La Voz de Galicia
Más de la mitad de los curas católicos procesados por pederastia en Inglaterra y Gales siguen aún en el sacerdocio. Varios de estos sacerdotes reciben -tras cumplir una pena de cárcel- ayuda financiera de las autoridades religiosas, lo que pone en duda el compromiso de la Iglesia de proteger a los menores, agrega el periódico. De confirmarse esto, contravendría las recomendaciones alcanzadas en el Informe Nolan, llevado a cabo tras conocerse los casos de abuso por parte de sacerdotes católicos y el encubrimiento de estos casos por parte de la Iglesia católica. Según estas recomendaciones, cualquier clérigo que hubiera sido condenado a más de un año de cárcel por su implicación en casos de abuso sexual debería de ser expulsado del clero y colocado en una lista nacional de pedófilos. Sin embargo, al menos 14 de los 22 curas que han sido condenados a más de un año de cárcel por sus abusos continúan siendo miembros del clero.
Se espera que Benedicto XVI se reúna con víctimas de estos abusos durante sus cuatro días de visita oficial, así como que muestre su remordimiento por los casos de abuso de menores. Ayer por la mañana, sin embargo, cinco de estas víctimas, acompañadas por su abogado, indicaron que no habían recibido aún ninguna invitación para reunirse con el Pontífice.
«Necesitamos que el Papa diga que entregará toda la información que tiene sobre los curas agresores donde quiera que estén en el mundo.», dijo Peter Saunders, el consejero ejecutivo de la organización NAPAC (asociación nacional para personas agredidas en su infancia).
Sue Cox detalló los abusos que sufrió cuando solo tenía diez años por un cura y se confesó «realmente ofendida» ante esta visita de Estado del Santo Padre. Margaret Kennedy, de la asociación MACSAS (grupo de apoyo a hombres y mujeres cristianos que han sido víctimas de abusos sexuales), reiteró que los supervivientes quieren «justicia y verdad».
Más de la mitad de los curas católicos procesados por pederastia en Inglaterra y Gales siguen aún en el sacerdocio. Varios de estos sacerdotes reciben -tras cumplir una pena de cárcel- ayuda financiera de las autoridades religiosas, lo que pone en duda el compromiso de la Iglesia de proteger a los menores, agrega el periódico. De confirmarse esto, contravendría las recomendaciones alcanzadas en el Informe Nolan, llevado a cabo tras conocerse los casos de abuso por parte de sacerdotes católicos y el encubrimiento de estos casos por parte de la Iglesia católica. Según estas recomendaciones, cualquier clérigo que hubiera sido condenado a más de un año de cárcel por su implicación en casos de abuso sexual debería de ser expulsado del clero y colocado en una lista nacional de pedófilos. Sin embargo, al menos 14 de los 22 curas que han sido condenados a más de un año de cárcel por sus abusos continúan siendo miembros del clero.
Se espera que Benedicto XVI se reúna con víctimas de estos abusos durante sus cuatro días de visita oficial, así como que muestre su remordimiento por los casos de abuso de menores. Ayer por la mañana, sin embargo, cinco de estas víctimas, acompañadas por su abogado, indicaron que no habían recibido aún ninguna invitación para reunirse con el Pontífice.
«Necesitamos que el Papa diga que entregará toda la información que tiene sobre los curas agresores donde quiera que estén en el mundo.», dijo Peter Saunders, el consejero ejecutivo de la organización NAPAC (asociación nacional para personas agredidas en su infancia).
Sue Cox detalló los abusos que sufrió cuando solo tenía diez años por un cura y se confesó «realmente ofendida» ante esta visita de Estado del Santo Padre. Margaret Kennedy, de la asociación MACSAS (grupo de apoyo a hombres y mujeres cristianos que han sido víctimas de abusos sexuales), reiteró que los supervivientes quieren «justicia y verdad».
El Cardenal Schönborn incluye el celibato entre las posibles causas de la pederastia
Preguntándose por las causas de estos abusos, revelados en cascada en Alemania y en Austria últimamente, el cardenal opina que forman parte de las mismas “tanto la educación de los sacerdotes como las consecuencias de la revolución sexual de la generación de 1968 y tanto el celibato como el desarrollo personal“.
Además, el cardenal habría protestado contra el hecho de que se acuse a toda la Iglesia por los pecados de unos pocos.
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