miércoles, 29 de septiembre de 2010

La resurrección y el escéptico de Torres Queiruga

A pesar de una evidencia tan clara sobre la resurrección de Cristo y su aceptación por parte de los primeros cristianos, ¿por qué existe tanto escepticismo sobre este relato, particularmente entre los "intelectuales"? En primer lugar, tales intelectuales reflejan un prejuicio de presuposiciones contra el milagro y están convencidos de que la resurrección nunca podría haber tenido credibilidad histórica. En segundo lugar aseguran que los evangelios no son históricamente precisos y que los cinco diferentes relatos de la resurreción (los evangelios y 1 Corintios 15) contienen leyendas míticas con "contradicciones claramente evidentes".

. Bultmann igual que Queiruga también veía la cosmovisión fundamental de la Biblia como mitología. Se dedicó a "demitologizar" la Biblia extrayendo o reinterpretando los elementos milagrosos/míticos con el propósito de descubrir su valor moral existencial relevante. Y llegó a la conclusión de que "un hecho histórico que involucra una resurrección es totalmente inconcebible".

Pero los hechos prueban otra cosa. Las cartas de Pablo (Gálatas y 1a. Tesalonicenses) antedatan las formas finalizadas de los relatos evangélicos y contienen declaraciones claras de que Jesús fue levantado corporalmente de los muertos. Pablo escribió estas cartas dentro de los 16 a 21 años después de la resurrección. 1a. Corintios 15, que contiene un credo cristiano temprano que afirma la resurrección, fue escrito en torno del año 55, sólo unos 25 años después de la muerte de Cristo. William F. Albright, el arqueólogo más venerado del siglo, declara que "cada libro del Nuevo Testamento fue escrito por un judío bautizado entre los cuarenta y los ochenta del primer siglo d. de C. (muy proba-blemente en algún momento entre el 50 y el 75 d. de C".6 Incluso un erudito crítico como John A. T. Robinson dice "que todos los evangelios fueron escritos en su forma final antes del 70 d. de C."6 y la caída de Jerusalén.

Las evidencias de la resurrección

La tumba vacía. Los cuatro evangelios y 1ª Corintios coinciden en que tres días después que Cristo fue crucificado, su tumba quedó vacía. Los discípulos insistían en que la explicación para la tumba vacía era que el Señor fue levantado corporalmente de entre los muertos.

¿Tumba equivocada?.

La ley romana implicaba que los sentenciados a muerte por crucifixión habrían de quedar en el madero como alimento para las aves, pero la ley judía exigía la sepultura.

Se narra en detalles como José de Arimatea propuso la sepultura de Jesús. Mt 25:57,58; Mr 15:42-45; Lc 23:50-52; Jn 19:38 y como se procedió a los preparativos para la sepultura Mt 27:59; Mr 15:46; Lc 23: 56; Jn 19:38b-40 Lo que evidencia que realmente se llevaron a cabo, y no como se ha argumentado que fue sepultado en una fosa común...

Es evidente que existía este sepulcro, por cuanto se consigna que los judíos solicitaron de Pilato que se colocara una guardia ante el que sería el sepulcro de Cristo Mt 27:62-66

Y lo mismo sucede con aquellas mujeres que fueron a visitar el sepulcro.... ¡Había sepulcro! Mt 28:1 y paralelos.. La visita de Pedro y Juan a la tumba Lc 24:12

¿Profanación del sepulcro?.

¿José de Arimatea se llevó el cuerpo? No podía ser para evitar que los discípulos lo robasen, porque él era uno de ellos. José era un judío devoto, no habría quebrantado el día de reposo. Habría sido visto si hubiera acudido de noche, debido a las antorchas, un soldado romano estaba apostado frente a la tumba Mt 27: 62-66 El cuerpo nunca se encontró aunque pasaron dos meses antes de que los discípulos empezasen a predicar. Habría tiempo suficiente para denunciar el fraude...

¿ Las autoridades romanas o judías se llevaron el cuerpo?
No tiene sentido, porque entonces ¿Por qué habrían acusado a los discípulos de haberlo robado? Mt 28:12-15. Además podrían haber dado por terminado esta historia con solo mostrar el cuerpo. En vez de esto resistieron sostenidamente la doctrina predicada por los apóstoles, pero nunca trataron de refutarla. El principal interés de Pilato era el de mantener la paz, este suceso alteraría y provocaría una agitación indeseable

¿ Los discípulos robaron el cuerpo?

Esto no concuerda con lo que se sabe de sus vidas, estos hombres eran honestos, enseñaban que la honestidad era una gran virtud, Tampoco eran hombres astutos que trataran de concretar las predicciones de Cristo. La noche del arresto ni siquiera entendieron que ÉL iba a morir, y mucho menos que resucitaría Jn 13:36. No sabían que pensar cuando vieron la tumba vacía (Jn 20:9) Se escondieron porque tenían miedo de los judíos...
Estos no son hombres que osadamente escamotarían el cadáver de una tumba custodiada, además si fueran ellos sería extraño que siguieran creyendo su propia fábula inventada y que murieran por lo que sabían que era falso.


LA GUARDIA NO HABRÍAN ACORDADO MENTIR, SI HUBIERA UNA EXPLICACIÓN RAZONABLE

Las autoridades judías en ningún caso cuestionaron el informe de los guardias. Ellos no salieron a verificarlo, porque entendían que realmente la tumba estaba vacía.

Al respecto de la piedra que sellaba el sepulcro, conforme a la evidencia de casos similares podría ser una piedra de 2 toneladas de peso. Cuando la tumba fue preparada posiblemente un equipo de trabajadores puso la piedra en su lugar con una cuña para evitar que se moviese y cerrase el sepulcro, al quitar esta cuña la gravedad hizo el resto del trabajo sellando definitivamente la tumba de manera que únicamente podría haber sido abierta por un equipo de hombres y haciendo mucho ruido, por eso las mujeres se preguntaron “¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Mr 16:3

El destacamento de soldados que pidieron las autoridades judías se componía de una unidad de la guardia, y normalmente se constituía por 14 a 16 soldados, otros historiadores apuntan entre 10 y 30 hombres. Por lo general 4 hombres eran colocados enfrente de lo que protegían y el resto dormía en semicírculo con las cabezas apuntando hacia lo que protegían. Cada 4 horas una nueva unidad de 4 era despertada y esto se continuaba cíclicamente.

Estos soldados eran en realidad máquinas de guerra. Los soldados no se dormirían porque sabían que esto significaría de inmediato su muerte.

El sello romano, probablemente estaba formado por una cuerda estirada por sobre la piedra y sellada en cada extremo con un sello de arcilla. Este sello romano, era considerado como un modelo de autencicación . Este sello con la marca del Procurador romano tenía la intención de impedir cualquier acto vandálico, ya que su profanación incurriría la ira de la ley romana catalogado como un crimen de extrema gravedad. Al mismo tiempo este sello actúa como certificado de autentificación de la resurrección de Cristo; ESTA ERA LA TUMBA Y NO OTRA.

Este sello romano era para los soldados motivo de celo y de obligación extrema de custodia de lo que se guardaba. Si estos guardias hubiesen rendido su informe ante Pilato serían condenados de inmediato a la muerte. ¡El castigo por abandono del puesto era la muerte!

Así el argumento de que un grupo de discípulos asustados que unos días antes escaparon, ahora se enfrentarían a un batallón de soldados, armados para la guerra, los vencieron movieron la piedra, escondieron el cuerpo, y se enfrentaron a torturas, al ridículo y a persecuciones y martirios para propagar una mentira, sabiendo ellos mismos que todo era un engaño

Hoy el que sinceramente busca la VERDAD puede tener completa confianza, como la tuvieron los primeros cristianos de que la fe cristiana se basa en un hecho histórico, sólido y real de la tumba vacía y de Cristo resucitado.

La aparición de Jesús resucitado. La segunda prueba significativa de la resurrección consiste en las apariciones de Jesús a sus discípulos y otros creyentes, posteriores a la resurrección. La explicación más adecuada de lo que ocurrió con su cuerpo es que fue resucitado de la muerte por el poder de Dios. Aun los historiadores y teólogos escépticos más radicales creen que la investigación histórica comprueba el registro de que los discípulos estaban convencidos de haber visto al Señor resucitado. Este era el testimonio común de los apóstoles a partir de lo que habían relatado los testigos oculares.

Una teoría psicológica naturalista usada a menudo por Queiruga para explicar los encuentros de los discípulos luego de la resurrección es la "teoría de la alucinación". Las alucinaciones están confinadas casi siempre a ciertos tipos psicológicos y son altamente individuales. Es imposible que 500 personas hayan estado alucinadas colectivamente en un lugar (ver 1a. Corintios 15:6) y que en otras ocasiones otros individuos (ver Marcos 16:12, 13; Lucas 24:36-38; Juan 20:26-29; Mateo 28:16-20) pudieran haber tenido precisamente la misma fantasía. Esas experiencias son indicadoras de hechos objetivos antes que de impresiones subjetivas. Por otro lado, faltan las precondiciones psicológicas para la alucinación de esos hombres. Tampoco Pablo era un candidato a la alucinación respecto del Cristo resucitado en el camino a Damasco, cuando tenía su mente puesta en la persecución de los cristianos.

Lucas 19 nos brinda una poderosa representación de la entrada final de Jesús a Jerusalén.

Esta imagen describe a Cristo acercándose a la ciudad montado en un asno y rodeado de alabanzas de parte de la muchedumbre. Cristo empezó su recorrido en el Monte de los Olivos, y cuanto más cerca se encontraba de la entrada a la ciudad, el número de personas aumentaba. Prontamente la gente rendía sus vestiduras ante él, ondeaba ramas de palma y clamaba, “¡Él está aquí! Ha llegado el tiempo de la venida del rey de Israel. Paz ha venido a Jerusalén. Finalmente su reino ha llegado!”
Nadie en ese instante sabía qué sucedería después. Conforme Jesús descendía de la montaña y la multitud lo alababa, él miró a Jerusalén y lloró. “Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella” (Lucas 19:41). ¡He aquí encontramos a Dios mismo hecho carne, llorando!

Llorar fue lo que exactamente hizo Dios en este pasaje. ¿Cuál fue la razón de sus lágrimas? Fue la inminente incredulidad de la gente. Usted puede pensar, “Pero esas multitudes estaban cantando alabanzas a Él, gritaban hosannas. Eso no me parece que sea incredulidad.” No obstante, la Escritura nos dice que Jesús sabe lo que hay en el corazón de los hombres y el hecho es que estas mismas multitudes en poco tiempo se endurecerían por medio de la incredulidad. Fue en este increíble momento de la historia de Israel que Jesús clamó en angustia por la dureza de la gente: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37).

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