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«¿Adónde irás cuando se anuncie el fin del mundo?». Una compañía con sede en California llamada Vivos planea construir cerca de las principales ciudades de EE.UU. una red de 20 refugios capaces de soportar todo tipo de grandes catástrofes, desde guerras biológicas o nucleares hasta el impacto de un gran asteroide, una rabiosa tormenta solar o un potente terremoto. Cada centro, de 20.000 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos subterráneos con paredes de casi un metro de espesor, tendrá capacidad para acoger a unas 200 personas. Según promete la empresa, los refugios estarán abastecidos con alimentos «gourmet» para un año y asistencia médica y dental, como puede verse en el vídeo que acompaña estas líneas. Por supuesto, salvar la vida en uno de estos lugares será un privilegio para unos pocos. Una plaza cuesta nada menos que 50.000 dólares. Hasta el momento, Vivos ha recibido 1.000 solicitudes.
La construcción de cada refugio cuesta unos 10 millones de dólares. Vivos comenzará a construirlos cuando reciba un cierto número de solicitudes de ocupación. Cuando esté terminado, el refugio será entregado a una asociación de propietarios, donde los dueños se encargarán de la seguridad y el mantenimiento , aportando sus propios conocimientos y experiencia para garantizar la supervivencia a largo plazo de la vivienda. Vivos espera completar la puesta en marcha de la red nacional el 21 de diciembre de 2012, precisamente la fecha fatídica en la que algunos sitúan el armagedón y para cuendo se espera una gran tormenta solar que puede afectar seriamente al planeta.
Los refugios pueden soportar casi cualquier desastre global que se pueda imaginar: ataques nucleares, terrorismo biológico, guerra química, erupciones de super volcanes, asteroides, erupciones solares, tsunamis, terremotos, etc. , catástrofes que tienen el potencial de acabar con la humanidad pero que, según Vivos, no con sus refugios. El lema de la compañía es «no se puede predecir, pero se puede preparar», dice en referencia a los pronósticos del fin del mundo augurados por fuerzas tan influyentes -por supuesto, es una ironía- como el calentario Maya o Nostradamus.
La construcción de cada refugio cuesta unos 10 millones de dólares. Vivos comenzará a construirlos cuando reciba un cierto número de solicitudes de ocupación. Cuando esté terminado, el refugio será entregado a una asociación de propietarios, donde los dueños se encargarán de la seguridad y el mantenimiento , aportando sus propios conocimientos y experiencia para garantizar la supervivencia a largo plazo de la vivienda. Vivos espera completar la puesta en marcha de la red nacional el 21 de diciembre de 2012, precisamente la fecha fatídica en la que algunos sitúan el armagedón y para cuendo se espera una gran tormenta solar que puede afectar seriamente al planeta.
Los refugios pueden soportar casi cualquier desastre global que se pueda imaginar: ataques nucleares, terrorismo biológico, guerra química, erupciones de super volcanes, asteroides, erupciones solares, tsunamis, terremotos, etc. , catástrofes que tienen el potencial de acabar con la humanidad pero que, según Vivos, no con sus refugios. El lema de la compañía es «no se puede predecir, pero se puede preparar», dice en referencia a los pronósticos del fin del mundo augurados por fuerzas tan influyentes -por supuesto, es una ironía- como el calentario Maya o Nostradamus.
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