Los obispos siguen callados

En la fotografía se pueden apreciar las migas de pan consagrado sobrantes en una de las cestillas de mimbre.... ¿qué hacen con él después, acompañan los pinchos de tortilla?

Hay obispos que parecen decididos a darnos el verano. Ahora le toca al de Lugo.
Ya se ha anunciado, para septiembre, una nueva edición de las Romaxes. Esta vez tendrá lugar en la diócesis Lugo. Sesiones anteriores escandalizaron al mundo. Las fotografías del evento, me resisto a llamarle eucaristía, se publicaron en numerosas páginas incluso del extranjero. Con repulsa general. Ahora con internet ya nada queda oculto. Pues este año a repetir lo que para muchos es una profanación de la Eucaristía.
El obispo, imitando equivocadamente la conducta de Jesús, callaba. Pues muy mal. Podría entender una nota del obispado en la que se dijera que recibidas por el obispo garantías de que la misa se va a celebrar con el respeto debido al Cuerpo y la Sangre de Cristo no tiene más que decir. Pero el tacebat episcopal pasa de castaño oscuro. ¿Con quién está el obispo de Lugo? ¿Para qué está?
Es un escándalo lo de las Romaxes y el que los obispos gallegos, a pesar de que conocen estos hechos intolerables (auténticos sacrilegios promovidos por los irimegos, con los aires y la mala baba revolucionaria bloquera y la participación activa de un buen sector de clérigos), no corten estos abusos, a pesar de que han recibido cartas de denuncias por tales delitos. ¿De qué son pastores? ¿Qué ovejas les preocupan? ¿Qué les dirá Cristo, cuando deban rendir cuentas de su ministerio? Lea, a modo de reflexión pastoral, D. Alfonso Carrasco, pues en su diócesis lucense parece que se celebrará la próxima, el n. 180 de la Instrucción "Redemptionis Sacramentum": "El Ordinario proceda conforme a la norma de los sagrados cánones, aplicando, cuando sea necesario, penas canónicas y recordando de modo especial lo establecido en el c. 1326. Si se trata de hechos graves, hágase saber a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos".
Pues este es el verano que nos están dando en Galicia los obispos. Más bien desapacible