MADRID, 03/08/2010 (ProtestanteDigital.com)
El Rey Don Juan Carlos acudió a Santiago para presidir la ofrenda nacional al Apóstol, en un acto en el que intercedió ante la figura del santo en nombre de todos los españoles. Para Tarquis, director de Protestante Digital, se trata de un acto en el que se vulnera a aquellos españoles que no son católicos, además de mezclar «un hecho religioso con el poder político», que mantiene el statu quo de la iglesia católica como un poder con una influencia a la que los políticos siguen sometiéndose.
El director de Protestante Digital fue entrevistado en relación a la tradicional Ofrenda nacional al Apóstol Santiago, acto protagonizado por el Rey Juan Carlos en nombre de todos los españoles en Santiago de Compostela. “No todos los españoles somos católicos, ni todos los católicos se identifican con esta práctica”, aseguró. Don Juan Carlos, acompañado por Doña Sofía, ha realizado en la catedral compostelana la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago, una costumbre, que según ha recordado, mantiene la Corona desde 1643 y que el Rey hace en nombre del país cada Año Jubilar. El monarca ha pedido al Apóstol que ayude a España a resolver cuanto antes la "grave crisis económica". El hecho fue ampliamente comentado por distintos medios de prensa, incluyendo Protestante Digital que le dedicó la nota editorial de su última edición. Al respecto, Pedro Tarquis, director de este medio digital, destacó en una entrevista radial que el problema es que el Rey habría actuado en nombre de todos los españoles. “No todos los españoles somos católicos, ni siquiera todos los católicos se identifican con esta práctica”, aseguró. “Si el Rey hace esto, está actuando de sacerdote”, dijo Tarquis. “Estamos mezclando el trono con el altar”, agregó, citando a continuación las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” en la base de separar estas dos áreas.
El Rey Don Juan Carlos acudió a Santiago para presidir la ofrenda nacional al Apóstol, en un acto en el que intercedió ante la figura del santo en nombre de todos los españoles. Para Tarquis, director de Protestante Digital, se trata de un acto en el que se vulnera a aquellos españoles que no son católicos, además de mezclar «un hecho religioso con el poder político», que mantiene el statu quo de la iglesia católica como un poder con una influencia a la que los políticos siguen sometiéndose.
El director de Protestante Digital fue entrevistado en relación a la tradicional Ofrenda nacional al Apóstol Santiago, acto protagonizado por el Rey Juan Carlos en nombre de todos los españoles en Santiago de Compostela. “No todos los españoles somos católicos, ni todos los católicos se identifican con esta práctica”, aseguró. Don Juan Carlos, acompañado por Doña Sofía, ha realizado en la catedral compostelana la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago, una costumbre, que según ha recordado, mantiene la Corona desde 1643 y que el Rey hace en nombre del país cada Año Jubilar. El monarca ha pedido al Apóstol que ayude a España a resolver cuanto antes la "grave crisis económica". El hecho fue ampliamente comentado por distintos medios de prensa, incluyendo Protestante Digital que le dedicó la nota editorial de su última edición. Al respecto, Pedro Tarquis, director de este medio digital, destacó en una entrevista radial que el problema es que el Rey habría actuado en nombre de todos los españoles. “No todos los españoles somos católicos, ni siquiera todos los católicos se identifican con esta práctica”, aseguró. “Si el Rey hace esto, está actuando de sacerdote”, dijo Tarquis. “Estamos mezclando el trono con el altar”, agregó, citando a continuación las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” en la base de separar estas dos áreas.
HABLANDO CON ÍDOLOS
El Rey se ha dirigido a una imagen que es un ídolo y lo ha hecho en nombre de todos los españoles. Una tradición que se mantiene a pesar de los avances en materia de libertad religiosa. “Para aquellos que no tenemos una fe católica es simplemente una estatua y va en contra de lo que Dios dice en su Palabra. Es una situación chocante”, señaló Tarquis, aclarando que incluso muchos católicos no están de acuerdo con esta práctica, al igual que aquellos que practican el judaísmo o son musulmanes. Llama la atención que incluso Rodríguez Zapatero (que declara ser agnóstico) en el comienzo de su gobierno también hizo una invocación a Santiago. “Esto es algo que se hace para estar bien con la jerarquía católica”, sostuvo el director de Protestante Digital, sin negar que muchas personas cumplen con la tradición de llegar a Santiago de Compostela para hacer ruegos o promesas ante la imagen del santo. “Todos tienen derecho a hacerlo, igualmente el Rey puede hacerlo, pero de manera individual”, aclaró.
VIDA RELIGIOSA EN LA VIDA PÚBLICA
En otro momento de la entrevista, Tarquis advirtió que hay movimientos que aprovechan episodios de este tipo para querer eliminar la vida religiosa de la vida pública. “La Iglesia Católica, como cualquier otro colectivo, tiene derecho a manifestar, debatir, defender su postura. Pero ninguna confesión debe estar por encima del Estado para cuestiones de legislación”, aclaró. Solo el 33% de los españoles manifiesta en la Declaración de Hacienda que desea aportar para la Iglesia Católica, aún siendo gratuito para el declarante; y de este 33% no todos son practicantes. Por ello, ni siquiera cuantitativamente “la Iglesia Católica puede convertirse en un grupo de poder, no puede imponer nada a toda la sociedad”, expresó Tarquis. Sin embargo, muchos políticos en el poder hacen lo mismo que hizo el Rey Juan Carlos: En la búsqueda de votos de quienes siguen una tradición, acuden a actos religiosos como cargos oficiales. Un caso especialmente patético y doloroso fue el del acto oficial por las víctimas del 11M: Muchos de los fallecidos eran islámicos, evangélicos, de otras confesiones o de ninguna, y el Estado hizo un funeral según el rito católico. “El Estado podría hacer un funeral que no sea monoconfesional, y después cada confesión hacer un funeral religioso propio”, opinó. En definitiva, “pareciera que las autoridades se sienten aún vinculadas o sometidas a la Iglesia Católica, y algunos ciudadanos somos de diferente categoría a la hora de vivir nuestros derechos en España”, acotó Tarquis. Para terminar reconoció que la situación está cambiando y cambiará aún más según el número de evangélicos en España vaya en aumento. “Calcularía que podemos estar cerca del millón de personas, como grupo social al estilo de cómo se cuenta el catolicismo, no ya como creyentes comprometidos que sería menor”, dijo. Asimismo mencionó que la falta presencia pública existe evangélica porque “no hemos conseguido trasmitir con fuerza nuestra realidad, ni defender plenamente nuestros derechos, que van mucho más allá de conseguir determinados beneficios al estilo de la Iglesia católica”. Para quienes creen que la fe es incompatible con esta lucha social recuerda Tarquis el caso del apóstol Pablo que relata el libro de Hechos, preso en Filipos, que exigió justicia cuando lo quisieron excarcelar en secreto recordando Pablo que tenía los derechos de ser ciudadano romano. “Debemos exigir nuestros derechos, aunque sin violencia ni prepotencia, pero exigirlos”, concluyó. Puso como muestra de esta presencia social y lucha por la dignidad al propio Protestante Digital, donde personas conocidas y menos conocidas, hombres y mujeres de distintas edades, expresan desde la profesionalidad periodística, y la pluralidad de opinión, una identidad netamente protestante con una gran calidad de pensamiento, de visión social y espiritual de la vida; que aporta y hace visible una “altísima calidad de pensamiento y reflexión” no sólo a la propia iglesia sino a la sociedad. Fuente: emision.net.
Edición: ProtestanteDigital.com
Totalmente de acuerdo con Tarquis. El discurso del Rey ante la estatua de Santiago, pidiéndole que ayudara a España, como quien habla con un ser poderoso, me dejó boquiabierto. ¿Quién es el ignorante que le ha hecho ese discurso? Nadie puede demostrar que allí están los restos de Santiago, pues es una pura leyenda sin fundamento histórico.Fue un acto de superchería impropio de la máxima magistratura del Estado.Ni siquiera para agradar a la Jerarquía católica.
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