martes, 12 de octubre de 2010

Nulidades de matrimonio en la iglesia Católica -Homenaje a Angel Paz Gomez-



Tal y como prometí ayer, hoy vamos hablar sobre las nulidades eclesiales.
Como tocamos el tema de las nulidades me gustaría rendir desde mi humilde blog un homenaje a un gran amigo, a un buen sacerdote y sobre todo un excelente Juez eclesial:  Angel Paz Gomez. Hacía casi un año que le había prometido dedicarle un espacio en mi blog antes de que se jubilara, porque a su edad todavía sigue en la brecha, pero por falta de tiempo le tenía olvidado. D. Angel sabe que soy un hombre de palabra, así que hoy quedo satisfecho de cumplir mi promesa con él.
La última vez que nos vimos me reconocía que Dios es el mejor juez.También desde aquí me gustaría agradecer a la comentarista Antonia el comentario que ha dejado en el post anterior:
Comprendo que lo que mas te ha dolido ES HABER PASADO POR DEMENTE ....eso tampoco yo lo consentiría, pero tu has tenido los huevos de seguir y parece que lo vas a demostrar ..


Gracias Antonia por tus palabras de Animo

Me gustaría hacer una introducción sobre el tema con un excelente artículo de José María castillo antes reseguir con el tema de las nulidades en el siguiente post.
Todo lo que sigue es de él.

Una vez más el hombre es utilizado como campo de batalla por los estrategas aprovechados de la política y por los fanáticos jerarcas de la religión.

Debe reconocerse que la iglesia sugiere a los demás que reconozcan sus propios errores y pecados, mientras ella misma se abstiene de hacerlo. La cuestión sexual en general, y esta del divorcio en particular, la obligan o inducen a entonar un preocupado 2mea culpa”, esclarecedor de ideas y de conductas equivocadas, impuestas en el nombre de Jesucristo (mejor diría, por razón de temor y de infierno) y del nombre de la llamada ley natural. El título de “madre y maestra” que algunas veces se dio a sí misma se comprometería a un sensato magisterio aprendido en la escuela de su único maestro. Jesús y con los logros que las ciencias de hoy ofrecen, como también a una entrañable maternidad con las personas que cuanto más sufren, más hijas suyas son.

La iglesia procuro el bien de la institución matrimonial, dejando de lado el bien de las personas y de las parejas. Creo que ponerse al servicio de la institución, de la ley de la norma o del contrato al lado de la persona, de la libertad y del amor es un desafío básico y permanente para los cristianos.

No tomemos la cuestión desde el punto de vista sentimental ni relacionemos automáticamente el divorcio y el pecado. Tanto la estabilidad de la pareja como la ruptura (divorcio) son un hecho humano y social. Resulta indiscutible que el matrimonio, a través de las épocas, culturas y sistemas sociales, se considero como la unión del hombre y de una mujer de larga duración. El matrimonio es, pues, un proyecto estable, firme, solido, de vida en comunión.

Ahora bien, por mil y una circunstancias, y por la limitación humana, puede haber fracasos y naufragios, y los hay, De hecho, el divorcio se da. Ciertamente tenemos que contar con la dialéctica entre la aspiración a lo ideal, lo deseable y la realidad. Tanto el compromiso fiel como la limitación y el error son humanos.
De este modo, consideramos el matrimonio como unión estable y firme por el amor. Pero no indisoluble por naturaleza o por ley natural, “porque si”, podríamos decir. La misma Iglesia católica declaró disueltos matrimonios “naturalmente validos y legítimos.

Las alegaciones contra la permisión legal del divorcio para las parejas fracasadas deben contemplarse con la prudencia jurídica necesaria, pero no son consistentes para llegar a negarlo, como tampoco pesan de hecho, por desgracia, razones tan importantes como el derecho al trabajo estable, a una vida digna y amplia. Razones que también atacan el matrimonio.


José María Castillo
Al artículo de José María Castillo me gustaría añadir lo siguiente:

Cuanta mentira, cuanta falsedad se ha permitido. Verguenza siento cuando se habla de tantas y tantas nulidades matrimoniales. Podreis engañaros a vosotros mismos, podreis engañar a los hombres pero no podreis engañar a Dios.

Esta es otra más inteligentísima exhortación a jueces, e incluso a abogados ( no mencionó a los importantísimos peritos) para que hagan su trabajo a la luz de la verdad.

2 comentarios:

  1. sacerdote diocesano12 de octubre de 2010, 15:00

    joder, pero este pobre señor todavía no se jubiló. Desde luego los jerarcas aprovechan la vida de las personas al maximo... no tendran un juez eclesial más joven para sustituirle. Esto clama al cielo. lo mismo hicieron con Juan PabloII. Hoy en día hay jueces jovenes y con mejor formación. Sr Sanchez MOnje por qué no da paso a la juventud...

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  2. yA esta en goole de 3º!
    http://www.google.es/#hl=es&biw=1345&bih=565&rlz=1R2SUNC_esES395&q=D.Angel+Paz+Gomez&aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai=&fp=4ee833fea2c0ebd5

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