viernes, 24 de septiembre de 2010

Los curas y el celibato

Informe Semanal: Celibato, entre el cielo y la tierra


SEAMOS CLARITOS
EN ESTA SOCIEDAD NUESTRA,TAN DEPRAVADA HASTA LO INDECEBLE,LO QUE ESCANDALIZA NO ES QUE ALGUNOS CURAS MOJEN EL CHURRO,SEA EN CHOCOLATE,CAFÉ O EKO...;ESCANDALIZA QUE,MUCHOS OTROS,POR AMOR AL SEÑOR Y A SUS HERMANOS,INTENTEN VIVIR CASTAMENTE...
EN UN MUNDO QUE HA COLOCADO AL SEXO EN EL OLIMPO DE SUS diosecillos,NO SON TOLERADOS ESTOS "IMPÍOS ATEOS",QUE SE NIEGAN A QUEMAR INCIENSO EN LOS ALTARES DE EROS Y VENUS...
LOS CRISTIANOS,ESTAMOS LLAMADOS A SER SIGNOS DE CONTRADICCIÓN,ROMPEDORES E INCORRECTOS EN LAS SOCIEDADES PAGANAS.
EL EVANGÉLICO "REMAD MAR ADENTRO",BIEN PUDIERA TRADUCIRSE HOY POR UN REMAD RÍO ARRIBA,CONTRA LA CORRIENTE MUNDANA...


La Iglesia siempre ha tenido el celibato en muy alta estima ya que Jesucristo fue célibe. El es modelo de la perfección humana. Hay quienes objetan pensando que nosotros no podemos imitarlo. Se equivocan. La verdad es que Jesucristo, siendo Dios, asumió verdaderamente la naturaleza humana, siendo igual que nosotros en todo menos en el pecado. El nos da la gracia para vivir, siendo hombres, su amor sobrenatural.

Jesucristo claramente recomendó el celibato como entrega radical de amor por el Reino de los Cielos:

Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda. -Mateo 19,12

San Pablo era célibe y animaba a seguir esta forma de vida :

Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división. Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.

Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien. Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor. La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor. Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios.
-I Corintios 7,32-40

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