jueves, 9 de septiembre de 2010

La romería de Monte Faro







La romería del Monte Faro se celebra cada año el día 8 de septiembre y congrega a gente de todos los lugares de Galicia e incluso de fuera.
El párroco que oficia las primeras misas de la mañana cifra en más de 6.000 las personas que durante todo el día se acercarían al monte de Chantada (Lugo) para venerar la imagen de la Virgen del Faro.

el número total de personas que pueden acercarse hoy a ver a la Virgen puede superar las 6.000".
Son numerosos los fieles que cada año hacen el trayecto caminando, descalzos, y lo que es más frecuente, arrodillados.

“Yo quiero amor y no sacrificios” (Os. 6, 3-6 y Mt. 9, 9-13).

El Señor no desea nuestras ofrendas, sino que primero y ante todo desea que lo amemos a El sinceramente y que amemos a nuestros hermanos, como El nos ama. Así nuestra relación con Dios y con los demás, nuestras ofrendas serán entonces agradables al Señor.

Cuando David trasladó el arca de Dios hasta Jerusalén, había tal gozo en su corazón, que el rey saltaba y danzaba con todas sus fuerzas delante del Señor. Mical, su esposa, le miró por una ventana y le menospreció en su corazón, diciéndole: “¡Cuan honrado a quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera! Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová…” (2S.6:20-23) Aquí tenemos dos tipos de creyentes; ambos son parte del pueblo de Dios, pero uno de ellos tenía puesta su mirada en la opinión de los hombres, y el otro lo hacia delante de Dios. No se trata de danzar o no danzar, sino de estar delante de Dios y que toda expresión sea de todo corazón. En el salmo 9 David dice: “Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.” (Sal.9:1-2) Esta es la forma correcta de acercarse a Dios, y no como lo hacia el pueblo de Israel en los días del profeta Isaías: “Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mi.” (Is.29:13)





Estas Romerias son puro comercio, los fabricantes de "santos" y velas son los únicos beneficiados con esto, y el popular de la gente cae en estas tradiciones ilusas, que solo te distraen de la verdad, y los dirigentes de estas iglesias solo llenan sus arcas con el dinero de sus feligreses.
Cómo podemos distinguir estos sacrificios? Para que sean espirituales, tienen que nacer del Espíritu. Son originados en Dios y no en el hombre. Reconozcamos el río de Dios: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aun glorificado.” (Jn.7:37-39) Esto no es algo que se hace por la propia capacidad humana, sino por creer en el Señor Jesucristo y beber de su agua. Cuando a modo de vasija o tinaja, somos llenados de esta agua viva, entonces vendrá el Espíritu Santo y la hará brotar desde el corazón, para que al hablar, fluyan las palabras de vida que edifican, consuelan, y manifiestan la gloria de Dios. “El me glorificará; (el Espíritu) porque tomará de lo mío, (la palabra) y os lo hará saber.” (Jn.16:14) “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, ensenándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y canticos espirituales.” (Col.3:16) Notemos que se refiere a cánticos espirituales, los cuales provienen de un corazón lleno de la palabra de Cristo. Este es el río del Espíritu que fluye de los creyentes, no por naturaleza humana, sino aquellos que están llenos del Espíritu de Dios.





San Pablo hace eco de la evaluación intransigente que hace del hombre idólatra Aquél que habita las alturas. El apóstol verbaliza magistralmente la furia del cielo con estas candentes palabras: “... no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” (Ro. 1:20b-25).


"¿Quién pago tus deudas derramando su sangre? ¿María, los Santos, o Jesús?. Muchos sacerdotes no creen en los escapularios, las novenas, los rosarios, las estatuas, las velas, pero los mantienen en sus Iglesias porque dice que la gente simple necesita cosas simples para que les recuerden a Dios. Las tienen en sus Iglesias porque son una buena fuente de dinero, pero Jesús no quiere ninguna clase de mercadería en su Iglesia. Los creyentes deben de adorarle en Espíritu y verdad. "Destruid estos ídolos; enseñar a mi gente a orar, a venir a mi únicamente."

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