Hoy día, he sido motivado a hablarles a aquellos que están siendo doblegados emocional e intelectualmente bajo una carga demasiado pesada para soportar. Las promesas de Dios parecen no estar funcionando para usted y su familia. Usted ha tratado de agradar a Dios, usted ora – verdaderamente ama a Dios –pero ahora se encuentra al borde de sus fuerzas y resistencia. Sus pruebas aumentan mientras usted se aferra a su fe. Parece que Dios está silencioso con usted. AMADO, USTED NO ESTÁ SOLO. Multitudes de personas devotas están sufriendo de la misma manera y Satanás les susurra – ¡la Palabra de Dios no es verdad!Sabemos que es el devorador el que habla. No le tenga temor a los poderes del infierno.Vaya a Job 19 – lea todo el capítulo. Job dijo “Yo grito…pero no se me oye…Dios ha cercado con valla mi camino…y sobre mis veredas ha tendido tinieblas…por todos lados me ha arruinado…y me tiene por uno de sus enemigos…” (19:7-11).En medio de un ataque satánico – Job clama – “Pero yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre el polvo, y que después de deshecha ésta mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Lo veré por mí mismo;mis ojos lo verán…” (19:25-27).Dios dijo, “Efraín es dado a los ídolos, ¡déjalo!” (Oseas 4:17). Sin aflicciones, sin pruebas para esa tribu. Pero usted no está dado a los ídolos. Usted todavía es la niña del ojo de Dios. Dios ve en usted algo con lo que vale la pena seguir trabajando.Dios castiga a los que ama. No es placentero, y duele – pero es el Padre quenos está salvando para su propia gloria que será revelada en los años venideros.Él nunca lo ha amado más que ahora mismo. Anímese – Dios todavía sigue hablándole.
David Wilkerson
Dios le sigue hablando a través de ese amigo o amiga, del hijo o hija, del padre o madre, que le quiere bien, y que le anima a continuar y a despojarse del peso muerto que muchas veces llevamos innecesariamente, como las culpas-temores-angustias...
ResponderEliminar¡Es notable cómo los demás ven esas cargas que llevamos y nosotros no las vemos!
para las culpas, nada mejor que el arrepentimiento
para los temores, nada mejor que la confianza
para las angustias, nada mejor que la esperanza