viernes, 30 de abril de 2010

Nuestra pequeñez


Dios creó al primer hombre y a la primera mujer semejantes a El. No podemos siquiera imaginar la perfección maravillosa de esas criaturas. Con toda seguridad nadie los ha superado jamás.
Luego del primer pecado y del paso de la pecaminosidad al resto de la humanidad como dice Romanos 5:12...
“Por tanto como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron
La historia continuó. El ser humano fue decayendo en moralidad y espiritualidad, pero desarrollando inteligencia y recursos. Se han hecho inventos maravillosos y se ha progresado en cosas que no se hubieran imaginado en el pasado.
Ese progreso intelectual nos da la idea quizás, de ser seres “superiores” cuando en realidad seguimos estando bajo la misma fuerza del pecado como aquella primera vez, y aún más desarrollado si consideramos declaraciones del Señor como la de Romanos 1:22-24...
“Profesando ser sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos”
En Isaías 41:14 vemos lo que el Señor le dice a su pueblo Israel...
“No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel...”
Es su pueblo amado, y le dice "gusano" y los llama unos "pocos". Sin embargo allí está El, para sostenerlos:
“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo... yo soy tu socorro, dice Jehová, el Santo de Israel es tu Redentor... En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas; y manantiales de aguas en tierra seca” (Isaías 41:13,14,18)
El Apóstol Pablo decía:
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Corintios 12:7)
Y allí también estaba Dios...
“Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad...” (2 Corintios 12:8-9)
¿Creemos ser alguien? Pensemos que somos lo vil y menospreciado, como dice 1 Corintios 1:28-29:
“y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”
Entonces lo mejor para nosotros, es tener en cuenta lo siguiente:
“Digo pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3)
Recordemos: Sin la Obra y la Misericordia de Dios no podríamos elevarnos más que un sencillo gusano...
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