israel para el pacto de PAZ Y SEGURIDAD y dar inicio a la semana 70, sin su marca "666" NADIE podrá comprar y vender en la gran tribulación. Iglesia DESPIERTA tu que duermes, esperamos a CRISTO en LAS NUBES, no al anticristo en la tierra. Daniel 8:23, 9:27, 11:36-39 y 2 Tesalonicenses 2:8-12 Daniel 11:21-45, 1 Tesalonicenses 1:10 4:16-18, 2 Tesalonicenses 2:3-9, Apocalipsis 13:5-7,16-18, 14:9-11, Hageo 2:6-9, Santiago 5:1-8 y Apocalipsis 6:5-8

No hay comentarios:

Publicar un comentario